Historias para no dormir: una episiotomía a la fuerza. Parte I
Esta tremenda historia está dividida en tres entradas por la extensión del caso, saldrán publicadas a lo largo de esta semana.
CASO MAYTE: UNA EPISIOTOMÍA A LA FUERZA I
En noviembre de 2012, Mayte ingresó de parto en el Hospital Universitario de Cruces, en Barakaldo (Vizcaya). Todo fue bien hasta la fase de expulsión. En no menos de cinco ocasiones le había dicho a la matrona: “No quiero episiotomía, no quiero episiotomía”, y la última vez: “no me cortes”. La matrona se mostró visiblemente enfadada, con los labios apretados y una mirada hostil, y volvió a prepararse para hacerla, ante lo cual Mayte reaccionó protegiendo su periné con las manos. Esto la enfureció, y aprovechó el momento en que iba a nacer el niño para cortar la vagina de Mayte con las tijeras. En la Historia Clínica la matrona escribió:
“A reseñar la conducta de la mujer que en todo momento NO ha sido NADA colaboradora. Oponiéndose a cualquier indicación postura, episiotomía, corte de cordón, colocando las manos en su periné…e impidiendo cualquier maniobra. MUY DIFICULTOSO todo el proceso.”
Nacida la niña, la matrona dijo al marido de Mayte que “buena la tenía” con ella y que era una “cabezona”. Refiriéndose a la recién nacida, que no acababa de entregar a la madre, dijo al personal que estaba en la sala “no se la deis, que no se lo merece, se ha portado muy mal”, “haberte ido a la Quirón y te hubieras llevado otra cesárea”, “te tendría que quitar a la niña porque no te la mereces, por cómo te has portado, pero andad, dádsela”, y más frases del mismo estilo.
La episiotomía le causó mucho dolor, se sentía desfigurada y no podía mantener relaciones sexuales con normalidad. Psicológicamente, la experiencia había sido una de las peores de su vida: se acostaba y levantaba con las imágenes del parto, padecía insomnio, pesadillas, ataques frecuentes de llanto y revivía las acciones y las frases de la matrona una y otra vez. Finalmente, se decidió a presentar una denuncia en los Juzgados de Barakaldo.
En la denuncia, Mayte expresó que se había ejercido contra ella una violencia física y moral que había menoscabado su dignidad y le había dejado secuelas físicas y psicológicas que estaban afectando gravemente a su salud, su autoestima y sus relaciones íntimas. Desde el punto de vista legal, la actuación de la matrona podría constituir un delito de vejaciones y lesiones. Sin embargo, la jueza consideró que la negativa de la madre no tenía relevancia de cara a considerar que había habido un delito de lesiones, omitió cualquier pronunciamiento respecto al trato vejatorio y ordenó el archivo.
Esa decisión fue recurrida ante la Audiencia Provincial, que estimó el recurso de Mayte al entender que debían realizarse diligencias de investigación para aclarar lo ocurrido, devolviendo el caso al Juzgado.
La defensa de la matrona alegó que la había realizado para preservar la salud del feto porque había habido alteraciones en el registro tococardiográfico, pero no lo aportó al proceso.
Hola Maribel:
Me duele mucho leer que tuviste una experiencia tan dura en tu parto; y me duele también que no te sintieras escuchada cuando contactaste con la asociación. No sé en qué circunstancias fue, pero me gustaría conocer tu historia y entender contigo si podemos ayudarte de alguna manera. Si te apetece, puedes escribirme a junta@elpartoesnuestro.es. También tenemos grupos locales que se reúnen cada mes para escuchar a las mujeres, y si eres de Madrid sería un honor recibirte en la próxima reunión que haremos en Carabanchel el día 8 de abril (o en cualquier otro grupo de la asociación, claro). Siento que no encontraras el apoyo que necesitabas; si aún te apetece, estamos a tu disposición.
Un abrazo,
Mercedes