Cartas contra la violencia
Comenzamos el nuevo año con ilusión. Con esperanza. Deseando que todas las mujeres puedan disfrutar libremente de sus embarazos, sus partos y sus post partos. Deseando que no se repitan casos de violencia obstétrica tales como los sucedidos en 2019 en Oviedo, Sant Boi, Menorca y Elche.
Es imposible imaginar el dolor de esas madres sometidas a la violencia del sistema, a la violencia machista instaurada en las instituciones de nuestra sociedad ya bien entrado el siglo XXI. Es indignante que se pisoteen los derechos de las pacientes por el simple hecho de ser mujeres embarazadas o mujeres de parto.
La ley ampara a las mujeres que toman sus decisiones libremente. La coacción médica, judicial y policial no son las formas para traer un nuevo ser a la vida en este mundo. Las mujeres son las únicas soberanas de sus cueros y son las responsables de sus decisiones. Los profesionales sanitarios están para informar y realizar las mejores prácticas disponibles y respaldadas por la evidencia científica, SIEMPRE con el consentimiento informado de la paciente. Y, al mismo tiempo, la paciente SIEMPRE tiene derecho a negarse a una intervención sobre su cuerpo, se del tipo que sea y aunque contradiga la recomendación de un médico. Los médicos también se equivocan, los médicos no están más preocupados por los bebés que sus propias madres, los médicos no están gestando… no van a parir.
Seguimos acompañando a todas las mujeres que se sienten violentadas durante su embarazo y su parto. Desde las que se ven obligadas a recurrir a los tribunales como las que sufren los comentarios despectivos normalizados en consulta.
Hoy, compartimos desde aquí las cartas de una de esas mujeres. Cartas desgarradoras a aquellos que convirtieron su parto en un infierno. Gracias a esa madre por compartirlo.