COVID19: Parir en Guadalajara - carta abierta
En esta oportunidad ofrecemos este espacio para que se escuche la voz de las mujeres de Guadalajara y publicamos su carta abierta.
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Carta abierta a Jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia de la Gerencia de Atención Integrada de Guadalajara, María Jesús Cancelo.
Con la misma queremos contestar a la carta que envió respondiendo a las críticas que El Parto es Nuestro realizaba por la negativa del centro a que las mujeres den a luz acompañadas de una persona de su elección.
Lo primero es expresar que nos hemos sentido completamente abandonadas ya que en ningún momento el hospital se ha puesto en contacto con nosotras para explicar el nuevo protocolo. Enterándonos, de la prohibición de acompañante, algunas de nosotras en la puerta del hospital el día que íbamos a dar a luz.
Respecto a su respuesta a nuestras reclamaciones, sus declaraciones resultan opuestas a las recomendaciones oficiales y de la Organización Mundial de la Salud y por tanto alejadas de la última evidencia científica disponible. En sus declaraciones indica que "la infraestructura de la Clínica, y la situación actual de la pandemia, no permite en estos momentos establecer circuitos seguros de prevención de la infección en cuanto a los acompañantes".
Sin embargo en una multitud de hospitales españoles los acompañantes entran con las debidas medidas de protección, con un EPI y manteniendo la distancia de seguridad con el personal sanitario.
Las mujeres de Guadalajara tenemos el mismo derecho que cualquier otra mujer a parir acompañadas y más cuando esa decisión no está basada en recomendaciones epidemiológicas, sino que es una decisión arbitraria y lesiva tomada al margen de las recomendaciones internacionales y de nuestro bienestar psíquico.
También indica en sus declaraciones: "las instalaciones de Clínica la Antigua son singulares y más pequeñas que las de un hospital público". Sin embargo existen clínicas en España con paritorios pequeños de menos de 20m2 que atienden partos y cesáreas y donde sí entra el acompañante sin ningún problema, por lo que les pedimos una vez más que atiendan a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, sin excusas.
Prosigue afirmando que “todos lamentamos que la madre no pueda estar acompañada en uno de los momentos vitales más importantes, pero la pandemia actual está obligando a todos a realizar sacrificios. Confiemos en que pronto podamos volver a la normalidad”.
Le recordamos una vez más que la Organización Mundial de la Salud es muy clara en sus recomendaciones sobre parto y Covid:
“Todas las mujeres embarazadas, incluso cuando se sospeche o se haya confirmado que tienen la COVID-19, tienen derecho a recibir atención de alta calidad antes, durante y después del parto. Esto incluye atención de salud prenatal, neonatal, postnatal, intraparto y mental.
- una experiencia de parto segura y positiva implica:
- ser tratada con respeto y dignidad;
- estar acompañada por una persona de su elección durante el parto;
- disponer de una comunicación clara del personal del servicio de maternidad;
- con estrategias adecuadas de alivio del dolor;
- y movilidad en el trabajo de parto, de ser posible, y elección de la postura del parto.”
Está claro que aquí las únicas que estamos haciendo sacrificios somos nosotras, las mujeres que vamos a parir solas, esto no es un capricho, para nosotras es imprescindible vivir nuestros partos acompañadas y la recta final de nuestros embarazos tranquilas y con toda esta situación eso no se está propiciando.
Que entre una persona por parturienta y la acompañe en su habitación sin salir hasta el alta hospitalaria no es un riesgo para el resto de enfermos del hospital. Nuestros derechos humanos básicos se están viendo vulnerados con la excusa de la pandemia.
No vamos a parar Sra. Cancelo. En Valencia y Ceuta han revertido las órdenes de no acompañamiento dando ejemplo de que rectificar es de sabios.
Por todo ello, instamos a que en la mayor brevedad posible:
Usted y su equipo revisen el protocolo de actuación llevado a cabo en la Clínica la Antigua, al que se trasladaron los servicios de Ginecología y Obstetricia, y lo adecuen a las recomendaciones de la OMS sin vulnerar nuestros derechos fundamentales.