"La despersonalización del sujeto"
Acudir al hospital para parir para mi tiene algo contradictorio ya que vamos al hospital estando sanas, encima entrando por la puerta de urgencias. No nos hemos roto ningún hueso, no hemos sido victima de ningún accidente de tráfico, no estamos enfermas. Lo sabemos todas, el embarazo en si no es ninguna enfermedad. Aún así llegamos al hospital y nos tratan a todas como pacientes, como si estuvieramos enfermas.
Existen toda una serie de detalles sutiles, estas rutinas hospitalarias que, de forma consciente o insconciente, nos hacen sentir pacientes, enfermas y nos quitan capacidad de decisión, fuerza y autoestima. Muchas veces llega un momento que ya solo hacemos caso a lo que nos dicen, indicaciones, ordenes, pautas...y nos cuesta acordarnos que parir es algo que debemos hacer nosotras y nuestros bebés ya que nos desentendemos de nuestro propio parto. Por ejemplo cuando te llevan en camilla o silla de ruedas aunque puedes andar perfectamente, cuando te hacen desnudarte y ponerte un camisón de hospital aunque podrías llevar tu propia ropa, cuando te asignan una cama y te dicen que te tumbes aunque lo que realmente te apetece es moverte y andar, cuando te ponen una infusión de suero aunque sería mucho más fácil beber agua cuando tienes sed, cuando te quitan las gafas en el paritorio con alguna excusa barata. Lo curioso es que muchas de estas rutinas son sobre todo culturales.
En mi segundo parto fuera de España he vivido la diferencia, aunque fue un proceso "controlado" desde el principio, ya que comenzó con una inducción. Me quedé con la ropa puesta, la matrona me trajo agua para beber, me indicaron no solo donde podía apagar la luz, regular la temperatura y la música de la habitación de parto, sino también el camino a la ducha, a la cafetería, al jardín del hospital y al baño animándome así a hacer lo que me pedía el cuerpo. Me preguntó si prefería estar acompañada o sola y cuando le dije que estoy bien y prefería dar un paseo fuera al aire libre me indicó donde estaba ella si la necesitaba. No he visto un celador por ningún lado. En el caso que realmente no puedes andar serán las matronas que te ayuden o te lleven.
Lo que más agradezco era ese trato normal hacía mi teniendo claro que no acudí al hospital por enfermedad ni accidentada, simplemente para parir, y para tener ayuda médica en el caso de que hiciera falta. No se les ocurre quitarte las gafas o echar a tu pareja en caso de que el bebé sea extraído por parto instrumental o por cesárea. Parecen chorradas, pero volviendo al primer párrafo sobre la "despersonalización del sujeto", creo que estos detalles y el efecto que supone respetar la autonomía de la parturienta son mucho más importantes de lo que nos podemos imaginar.