Matronas que aman su trabajo
Por I. O.
Hay muchísimas, aunque todavía no son mayoría. Me refiero a las matronas respetuosas, amorosas, que sienten su trabajo como un privilegio y una entrega. Matronas que aman el nacimiento y respetan la fisiología de la mujer. Intuitivas, rigurosas, cálidas. Muchas de ellas sufren un verdadero infierno en los hospitales y paritorios donde trabajan.
Porque no solo son exquisitamente sensibles y empáticas con las parturientas y sus bebés, sino que encima saben mucho, estudian y actualizan su conocimiento constantemente. Beben de todas las fuentes, y a menudo gastan su tiempo libre y su dinero formándose, para atender mejor los partos. A veces recorren medio país para formarse con una experta en mal posicionamiento durante el parto, otras para saber más sobre cómo atender a las mujeres que ya tuvieron partos traumáticos.
Muchas, tristemente, sufren enormemente en sus puestos de trabajo. A veces son acosadas, criticadas, excluidas por querer respetar los deseos de las mujeres, por cuestionar las indicaciones de los ginecólogos o saltar en defensa de la parturienta cuando los residentes de ginecología pretenden hacerse con el control del parto. Se les ridiculiza, se les acusa de hippies o ser de la new age, a pesar de que su crítica del potro obstétrico, la maniobra de Kristeller o las inducciones sin razón venga refrendada por el mismísimo Ministerio de Sanidad.
Muchas se llevan ese sufrimiento con ellas a sus casas tras guardias durísimas, y piensan en abandonar la profesión. Siempre que algo sale mal en un parto se cuestionan, y se preguntan qué podría haberse hecho diferente, si era inevitable el resultado o si hubo intervenciones innecesarias o maltrato y violencia obstétrica.
A menudo vuelven a ver a la mujer, a preguntarle cómo se sintió, a escuchar, o incluso a decir «lo siento mucho». Unas cuantas eligen la atención primaria para no volver a tener que soportar la violencia del paritorio hospitalario.
Son matronas que cuidan a las más jóvenes, a las residentes de matronas. Las EIR, estas casi siempre jóvenes enfermeras que a menudo, nada más empezar la residencia con muchísima ilusión, sufren una enorme crisis y también piensan en abandonar al ver que son incapaces de soportar la violencia obstétrica, y mucho menos ejercerla.
A todas ellas en El Parto es Nuestro desearíamos hacerles un monumento que reflejara nuestro infinito agradecimiento. Abrazarlas y acompañarlas para que sepan que estamos con ellas, que su defensa es la nuestra, que sabemos lo difícil y heroica que puede ser su tarea.
Desde este blog nuestras gracias, nuestro cariño y todo nuestro apoyo a las matronas que aman su trabajo.
Eloísa, me apena sentir tanto enfado en tus palabras. entiendo que te sientas dolida ... y espero que pronto podamos vovler a "ser una", para llegar al objetivo que imagino seguimos teniendo en común: partos respetados, cuerpos respetados, nacimientos respetados. y nuestros.
Buenas noches Partero,
Muchas gracias por tu comentario, y por aportar tu opinión. Nos gustaría aclarar que este texto fue escrito por un profesional sanitario que trabaja en un gran hospital público y conoce muy bien el hospital por dentro.
También nos encantaría saber donde habías leído esa frase del "hombre con los brazos llenos de pelos...", porque en este blog no ha sido. Hay muchos blogs sobre el mundo de la maternidad y temas relacionadas, lo habrás leído en otro lugar.
Y tienes razón, las palabras maltrato y violencia obstétrica son muy fuertes, y hay que cuidar el lenguaje, también, pero por desgracia son cosas que existen y a veces hace falta nombrarlas por su nombre.
un saludo,
Equipo Blog
Como puedes comprobar, tanto esta entrada como aquella en la que hablábamos de las doulas están incluidas en la categoría "Nuestras socias opinan", es decir, que nuestro objetivo es mostrar la pluralidad de opiniones que hay en la asociación y en ningún caso demonizar ni idolatrar a todo un colectivo. Siempre hemos felicitado y aplaudido a los profesionales respetuosos y dedicados, del mismo modo en que siempre nos hemos quejado de que haya algunas manzanas podridas que dan una pésima atención a las usuarias.
Sentimos que la entrada anterior no te gustase y que no veas en esta la sincera admiración que la socia que escribe y muchas de nosotras compartimos hacia vuestra profesión.
Deseamos y te agradecemos de corazón que sigas brindando a las mujeres la mejor atención posible y seguiremos, como hasta ahora, apoyando vuestra labor.
Un cordial saludo,
Equipo Blog.