El viernes 8 de marzo no fue una fiesta, fue una reunión absolutamente necesaria, para juntar energías y sinergias. Se respiraba oxitocina, libertad, orgullo y una complicidad compartida entre mujeres de todas las edades y diversidades posibles.
Desde
El Parto es Nuestro estuvimos presentes en muchas ciudades de este país, y también fuera de España, en Argentina y Ecuador, para lanzar de nuevo nuestro mensaje: recuperar la dignidad y el respeto por nuestros partos y nuestras criaturas y familias en momentos cruciales y que tienen un impacto que van mucho más allá de "una horita corta" en un hospital cualquiera.
Anoche dimos entrevistas, hablamos con mujeres de 70 y adolescentes de 14 años, con hombres de todas las edades. Nuestras pancartas se convirtieron en photocall y nuestros disfraces del cuento de la criada en una llamada de atención a cosas que, aunque parezcan futuristas, las tenemos mucho más cerca de lo que nos atrevemos a imaginar.
Ha sido un placer participar en esta convocatoria y sentirnos unidas, tomando la calle juntas desde tantos lugares simultáneamente!
¡Gracias!