Equipo Blog
19 Ene 2011
  •  
10 comentarios

Parir y nacer con tranquilidad

por Sonia Gómez Hay un dicho mejicano que reza: “De todas maneras, todo son maneras”. Efectivamente, hay maneras para todo, y para parir y nacer también.
En el momento actual, en nuestro país, donde la tónica dominante es la del parto medicalizado, todavía es muy habitual encontrar comentarios desafortunados acerca de parir y nacer en casa. A mí me han dicho de todo, entre otras perlas una muy común: “menos mal que salió todo bien”. Y termino cansada de contestar siempre lo mismo, que ha sido una decisión consciente, respaldada por abundante información de calidad, y que además cuento con una experiencia hospitalaria previa que ¿afortunadamente? me ha hecho ver las dos caras de la moneda. La atención hospitalaria al parto dista mucho de ser la ideal y se pasa por el arco del triunfo las recomendaciones de la OMS. Mi primer parto podría haber sido maravilloso, pero no lo fue; fue un parto normal más para las estadísticas hospitalarias, pero un auténtico fiasco para mí y mi hijo Álvaro. Estuve en casa con mi pareja una parte muy importante de la dilatación. Cuando llegué al hospital, me dijeron que estaba de parto. “¡Válgame Dios! ¡Claro que estoy de parto, por eso he venido!” Como se dice coloquialmente, se me cortó todo el rollo, y comprobé que en efecto, las mamíferas necesitamos intimidad para parir, y la desconexión del neocórtex es imposible cuando entras en un sitio diferente a tu cueva, sobre todo si es un lugar hostil. A pesar de toda la información que manejaba, y de tener claro qué cosas no quería, acabé con regalos varios en forma de enema por protocolo, rotura de la bolsa por decreto, oxitocina sintética porque sí, prohibición de deambular, con el consiguiente sufrimiento y posterior epidural, me mutilaron, porque “ya que estábamos”, sin darme apenas tiempo a que todo fuera a su propio ritmo… o sea, me lo llevé todo. Entré en el miedo; el miedo no deja fluir la oxitocina natural, en su lugar la adrenalina campa a sus anchas. Cuando Álvaro nació, todos me decían que estaba muy espabilado; no sólo estaba espabilado; por sus venas corría la misma adrenalina que me corría a mí… Mi segundo parto sí que fue maravilloso, no perdí la conexión con lo que me ocurría, no salí de mi cueva, las personas que me atendieron me regalaron todo su tiempo y confianza, y con ello, la fuerza para afrontar los fantasmas antiguos del miedo. Y se consigue. Todo fluye. Gael nació sin prisas, sin adrenalina de por medio, con tranquilidad, la misma que respiraba yo. ¿Cuándo entenderemos que justo lo que necesitamos se nos niega? Más tranquilidad otorga más control; la paradoja está en que se obra al revés: controlamos para estar tranquilos, pero eso genera nacimientos y partos anti natura, abrazados por el miedo y la inseguridad. Y eso es sólo el comienzo…
Alba (unverified)
28 Ene 2011
Que bueno la autosanación conseguida tras este segundo parto Sonia, enhorabuena!!! A ver si entre todas ponemos voz a los buenos comienzos. Por cierto, me ha encantado lo del arco del triunfo, jejeje.
mpc (unverified)
19 Ene 2011
Enhorabuena por esas experiencias, por las dos. por haber sabido aprender de la primera y disfrutar de la segunda.
anabelen (unverified)
20 Ene 2011
Gracias por acercarnos este relato Sonia, el cual contribuirá a dar a conocer como suceden los partos en los hospitales de nuestro país y qué es lo que verdaderamente necesitan las mujeres. Un besito.
Diana (unverified)
20 Ene 2011
A ver si se dan por enterados los que deberían acompañarnos y escucharnos, que en vez de eso se dedican a imponer su criterio, a actuar desde el miedo cerril disfrazado de anticipación científica y a infantilizarnos desde que nos ven la barriga... Y menos mal que hay honrosas excepciones y grandes profesionales que viven cada nacimiento que asisten como lo que es, un acontecimiento único.
susana (unverified)
20 Ene 2011
Qué titulo y tema tan sugestivo tiene este post. Cuando eres primeriza o has tenido un primer parto traumático suena a utopía por los muchos miedos que supone la experiencia. Para tener tranquilidad y transmitírsela a tu bebé sólo podemos hacer el esfuerzo de CONFIAR. En nuestros instintos de parir, en los del bebé de nacer y desde luego en las personas que nos atienden. En que sabremos superar el cansancio, el dolor y los obstáculos físicos y emocionales para poder alcanzar la recompensa. En que nuestro cuerpo está preparado para todo ello y que con sus recursos no nos va a pasar nada malo a ninguno de los dos. En que los que nos atienden también van a confiar, respetar, tender la mano si es necesario, no ignorar las señales ni forzar la máquina con drogas y procedimientos innecesarios. El miedo propio y de los que nos atienden en un parto hace que veamos problemas donde no los hay y resta esa ansiada tranquilidad y concentración que necesitamos en ese momento de entrega, de alegría y de esfuerzo que nadie puede pasar por nosotras, por suerte o por desgracia (en algunos momentos y/o por algún depredador que ronda algunos paritorios).
Fiorina (unverified)
20 Ene 2011
Voy a sacar mi lado friki: "el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento", como dijo Yoda. No podemos parir con miedo y tu historia es una prueba viviente de ello. Gracias por compartir tu experiencia y tu aprendizaje.
Diana (unverified)
20 Ene 2011
Fiorina, me ha encantado tu lado friki, jejeje...
karmele fernandez (unverified)
29 Abr 2011

Enviado por karmele fernandez (no verificado) el

Enlace permanente
Hola estoy embarazada de 4 meses y siempre he querido parir en casa, porque me parece la opción mejor para ambos... Pero ahora no estoy en muy buena situación económica y no puedo permitirme el pagar el parto que me gustaria... me parece tan triste, entiendo que las matronas tienen que cobrar, pero no hay ninguna otra opción, alguna asociación o algo que ayude... Si sabeis por favor decirme, porque en principio me veo pariendo en el hospital, haré mi plan de parto pero no me fio de que me vayan a respetar mis tiempos... Gracias
anne (unverified)
14 Oct 2015

Enviado por anne (no verificado) el

In reply to by karmele fernandez (no verificado)

Enlace permanente
Hola Karmele, yo estoy en la misma situación y optaré por buscar un hospital adecuado. Aún es pronto para mi, ya que estoy de 3 meses casi, pero a partir del 5° o 6° mes me pondré a hacer casting de hospital. A ver qué encuentro... El que tengo más cerca es el de Puerto Real (Cadiz) y he oído que están mejorando mucho en la atención al parto. Mi intuición me dirá si puede ser parte de mi cueva o no. Conocéis maternidades respetuosas? Alguna experiencia vendría bien para tener mayor confianza. Un abrazo a todas y felicidades por todo el trabajo de la asociación, sois imprescindibles!!
Zita (unverified)
14 Oct 2015
KARMELE somos muchas las que nos vemos en la misma triste situación. Yo ya no es que no pueda pagar, es que en Lugo ciudad, donde vivo, no existen matronas que me atiendan el parto en mi casa. Ya lo intenté y no pudo ser. No es algo que se solucione haciendo una campaña de recaudación para pagarle el parto a alguien en su casa (que ya lo he visto hacer), ya que como esa mujer hay miles y no se podría hacer lo mismo por todas. Lo que hay que hacer es luchar por las dos cosas, por una atención digna en el hospital que respete nuestros derechos, y luchar porque el día de mañana el parto en casa sea una opción más del sistema de salud público. Y mientras... tratar de elegir el mejor hospital posible y tener suerte en "la tómbola del parto", porque a día de hoy es una tómbola donde tu parto será un recuerdo bueno o malo según el personal que te toque ese día... es triste e injusto pero así es.