¡Cigüeñas en paro ya!
Por Eva H
Hace unos días, una amiga de la facultad de Educación me envió un whatsapp con esta foto.
Ni los niños eran, ni son, ni serán tontos. Poco hemos tardado en saber que los bebés no vienen de París, pero siento que algunos siguen desligando la maternidad de la madre. Simplificar una decisión tan personal me incita a hacerme unas chuletas con la cigüeña.
Y nos reíamos y comentábamos qué anticuados estaban nuestros abuelos. Que quede claro que no nos interesa si se deben o no usar anticonceptivos, allá cada uno, lo que nos preocupa es la imagen ñoña y caprichosa que se daba y se sigue dando de la maternidad.
Por fortuna, en la intimidad hasta la mayor fan de estas aves corroboraba que la decisión de ser o no ser madre no depende de nadie más que de nosotras mismas.
Si nos fijamos en las maternidades y no maternidades de algunas modelos y celebrities, bien parece que hubieran contratado a esa gruñona cigüeña para que soportara por contrato temporal la pesada carga de hacerse y ser madre. Por supuesto, hasta que el churumbel estuviese algo criadito. La contratada en cuestión incluso los ocultaba físicamente, no fuera a ser que con una criatura dentro de su barriga no cumpliesen con los cánones de belleza establecidos. Y en caso de que se les viera, se subcontrataba a su vez a un asesor de imagen (probablemente un cuervo) que retocara a la madre maquillaje, peinado, tacones antimaternidad, etc.
Me recuerda a esa expresión que me decía mi abuela de pequeña: “es tan fina que no hace ni pipí”. Pues para estos casos se me ocurre otra mejor “es tan mujer que toma sus propias decisiones”.