ruizberdun
9 Feb 2017
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Jueves Históricos: Modelos para la enseñanza de la Obstetricia a lo largo de la Historia.

Este texto lo encontramos en la publicación Enseñanza e Historia de las Ciencias y de las técnicas. Orientación, Metodología y Perspectivas. Actas del VII Simposio de Enseñanza e Historia de las Ciencias y de las Técnicas de la SEHCYT (Barcelona, Institut d´Estudios Catalans, 15-16 marzo 2013). Ver el texto original aquí

Por Lola Ruiz Berdún y Alberto Gomis

Introducción

En 1834 Ramón Capdevila, Secretario del Real Colegio de Cirugía de San Carlos, comisionaba a José Rodrigo para que en su viaje a París se interesase por la adquisición de diferente instrumental con vistas a la docencia en el Real Colegio. Entre este se encontraba un automate obstétrical ideado por Gustave Ozenne, cuyo objeto sería la instrucción en todo lo relativo al parto a cirujanos y matronas. La comisión no tuvo el éxito apetecido, ya que el constructor francés se encontraba en esos momentos «haciendo grandes modificaciones en su automate obstetrical ou mannequin tokomatique», lo que le impedía calcular el valor que alcanzaría el mismo1. No era la primera vez que el Real Colegio de Cirugía de San Carlos se interesaba por un maniquí de partos. Existe constancia de que en 1794 el Colegio había realizado el encargo de construir un maniquí obstétrico al constructor Francisco Amich por un valor inicial de 3.000 reales de vellón2.

Antes y después de estas fechas, otros autores y constructores idearon diversos maniquís y modelos con los que facilitar a los futuros profesionales de las Ciencias de la Salud la comprensión de todo el proceso reproductivo en la mujer. Pasamos revista, en este trabajo, a alguno de ellos, la mayoría utilizados en España.

Los materiales de demostración: láminas y figuras en distintos materiales

Los materiales de demostración han sido uno de los recursos más utilizados para la enseñanza de la obstetricia a lo largo de los siglos. Estaban basados en la capacidad de aprendizaje de los alumnos a través de la observación y los primeros que se desarrollaron fueron las láminas de contenido obstétrico que comenzaron a aparecer en la literatura médica. Podemos señalar como ejemplo la lámina que aparece en el folio 101 vuelto del libro Historia de la composición del cuerpo humano, escrito por Juan Valverde de Amusco (c.1525 –c.1587), uno de los anatomistas españoles más conocidos del Renacimiento. Se trata de la figura de una mujer embarazada con la pared abdominal y el peritoneo abiertos para mostrar la gravidez del útero. La figura central está rodeada de dibujos de la placenta humana (Figura 1). La lámina fue grabada en cobre en Roma en 1560, por Antonio Salamanca y Antonio Cafreri.

Figura 1

Pero, sin lugar a dudas, hubo dos obstetras ingleses, considerados por algunos autores como los padres de la Obstetricia, que se hicieron muy famosos por sus láminas obstétricas. Se trata de William Smellie (1697-1763) y su discípulo William Hunter (1718-1783). Gracias a la reproducción en láminas de disecciones realizadas a un número importante de cadáveres de mujeres embarazadas editaron unos famosos atlas, ente los que destaca The Anatomy of Human Gravid Uterus. Recientes investigaciones han señalado que, para poder tener suficientes cuerpos que diseccionar, estos obstetras estuvieron involucrados en asesinatos, por encargo, de embarazadas en el último mes de gestación [SHELTON, D.C., 2010]3.

Un tipo de material frecuentemente utilizado para los elementos de demostración fue la cera. La técnica de los moldeados de cera se perfeccionó durante el siglo XVIII, época en la que empiezan a aparecer numerosas figuras destinadas a la enseñanza de la medicina. Entre ellas encontramos numerosas «Venus anatómicas», figuras de mujer, de cuerpo entero y tamaño casi al natural, recostadas sobre un lecho, con abdomen desmontable, que tras su apertura permitían la observación de los órganos internos, y que por lo general se mostraban grávidas, presentando un feto en el interior de su útero. Una de estas figuras ha sido recientemente restaurada en el Museu d’Historia de la Medicina de Catalunya [FERNÁNDEZ BERENGUÉ, L.; PUGÈS DORCA, M. & ZARZOSO ORELLANA, A., 2002]. También el Real Colegio de Cirugía de San Carlos tuvo una importante colección de ceras obstétricas entre las que se encuentran las que podemos observar en las figuras 2 y 3. Fueron realizadas fundamentalmente por Juan Cháez y Luigi Franceschi y hoy en día se conservan en el Museo de Anatomía «Javier Puerta» de la Universidad Complutense de Madrid [SÁNCHEZ ORTIZ, A.; DEL MORAL, N & MICÓ, S., 2012].

Figuras 2 y 3

La cera también fue el material utilizado por Enrique Zofio Dávila (1835- c. 1915) para la realización de una serie de cuadros didácticos sobre diferentes temáticas. Enrique Zofio Dávila trabajó toda su vida para la Sanidad Militar, pero también estuvo ligado al «Museo Olavide», donde desarrollo sus grandes dotes de escultor [CONDE-SALAZAR GÓMEZ, L. (2006), p. 32-34].

Aunque Enrique Zofio Dávila estaba especializado en las enfermedades dermatológicas, entre sus cuadros encontramos también algunas maniobras obstétricas como las que aparecen en las figuras 4 y 5 que se conservan el Museo de Historia de la Medicina de Oporto.

Figuras 4 y 5

Otro de los materiales que fue empleado para la producción de modelos anatómicos relacionados con el campo obstétrico fue el cartón-piedra. Entre ellos, podemos incluir los modelos de Louis Auzoux (1797-1880), médico y comerciante francés, miembro del Departamento de Cirugía del Hotel Dieu de París, quien estableció un taller de fabricación de figuras anatómicas en St Aubin d’ Ecrosville. Este tipo de modelos fueron llamados “clásticos” (klastos, griego – quebrantados), ya que podían ser desmontados para mostrar sus componentes.

De sus talleres, que prosiguieron tras el fallecimiento de Auzoux, salieron un gran número de modelos anatómicos, de entre los que nos interesa destacar aquí una caja de madera con frente de cristal que muestra diferentes estructuras del aparato reproductor femenino así como el desarrollo embrionario en diferentes etapas (Figura 6). Las dimensiones de la caja son de 41 x 44 x 11, 5 cms. Una de estas cajas se conserva en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza4.

Figura 6

Los fantasmas o maniquíes obstétricos

Pero más allá de la mera observación, el objetivo de la enseñanza obstétrica fue la realización de maniobras prácticas que se asemejasen a la realidad, para lo cual se empezaron a utilizar una serie de «máquinas de parir» que simulasen el proceso del parto de la forma más verídica posible.

Uno de los primeros antecedentes sobre el uso de este tipo de ingenios tuvo lugar en Francia, durante el siglo XVIII. Una matrona llamada Angélique Marguerite Le Boursier du Coudray (1712-1789) diseñó una «máquina» con la que instruyó a las mujeres sin formación de la campiña francesa, con el fin de capacitarlas para atender partos [RATTNER GELBART, N. (1998) p. 60-61]. Dicha máquina fue autorizada por la Academia de Cirugía Francesa en 1758. Algunas de estas piezas se conservan en el Museo Flaubert de Historia de la Medicina en Rouen5 (Figuras 7 y 8).

Figura 7 y 8

Otro de los pioneros en utilizar un fantasma para la enseñanza de la obstetricia fue William Smellie, del que ya hemos hablado previamente. Elizabeth Nihell, una matrona formada en Hotel Dieu de París describía en su libro A treatise on the Art of Midwifery «la máquina» que William Smellie utilizaba para la formación obstétrica de hombres y mujeres [NIHELL, 1760, p. 50]. El uso de los maniquís para el adiestramiento en obstetricia se fue consolidando poco a poco hasta parecer algo imprescindible. En la segunda mitad del siglo XIX, la española Francisca Iracheta escribía el que se considera primer libro escrito por una matrona para la formación de sus alumnas. El libro incluía «un patron para procurarse una pélvis artificial en que podrá ejercitarse á falta de maniquí». Desgraciadamente el libro está incompleto y el patrón es una de las partes que no se han conservado6. Ya en el siglo XX encontramos una evidencia de la utilización de maniquíes para la enseñanza de las matronas en la Universidad Central de Madrid. Se trata de una factura emitida por la «Casa Hartmann» de 150 pesetas en concepto de cobro de «un juego de gomas para el maniquí de partos» para la clase de matronas. La factura está fechada el 21 de junio de 1924.

En la actualidad, los maniquíes o fantasmas obstétricos han evolucionado hasta convertirse en simuladores de parto complejos y sofisticados que facilitan la enseñanza de esta profesión milenaria [GARDNER, R. & RAEMER, D.B. 2008].

Ver bibliografía en la página 125 de la publicación original

1 La contestación de José Rodrigo, fechada en París el 20 de julio de 1834 se conserva en el Archivo General de la UCM (Signatura: AH-0417). La descripción del “Automate obstétrical de M. Ozenne” en Bulletin des Sciences Médicalles, XXVII (1831): 110-111.

2 El constructor reclamaba un incremento del presupuesto inicial, ya que al haber recibido la orden de modificar el primer diseño, había tenido que” inutilizar varios muelles, la matriz y otras diversas piezas”: Libro de representaciones, órdenes y respuestas, 1787-1799. Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla (signatura BH MSS-928).

3 Consideramos que una de las asignaturas pendientes que tenemos los historiadores es investigar los crímenes que se han cometido en nombre de la Ciencia.

4 Universidad de Zaragoza, Patrimonio Cultural. Número de inventario: UZ000113.

5 http://www.musees-haute-normandie.fr/objet.php3?lang=fr&idrub=72

6 Las dos únicas copias que se han localizado están en el Archivo General de la Administración (signatura AGA (05) 32/16403).

Susiii (unverified)
10 Feb 2017
Superinteresante esta historia sobre el nacimiento y el papel de las matronas en el parto. Nos queda la asignatura pendiente de escribir una próxima etapa en que a ninguna mujer se nos quede cara de maniquí al salir del paritorio, ahí las buenas comadronas tendreis mucho que decir. Gracias!
Lola Ruiz Berdún (unverified)
17 Feb 2017

Enviado por Lola Ruiz Berdún (no verificado) el

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Gracias por tu comentario Susi y por considerarlo interesante. Poco a poco se irá consiguiendo lo que todas deseamos... Un abrazo.
cuclilla456 (unverified)
26 Feb 2017

Enviado por cuclilla456 (no verificado) el

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tener un desarroyo bueno porque la mujer cuando tiene una etapa de 38 y 39 semanas el embarazo se nota