Las mujeres no perdemos derechos en tiempos de pandemia
Extracto de la carta enviada por El Parto es Nuestro al Defensor del Pueblo con fecha 09 de junio de 2020:
Desde el 14 de marzo hemos asistido a disparidad de protocolos hospitalarios dentro no solo de una misma CCAA sino también incluso dentro de una misma provincia. En modo alguno, la Gerencia de ningún hospital está legitimada, capacitada ni autorizada para crear protocolos que difieren de los de hospitales pertenecientes a la misma CCAA y que tratan de preservar los derechos fundamentales al máximo, tanto como para que esas mujeres, bebés y familias se conviertan en usuarios de segunda, frente a quienes acuden a centros hospitalarios que están respetando sus derechos y las distintas normativas y legislaciones muy superiores jerárquicamente a cualquier guía de actuación o protocolo médico. El tratamiento hospitalocéntrico que se le ha dado a esta crisis sanitaria ha propiciado aún más el cuasi colapso, pero con todo, y dejando atrás las primeras semanas de la misma, insistimos en la falta de justificación y la arbitrariedad en lo que a restricción de derechos fundamentales se refiere con respecto a la mujer, su parto y su bebé.
Por lo que, cualquier limitación en los derechos de las mujeres embarazadas sin verdadera justificación constituye sin más una vulneración de los mismos y puede dar lugar a una mala praxis. El decreto de Estado de Alarma no limita los derechos de las mujeres embarazadas como usuarias de la Sanidad en cuanto a la toma de decisiones en lo que respecta a los detalles de su parto, a estar acompañada, su derecho a estar informada verazmente, prestar consentimiento informado, derecho de aceptación o rechazo de tratamiento o intervenciones que supongan riesgos para su salud o su vida y todos los que en situación de normalidad sanitaria se han de respetar tal como dispone la Ley 41/2002, de 14 de Noviembre, reguladora básica de la autonomía del paciente.
Obviar los múltiples beneficios psicoemocionales y físicos tanto para la mujer como para el bebé, de prácticas como el acompañamiento en el parto en todas sus fases, permitir hacer piel con piel o fomentar el vínculo, el apego y la lactancia materna entre otras recomendadas por la OMS incluso para mujeres contagiadas por Covid-19, causan un estrés innecesario en las mujeres que las posiciona y predispone a una situación de mayor vulnerabilidad aún y el abuso de la doctrina de la necesidad médica unida a la actual crisis sanitaria están propiciando una vulneración sistemática de los derechos más fundamentales de las mismas y, a la postre, de sus bebés.
