El Tribunal Constitucional ampara la entrega a la familia del cuerpo de niños y niñas fallecidos en cualquier momento de la gestación en base a los derechos a la intimidad personal y familiar reconocidos en el artículo 18.1 de la Constitución.Tanto las autoridades sanitarias como las autoridades judiciales de primera y segunda instancia del caso analizado vulneraron este derecho, ignorando la Sentencia del Tribunal europeo de derechos humanos de 14 de febrero de 2008 (Asunto Hadri-Vionnet c. Suiza) ,que ya había apreciado violación del artículo 8 del CEDH (derecho al respeto de la vida privada y familiar) por haberse privado a la madre del derecho a estar presente en el traslado y entierro de su hijo nacido muerto en un parto prematuro. Gracias a una familia que ha tenido la fuerza y tenacidad de luchar por recuperar el cuerpo de su hijo, que murió antes de nacer en una terminación por razones médicas, y al compromiso y a la profesionalidad de los Letrados Aitor Canales Santander y Francisca Fernández Guillén (responsable de la Sección legal de El Parto es Nuestro), de ahora en adelante se deberán respetar tanto la dignidad de todos los bebés que mueren en el útero de sus madres (sin requisitos arbitrarios de edad gestacional) como la libertad de decisión de los progenitores en este trance.Aquí podéis escuchar la entrevista en radio Gracias, Carles Francino, por romper el silencio.Equipo Blog
Esta noticia me ha conmovido mucho.
Admiro profundamente a la mujer que ha luchado tanto por su derecho como madre sobre el cuerpo de su hijo.
Admiro su fortaleza, su convicción, su tenacidad y compromiso.
Y le doy las gracias.
Porque ninguna madre tendría que estar contando días para saber si se respetará la dignidad de su hijo en la muerte.
Y gracias a ella y su hijo, ninguna otra madre tendrá que luchar en este momento tan delicado.
Y como regalo extra, la participación de Francisca en la radio ha roto el silencio que envuelve este realidad de una forma muy importante.
Personas ajenas al tema han podido reflexionar y opinar sobre los protocolos alrededor de la muerte perinatal.
Es importantísimo que socialmente se planteen estos temas. Ayuda a romper el silencio y a visibilizar la realidad de que a veces, lamentablemente, los bebés también mueren. Son reales, son amados, y son nuestros.
En la vida y en la muerte, nuestros hijos e hijas son personas dignas de respeto, y nosotros, sus madres y padres, tenemos potestad sobre ellos.
Sin importar el matiz de creencias adoctrinadoras socialmente reconocidas, nuestra autoridad y su dignidad está por encima de protocolos y de costumbres.
Es un gran paso en el reconocimiento de las vidas que amamos y de nuestra libertad de decisión.
