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28 Sep 2015
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El lado negativo de sobreproteger a la madre

Por Maria José Madarnas

Siempre que leo historias y experiencias de madres a las que las cosas no les han salido bien y cuyos embarazos no han llegado a buen término veo un factor que se repite en muchos casos: cuando algo va mal se busca proteger a la madre.

Sin embargo, hay casos en los que esa “protección” es en realidad una sobreprotección que puede llegar a ser negativa para la recuperación de la madre tras el durísimo momento de la pérdida.

Son muchos los médicos y los miembros de la familia que optan por tomar decisiones sin haber consultado con los verdaderamente afectados cuando se produce una muerte perinatal, en especial con la madre. Las frases que más se suelen repetir son: “es mejor que no lo vea”, “así lo superará antes” o “ahora se encuentra en estado de shock y no está en capacidad de decidir”.

Estas decisiones tomadas como si las madres fueran niñas pequeñas a las que sus padres tienen que proteger del mundo exterior, no toman en cuenta las verdaderas necesidades que ella puede tener en ese momento tan duro de su vida.

Puede que sea cierto que, tras una pérdida así, la madre se encuentre tan dolida que no sea capaz de tomar decisiones tan difíciles como qué hacer con el bebé y sobre todo, sobre esa difícil elección de verlo o no verlo. Pero lo que es importante es que se entienda que por duro que sea, esas son decisiones que nadie puede tomar por ella.

Ya de adolescentes y más aún cuando entramos en la vida adulta queremos tener en todo momento las riendas de nuestra vida, decidir por nosotras mismas y elegir el rumbo que queremos tomar. No nos gusta que se nos oculten cosas ni que otros tomen decisiones que nos competen únicamente a nosotras.

En los momentos difíciles ocurre lo mismo: queremos estar informadas y conocer nuestras opciones para elegir aquella que creamos mejor para nosotras. Cuando se nos arrebata esa elección, sentimos que pudimos hacer las cosas de otro modo y eso nos acompaña siempre.

En el caso de la muerte perinatal ocurre lo mismo. Si bien es cierto que no todas las madres tomarían las mismas decisiones, es importante que siempre se consulte con ellas qué es lo que quieren hacer, que se les deje elegir cómo gestionar el dolor de la pérdida.

Ellas no necesitan sobreprotección, necesitan el apoyo de sus seres queridos sea cual sea la decisión que tomen y dicha decisión debe ser respetada, aunque otros crean que no es la adecuada, porque ellas son las que están pasando por el trance de que la vida les arranque lo que más quieren. No necesitan que les arrebaten también la capacidad de decidir.

Se debe hacer reflexión sobre esto en el ámbito familiar y en el ámbito médico-sanitario. Es importante tener empatía y entereza, así como comprender que ocultar la situación no hace desaparecer la tragedia.

Hace 37 años mi madre perdió al que sería su primogénito y no hay una sola navidad que ella no me recuerde que le habría gustado poder verlo aunque fuera una sola vez, pero que no la dejaron. Mi padre sufre porque aunque él sí pudo verlo ni siquiera lo dejaron tenerlo entre sus brazos, algo que deseaba con todas sus fuerzas y que le fue arrebatado por una decisión de alguien ajeno al dolor que ellos sentían.

Al menos les dejaron enterrarlo donde ellos quisieron, en la cripta familiar junto a sus abuelos. A ellos les reconforta saber que mi hermanito no está solo y tener un sitio donde ir a dejarle flores siempre que pueden.

Yo deseo que con el tiempo sean cada vez menos las historias de dolor causadas por decisiones irreversibles, tomadas con la buena intención de no hacer sufrir más, pero que al final hacen que una parte de la herida quede siempre abierta. Nadie más que los padres tienen el derecho a decidir cómo manejar su sufrimiento.

elianei (unverified)
28 Sep 2015
Yo lo tuve claro, tenia que conocerlo y así fue, me ayudó a asimilar lo que estaba pasando a ponerle rostro y 3 años después soy capaz de recordar su olor a recién nacido. Todos tenemos derecho a conocer a nuestros hijos nada mas nacer y mucho más si es el único momento que vamos a compartir juntos con ellos.