Reflejo de la excesiva medicalización que se aplica mayoritariamente en la atención al parto en nuestro país, las llamadas "clases de preparación al parto" transmiten a las embarazadas, en no pocas ocasiones, una visión patológica del mismo. Se presenta el parto como una situación peligrosa para madre y bebé, que sólo mediante la intervención médica tendrá un buen fin. Son cursos adiestra-madres en los que nos introducen conceptos caducos, miedos varios, y una gran desconfianza en nuestro cuerpo. Nos mentalizan para aguantar, para no gritar, para respirar de forma "correcta", para ceder. Nos instruyen para la sumisión y para que queramos “colaborar”. A menudo se basan en muy poca información científica y mucho adoctrinamiento, no atendiendo además las dudas y miedos que puede tener una mujer embarazada. Además nos mentalizan para entender esta excesiva medicalización como algo normal, para luego no quejarnos.
Es evidente que este tipo de clases, cuyo principal objetivo es enseñarnos a seguir las rutinas hospitalarias sin rechistar, deben de desaparecer. La preparación al parto debe modernizarse al igual que el resto de la atención al embarazo y al parto. Este cambio debe adaptarse en programas y filosofía a las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal, pues no tiene sentido “preparar” a las embarazadas para un tipo de parto intervenido rutinariamente, cuando lo que se preconiza actualmente es otro tipo de atención totalmente distinta. Y es que además, según un estudio español, este tipo de clases de “educación” maternal no mejoran el parto. Este estudio destaca también que los contenidos que se imparten son los mismos que hace 40 años. El artículo completo aquí.
Para leer más: "Adiestramiento maternal", por Claudia Pariente.