Bibiana Santamarina
3 Mayo 2018
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Son nuestros partos. Son nuestros cuerpos.

Mayo suele empezar con un puente que nos regala el día 1. En Madrid, ese puente se alarga un día más y algunos años, como este, nos encontramos con cinco días de "fiesta". El viernes, justo cuando arrancaban estas "minivacaciones" lancé una pregunta al aire en la reunión mensual del grupo local al que acudo: "¿cuántas mujeres tendrán que luchar estos días para que no se les meta prisa?. Hoy me sigo preguntando ¿cuántos partos se habrán inducido por cuadrar agendas de otros?, ¿cuántas kristellers, cuántas episiotomías, cuántas innecesáreas? ¿cuántos relatos sobre violencia obstétrica tendremos que seguir recibiendo hasta que se nos deje parir en paz?, ¿cuándo podrán nuestras hijas e hijos nacer con respeto?

Mis palabras no son sólo fruto de divagaciones ensoñadas. Mis palabras son gritos cada vez más desgarrados que se cuelan entre mis dedos mientras leo vuestras vivencias, vuestros partos robados, vuestro dolor. Os acompaño desde aquí y, por si sirve de algo, hago llegar a quien se acerque a esta página, vuestras historias.

"Había dicho a la matrona, y escrito en mi plan de parto, que quería alumbramiento espontáneo. Pues la matrona empujó mi útero con las manos hasta que la placenta salió. No tuve opción de pujar, ni me dieron ningún tiempo. Lo hizo así y se limitó a comentar que la placenta estaba entera. Luego llegó la sutura del desgarro. Me puso anestesia local, pero aun así el dolor era horrible. No podíaevitar moverme y ella me regañaba."

"Vinieron enfermeros y matronas y apartaron a mi pareja de mi a la fuerza, todo ocurrió tan rápido... la matrona me realizó la Kristeller y me dolió tanto que grité y lloré.

Siento rabia, impotencia....por la falta de información, porque hacen con las mujeres lo que quieren, porque se creen con el derecho de decidir por ti, porque se creen que el parto lo manejan ellos, por la falta de intimidad, por no respetar los tiempos, por tantas cosas.... Me queda una espinita clavada, un parto respetado, mi parto respetado."

"A partir de ahí, me llevaron a una sala helada, me inyectaron la anestesia, y me dejaron ahí durante horas, temblando, sin ningún tipo de información, me dijeron que mi ginecóloga estaba de camino, y tardó 5 horas en llegar, y nadie me decía nada, sentía la cabeza de mi hijo con cada contracción y nadie venía. Mis mandíbulas se movían exageradamente y nadie de su personal me hizo caso."

"En la sala había como 10 personas. Muchas de ellas no tenían tarea alguna excepto mirar. Volví a empujar. De repente me sentí apretujada y el aire me faltó. Una pequeña se subió encima y me estaba haciendo la maniobra de Kriskeller. Dos veces. Con todo el dolor no me entraba el aire así que la cogí y la tiré al suelo literalmente! Me miró mal murmuró algo y salió del cuarto. Pero la gine aprovechó ese momento y me cortó. Noté cada fibra cortándose, cada venita de mi periné estaba pasando por el filo de la tijera de esa bestia de mujer!!!! Empecé a llorar fuerte. No quería ninguna episiotomía!!!"

"Y coge aire y empuja!!... no puedo. Veo a una enfermera, trae una ventosa y tras varios pujos, no sirve. Ambas gines, lo intentan juntas, como si lo estuvieran probando por primera vez. Parecía que no sabían cómo funcionaba y escuché el tintineo de un carro de utensilios.

Mi marido estaba a mi derecha, recuerdo mirarle porque sabía a qué se debía ese ruido, desencajada por el miedo, sabía que me iban a cortar y así fue…y lo noté… y noté el hilo de sangre correr por mi piel… y gotear en el suelo. El tacto es diferente al líquido amniótico que aún salía, poco pero salía."

"Pues tal y como me dijeron, sobre las 8 de la mañana (hora en la que casualmente ese médico empieza o acaba el turno) sin que aparentemente repito hubiera ninguna necesidad, me sacaron a mi hija. Como si de una película de terror se tratara, porque yo estaba muerta de miedo y sin ninguna información porque en ningún momento nadie me explicó nada, sacaron a mi marido corriendo de la habitación y con una violencia terrible me realizaron la maniobra de Kristeller (que no aparece en el informe médico a pesar de que me la practicaron) y utilizando fórceps sacaron a mi hija."

"De repente y sin previo aviso sentí como me pinchaban con la anestesia local y la mir empezó a decirme que la molestaba y que no me moviera. De repente sentí el tijeretazo, sin avisar y chillé, muy fuerte. Todas las que estaban allí de cháchara ( 2 o 3 matronas o enfermeras) me riñeron y la mir me dijo que si era una niña pequeña.
A partir de ahí todo fue una pesadilla. Ella me chillaba que empujara y en un momento dado me chilló "empuja que tu hijo está sufriendo". Lo volvió a decir otra vez.
Y cada vez que empujaba se me echaban las dos matronas o enfermeras o lo que sea que fueran encima."

"Ya van cuatro meses y aún me duele... hace un par de semanas me quitaron un pólipo que me salió a raíz de los puntos (por supuesto fui a otro doctor). Me siento mal, psicológicamente afectada, destruída, siento que me han masacrado, no quiero volver a pasar por lo mismo nunca más en mi vida."

"Me colocaron una tirilla , según ellos para provocar los dolores y poder terminar antes. Las contracciones eran tan seguidas qué no tenía tiempo ni de respirar. Cuando sali de la habitación para la sala de partos llevaba 4 cm de dilatación, cuando llegué ya estaba de parto. Se me subieron encima,dicen para terminar antes y me rajaron."

"Tardan en ponerme la epidural pq eramos muchas esa noche y a las 04.00 con contracciones cada minuto me ponen la epidural encogida de dolor y exigiendome que me quedara quieta, no podía evitar temblar de dolor."

"Después de 6 horas con dolores intermitentes y angustiantes, tras una episiotomia en toda regla, unas maniobras de Kristeller y el uso de la ventosa, nació mi hijo a las 15:00 de la tarde. Fué un final agonioso con vómito incluido de tanto que me apretaron el abdomen. Jamás me lo pusieron sobre mi, se lo llevaron rápidamente aunque aparentemente todo estaba bien."

"Y lloré. Lloré con ganas. Intenté explicar: “No sabéis lo que ha sido. Ha sido horrible!” entre sollozos... Pero nadie me hizo caso. Nadie quiso saber. Sólo oí una voz que decía: “pobrecilla, las hormonas...” En ese momento mi cerebro desconectó de mis sentimientos, y me convertí en otra persona. Me convencí de que no pasó nada excepcional allí."

"Cuando estuve en dilatación completa comencé a empujar pero mi bebé entró en bradicardia...la sala se llenó de gente y echaron a mi marido. Me cortaron, me metieron el forceps y se me subió un enfermero a hacerme la kristeller...se llevaron a mi bebé y me cosieron haciendo caso omiso a mis quejas...incluso vomité sin que tuvieran la delicadeza de darme un minuto. A partir de ahí muchos dolores y sinsabor de boca....13 meses después y cambiando de ginecólogo he conseguido saber que tengo la cicatriz fibrosada y 3 puntos de sutura aun en la piel; de ahí los 13 meses de dolor y sufrimiento."

"Tras otras seis horas por fin dilaté del todo. Cuando empecé a empujar (por supuesto no se me dio la opción de ningún cambio de postura, aunque hubiera sido de lado), cual fue mi sorpresa cuando el primer comentario de la ginecóloga fue: "Qué mal empujas". Y a continuación subió los codos en mi tripa para "ayudar a empujar", mientras decía "vaya, esto de los codos no es lo que mejor se me da", mientras se reía. Al tercer pujo (cuando todo parecía que iba bien) noté la episotomía (sin avisar ni comentar nada)."

"Una vez allí me colocaron en el potro, con las piernas bien atadas para que no las pudiera cerrar, un gran foco alumbrándolo todo, sobre todo mi parte más íntima y mucha gente con mascarilla dando vueltas a mi alrededor, ruidos metálicos de instrumentos sobre bandejas, conversaciones que nada tenían que ver conmigo... Y a mí, se me fueron las ganas. Las contracciones literalmente desaparecieron y sentí deseos de decir “dejadlo para mañana, que se me han quitado las ganas”, pero no pude. Qué más da, no me habrían hecho caso. Entonces supe que no tenía más opción que resignarme."

"Mientras miraba las tuberías y unas válvulas que sobresalían del techo, con los ojos ahogados en lágrimas, veía y notaba como mi cuerpo era balanceado con muchísima fuerza, haciendo una buena escena de carnicería, mi útero….mi feminidad, mi maternidad…"