Si tras el parto te sientes mal, una de las posibles causas es que para ti, ésta no haya sido una buena experiencia.
La mujer de parto es una usuaria de un servicio (en este caso, de salud), y como tal, puede quedar satisfecha, o no, con el servicio prestado. Si durante la atención al parto te trataron con brusquedad, no te informaron, desatendieron tus peticiones y contravinieron tus expresos deseos, hazlo saber. Tenemos derecho a quejarnos y reclamar cuando el servicio que nos han prestado no ha sido el adecuado.
Tu reclamación no te devolverá tu parto. Puede que tampoco alivie el dolor que sientes, pero puede contribuir a evitar que a otras mujeres les ocurra lo mismo que a ti. La denuncia es un arma muy efectiva para lograr cambios y conseguir mejoras en la prestación de un servicio.
De la misma manera, si estás contenta con tu parto, los profesionales que te atendieron agradecerán enormemente tus felicitaciones por la atención recibida. El agradecimiento a estos profesionales es un reconocimiento a su labor y un impulso para que continúen su trabajo en esa dirección. En ocasiones los profesionales respetuosos, que siguen en la atención al parto las recomendaciones de la OMS así como la Estrategia de Atención al Parto Normal, encuentran en el desempeño de su trabajo obstáculos en sus propios centros que mantienen prácticas obsoletas y al margen de esas recomendaciones. Un reconocimiento público a su esfuerzo contribuye a que otras mujeres pueden ser igualmente bien atendidas en sus partos.