Tanto si das a luz en el hospital como si lo haces en casa, probablemente necesitarás a tu lado un rostro familiar que te transmita tranquilidad. Esto ayudará enormemente a que el parto transcurra sin dificultades. La elección de esa persona es muy importante. Debe ser alguien de confianza, que te transmita serenidad, que te conozca y sepa cuáles son tus deseos, que te apoye en tus decisiones y que vele por ti y tus derechos durante el parto, reivindicándolos en caso de que estén siendo vulnerados. Esa persona puede ser tu pareja, tu madre, una amiga, tu hermana o una doula.
Elige la persona que consideres idónea, con la que creas que vas a estar más a gusto durante el parto. Es posible que tu elección no se ajuste a las convenciones sociales o que no satisfaga determinadas expectativas personales, pero es prioritario que "tú" decidas quien es el mejor acompañante posible para tu parto. Elegir "no" estar acompañada es una opción legítima entre las opciones de acompañamiento.
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