La violencia obstétrica en Argentina
El 25 de noviembre se celebra el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. En Latinoamérica y nuestro país, las estadísticas son alarmantes y nos hablan de un aumento de las distintas formas de violencia hacia las mujeres.
En Argentina, la Ley 26.485 de Prevención y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, nomina las formas de violencia contra las mujeres y las clasifica en: física, psicológica, sexual, económica y simbólica.
Dentro de las modalidades de violencia describe, por primera vez, la violencia obstétrica: “Violencia obstétrica: aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929 ”. Así, junto con la Ley 25.929, Ley de Derechos de Padres e Hijos en el Proceso del Nacimiento, contamos con un sólido amparo legislativo a los derechos de las mujeres durante la gestación y el parto.
Si bien la normativa es clara respecto a nuestros derechos, no lo es en relación a las sanciones que deberán enfrentar los profesionales e instituciones que no cumplan con las leyes e incurran en violencia obstétrica. En ejemplo de esto es que la Ley 25.929 recién fue reglamentada en 2015, varios años después de su sanción y aún quedan artículos que no han sido reglamentados, lo que genera un vacio en la interpretación de la norma a la hora de pensar sanciones por su incumplimiento. Actualmente contamos con organismos como la CONSAVIG y la Defensoría del Pueblo para articular las denuncias por violencia obstétrica.
Según el primer Índice Nacional de Violencia Machista que analiza en detalle las formas de violencia hacia las mujeres y mujeres trans, impulsado por el colectivo “Ni una menos”, un 77% de las mujeres encuestadas dijo haber sufrido alguna forma de violencia obstétrica. Entre estas se destacan haber sido infantilizadas, tratadas con sobrenombres “mamita, nena!”, haber sido maltratadas física y verbalmente y haberse sentido vulnerables durante el momento del parto/cesárea. No ser informada debidamente de las intervenciones y los procedimientos médicos así como de los riesgos y alternativas a tomar es otro punto vulnerado sistemáticamente y contemplado también en la Ley 26.529 de derechos del paciente. Asimismo, no permitirles a las mujeres estar acompañadas durante el trabajo de parto y el parto o la cesárea es otro aspecto infringido frecuentemente. Muchas mujeres incluso refieren haber sido separadas de forma arbitraria de su recién nacido y haber sido restringida su presencia durante ingresos en neonatología, siendo que los padres y las madres no son visitas vulnerando así los derechos de los recién nacidos a estar en contacto con su madre aún cuando requieran asistencia médica.
La OMS estipula que las episiotomías deben realizarse entre un 10 y un 15% de los nacimientos, sin embargo en nuestro país forman parte de las intervenciones de rutina, al igual que el uso de oxitocina sintética. Respecto de la cesárea, una intervención que presenta riesgos para la mamá y el bebé, la OMS estipula que sólo entre un 10 y un 15% de los nacimientos deben producirse por cesárea debido a cuestiones médicas que impidan el parto vaginal. En Argentina, se estima que el índice de cesáreas en instituciones públicas oscila en un 30%, siendo ese número mucho mayor en el ámbito privado, alrededor de un 60/70%.
Si bien son muchos los aspectos a mejorar en relación al tratamiento de la violencia obstétrica en el sistema de salud pública y de prestaciones privadas, cabe destacar que son muchos los profesionales y las instituciones que comenzaron a cuestionar sus prácticas y a ofrecer alternativas para garantizar los derechos en el parto y el nacimiento. Proyectos de salud pública como el de la Maternidad Estela de Carloto, el Hospital Penna y el Hospital Ramón Carrillo son algunos ejemplos de iniciativas que buscan un cambio de paradigma en la atención del parto. Así es también como surgen y se replican agrupaciones de mujeres que luchan en contra de la violencia obstétrica, difunden información acerca de las intervenciones en la atención al parto, los derechos en el momento del nacimiento y brindan guías acerca de cómo realizar la denunciar.
Somos cada vez más las mujeres que buscamos informarnos y empoderarnos para lograr que el nacimiento de nuestrxs hijxs sea respetado como lo que es, un momento único y sagrado. Somos cada vez más las mujeres que trabajamos para erradicar la violencia de género en todas sus formas.