Informe RESA 2018. Así está nuestra sanidad privada
El pasado miércoles 19 de Septiembre tuvo lugar la presentación del Estudio RESA 2018, (Resultados en Salud de la sanidad privada), que desarrolla anualmente los resultados y la calidad de la sanidad privada, siendo este año su séptima edición, correspondiente a los datos de 2017.
El estudio es desarrollado por la Fundación IDIS, que se describe en su página web de la siguiente manera: “La Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), es una entidad constituida en mayo de 2010, que aglutina al sector sanitario privado y que tiene como finalidad promover la mejora de la salud de los ciudadanos y poner en valor a la sanidad privada.”
El Estudio RESA comienza su presentación con las siguientes palabras:
"Todo lo que no se mide y se compara difícilmente se mejora, este es el principio que rige los programas de gestión en materia de calidad, seguridad y resultados. Fieles a este principio la Fundación IDIS apuesta de forma decidida por sacar a la luz el resultado de sus actuaciones en términos asistenciales. De esta manera y por séptimo año consecutivo ponemos a disposición de todos, el Estudio RESA 2018, análisis pormenorizado de resultados en salud de la sanidad privada."
El estudio va desarrollando indicadores elegidos, que han sido solicitados y respondidos por más de 500 centros privados de todo el país, con un enorme volumen de datos, lo que permite representar a una amplia mayoría del sector privado.
Los indicadores de calidad abarcan desde estancias medias pre-quirúrgicas, tiempos medios de espera para citación de pruebas, tiempo medio de atención en Urgencias, tasas de ingresos en hospitalización a los 30 días del alta, y muchos indicadores más.
Cada año se va ampliando el estudio, introduciendo nuevos indicadores. En el área de salud sexual y reproductiva, este año se ha incorporado la tasa de cesáreas en el sector privado, y varios indicadores relacionados con la fertilidad inducida.
En el estudio, los resultados de todos los indicadores revelan una alta calidad en los servicios prestados, datos muy aceptables, con los que la sanidad privada pueda sacar pecho en la comparativa con la atención pública -o de diversas áreas geográficas que cuentan con datos-, resulta siempre muy bien parada.
Todos… menos uno: el porcentaje de cesáreas.
Según el estudio, el indicador de porcentajes de cesáreas se encuentra englobado en la parte 6 del mismo: Calidad y Seguridad del Paciente.
6.12 Tasa de partos por cesárea:
Sanidad Privada: 31.3%
Sanidad pública (SNS): 22.0%
Ante el evidente mal resultado, el estudio se aventura a justificar dicho porcentaje con argumentos como que la maternidad está cada vez más retrasada, siendo las mujeres más mayores, que existe una alta tasa de partos tras técnicas de fertilidad asistida, que otros países Reino Unido Austria o Suiza los tiene aún más altos, que las recomendaciones de la OMS son muy antiguas y no están actualizadas al contexto de países desarrollados actuales, o incluso que las propias preferencias en la toma de decisiones de la madre en el proceso de parto.
Cada uno de estos argumentos puede ir desmontándose desde la evidencia y también desde el sentido común, porque sólo desde la autocrítica sincera se puede mejorar.
Una cesárea no es inocua, no da lo mismo ni los niños salen más guapos. Una cesárea es una solución drástica ante algunos problemas de salud que pueden presentarse en el parto, y que debe ser utilizada exactamente cuando se necesita, porque hace pagar a la madre y al bebé un alto precio de salud física y emocional. Porque, demandamos las cesáreas necesarias: ni una más ni una menos.
Pera ello, es necesario entender, por ejemplo, lo que una alta tasa de inducciones supone como inicio de la cascada de intervenciones que suelen desencadenar muchas cesáreas de ese 15%-20% extras que se hacen en el sector privado respecto de las recomendaciones de la OMS.
La alta variabilidad entre centros, incluso regiones dentro de España muestra que no es una cuestión de necesidad ni evidencia, sino de creencias o incluso de buena o mala suerte.
Es importante no banalizar ni quitarle importancia a la operación de cesárea, porque el hecho de que se hagan de manera más segura que hace años no significa que haya que realizarlas en mujeres y bebés que no lo necesitan. De la misma manera que por muy segura que sea hoy una operación de cataratas, ningún profesional operaría a una persona que no tiene esa afección.
Como mujeres, como madres y como asociación, creemos firmemente en la necesidad de mejorar año a año este indicador, y para ello, proponemos colaboración y diálogo para entre todos reducir este único resultado incordio del estudio. Y para continuar midiendo, comparando y mejorando la calidad, proponemos también, incluir el año que viene nuevos posibles indicadores relacionados con la Obstetricia y Neonatología:
-% ingresos en neonatología tras parto o cesárea
-% episiotomías
-% lactancia exclusiva al salir del hospital y al mes.
Porque de lo que se trata es de cuidar a los pacientes, y en este caso, las mujeres y bebés afectados, poniéndolos en el centro de los procesos y tomas de decisiones, para más seguridad y calidad.