Observatorio de la violencia obstétrica
8 Mar 2016
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8 de marzo: Declaración conjunta de los Observatorios de la violencia obstétrica

Desde la Red Internacional de Observatorios de la Violencia Obstétrica (InterOvo), conformada por los Observatorios de Argentina, Chile, Colombia, España y Francia, y como resultado del trabajo conjunto y de la puesta en común de información y datos recabados en cada país hasta el momento, declaramos que: -​La violencia obstétrica representa un alarmante y generalizado problema de salud pública a nivel mundial, que implica altos índices de intervención y medicalización rutinaria, que incluye maltrato físico y verbal, y que es ejercida indistintamente de ámbitos público y privado, nivel socioeconómico o cultural, religión, etnia y orientación sexual e identidad de género. -​Este flagelo es una grave violación a los derechos humanos, dado que la mujer no es reconocida como sujeta de derechos y es socavada su autonomía y soberanía sobre su cuerpo y sus procesos sexuales y reproductivos, a la vez que atenta contra su potestad en las decisiones en torno a el bienestar de sus bebés. Se trata probablemente de una de las formas de violencia hacia las mujeres que se ejerce desde la aceptación e invisibilidad social y por tanto hospitalaria. -​Es pertinente resaltar que nos encontramos ante un sistema hegemónico de salud que ejerce violencia institucional de forma generalizada y en diversas manifestaciones hacia sus usuarias/os y profesionales, particularmente en la atención de los procesos reproductivos de las mujeres. -​En la atención de estos procesos se espera el cumplimiento de procedimientos básicos y mínimos basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de la Federación internacional de Ginecología y Obstetricia. Sin embargo, estas recomendaciones no se llevan a cabo y los procedimientos quedan a criterio de un equipo médico que, por desconocimiento o decisión deliberada, no las implementa en los protocolos de atención. Estos procedimientos cuentan con poco o ningún control por parte de los Estados y además implican graves perjuicios al bienestar emocional y físico de la mujer y su bebé y a su vínculo inicial. -​Paralelamente se encuentran iniciativas que proponen el seguimiento de estas orientaciones y recomendaciones, pero desafortunadamente se observa que muchas de ellas han encontrado en el “Parto respetado” una mercancía y no un ejercicio de derechos, por lo que el acceso a los mismos queda supeditado al poder adquisitivo de las familias. -​Frente a esta sensible problemática los gobiernos no optan por la garantía de los derechos sexuales y reproductivos, particularmente de las mujeres, y por el contrario precarizan el sistema de salud y las condiciones de atención, generándose una complicidad en el ejercicio de esta violencia. Como Red Internacional reiteramos nuestro compromiso y trabajo conjunto por la visibilización y erradicación de este tipo de violencia, así como por un acceso equitativo a derechos en la atención segura, digna, idónea y de calidad a estos procesos.