Según la OMS «Toda mujer tiene derecho a una atención prenatal adecuada y un papel central en todos los aspectos de dicha atención, incluyendo la participación en la planificación, ejecución y evaluación de la atención. Los factores sociales, emocionales y psicológicos son fundamentales para comprender la manera de prestar una atención perinatal adecuada»
En España esta recomendación sigue sin aplicarse plenamente.
El modelo actual de atención al parto está superado y constituye un ámbito institucional de discriminación, violencia contra la mujer y privación de los derechos reconocidos en la Ley General de Sanidad y Ley 41/2002, básica reguladora de la autonomía del paciente.
La mujer hasta ahora no ha participado en el diseño de los programas sanitarios y en ocasiones tampoco en las decisiones respecto a su cuidado, por lo que hemos quedado reducidas a objetos en lugar de ser sujetos de dicha atención.
Países como Inglaterra, Suecia u Holanda emprendieron hace años el camino hacia la racionalización y modernización de la atención.
La experiencia nos demuestra que en los países donde la mujer es consciente de sus derechos y los ejerce, donde circula una información más veraz y actualizada sobre estos temas y donde la mujer es consultada y decide sobre su parto, la atención recibida y prestada es más satisfactoria para todos los involucrados en el proceso.