Por Nuria M.
Durante 3 años fueron muchas las personas que me preguntaron mis razones para intentar un pvd2c (Parto vaginal después de 2 cesáreas). Aun hoy en día, después de lograrlo, muchos aun no lo entienden.
Hoy es un día muy especial, Clara cumple 3 meses y me gustaría compartir lo que escribí en la lista apoyocesareas hace ya 10 meses.
¿Por qué un pvd2c? ¿Por qué me duelen mis cesáreas?
¿Por qué necesito parir? Las preguntas del millón de respuestas. Tengo 2 hijos y dos cesáreas.
- 1ª cesárea: de urgencia, anestesia general, por sufrimiento fetal y de regalo mi hijo se llevo 8 días en neonatos.
- 2ª cesárea: programada, anestesia raquídea. Mi pecado, cumplir 41 semanas sin ponerme de parto. Su regalo, un corte en la cabeza.
Voy a dejar de lado las razones de beneficio para la salud del bebe y la madre. A fin de cuentas, no parece que tengan ningún valor para mis ginecólogos y aquí, las conocemos todas. Ahí van mis verdaderas razones:
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Porque nadie puede decidir por mi, cuantos hijos tendré. Ningún ginecólogo me dirá, que no puedo tener más hijos, porque no es segura otra cesárea. Durante años, mi madre sufrió por no poder tener otro hijo, la ligadura de trompas fue obligatoria en su tercera cesárea.
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Porque lo necesito. Después de dos cesáreas completamente diferentes,
necesito recordar el nacimiento de mi próximo hijo como algo hermoso, digno de ser contado. Y cuando digo que lo necesito,
se trata de una necesidad física y psíquica. Necesito perdonarme a mi misma por mi cobardía. Necesito reparar mi condición femenina y mi autoestima. Porque sin ellas yo no soy nada, estoy vacía. ¿Como podré educar a mis hijos?, ¿de donde sacaré las fuerzas si me siento rota?. Si no he sido capaz de defenderlos, cuando nadie mas podía hacerlo.
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Porque lo merecemos, mi familia y yo lo merecemos. Estos últimos 2 años y 7 meses, todos y cada uno de los días que han trascurrido, he pensado, hablado, discutido o meditado acerca de las cesáreas. He sufrido una depresión/obsesión/estrés postraumático, llámalo x, que me ha convertido en una especie de ultra militante. Merezco dejar de ser la vecina loca, que toda embarazada rehuye. Mi pareja y yo merecemos descanso. No tener que medir las palabras. Merezco dejar de llorar cada vez que recuerdo el nacimiento de mis hijos. Mis hijos merecen que algún día su madre les cuente como nacieron, sin dolor, asumiendo toda la historia, lo bueno y lo malo.
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Porque estoy cansada de sentir envidia y rabia por otras que sí lo consiguieron. Otras que no estaban ni la mitad de preparadas que yo. Otras que ni siquiera valoran lo que tuvieron. Otras, que nunca se molestaron en saber como seria el nacimiento de sus hijos y que no les importo ni lo más mínimo. ¿Por qué ellas pudieron y yo no?
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Porque quiero emocionar a aquellas que nos seguirán, como yo me he emocionado con las historias que durante este tiempo me han servido de consuelo.
Porque no quiero que mi hija tenga que pelear dentro de 20 años por lo mismo que nosotras.