¿Por qué no se escucha a las madres?

En tiempos de Covid, parece que no hay más noticias que todo lo que tiene que ver con el virus y sus consecuencias en nuestras vidas, pero hoy hemos amanecido con una que ojalá nunca se hubiera tenido que contar:

"Muere una bebé prematura al confundir suero alimenticio con anestésico" De principio a fin ha sido todo una pesadilla que ha terminado con una bebe muerta y otra con secuelas graves. Pero si hay algo que me ha dado la vuelta al estómago ha sido leer este párrafo: “Las dos recién nacidas cambiaron a partir del 2 de enero, fecha en la que se estima se les empezó a suministrar el Propofol, cambiaron su actitud «movida y vital» y dejaron de moverse. Incluso la madre de la bebé fallecida alertó a una enfermera de que su hija, Ane, que nació pesando 600 gramos, estaba demasiado parada, pero la profesional la tranquilizó.” Otra vez vuelve a ocurrir, a las madres se nos niega, se nos tilda de histéricas emocionales en plenos post partos, de sobreprotectoras, de irracionales, de locas. De haber escuchado a esa madre, quizás su bebé seguiría viva. Una madre que pasó horas viendo a su hija dentro de la incubadora, deseando verla crecer y soñando el día en el que volvieran todos a casa, ella que memorizó sus gestos, sus respiraciones, ella que sabía perfectamente qué algo estaba pasando, que su hija no era la de otros días. Ella avisó y nadie la escuchó ni se cuestionó un poco si pasaría algo, una vez más la madre exagerada que no discierne correctamente, no como ellos que son sanitarios que muchas veces, creen saberlo todo, pero se les olvida lo más importante que es que el instinto de una madre supera muchas veces cualquier disciplina médica. En este hilo de pensamiento recuerdo varios casos de mujeres que, embarazadas prácticamente a término, empezaron a notar como sus bebés se movían menos y al verbalizarlo con sus seres queridos lejos de aconsejarles ir al hospital para descartar cualquier problema, les dicen que se preocupan en exceso y que es normal al final de embarazo, el resultado fue trágico en varias de ellas. ¿Por qué no se escucha a las madres? Nosotras tenemos una profunda conexión con nuestras crías, como mamíferas que somos. De nuevo se vuelve a negar nuestra biología, nuestra capacidad de percibir cualquier mínimo cambio en ellos e intuir que algo está pasando. Es innato, otro súper poder que la naturaleza nos ha concedido como dadoras de vida. A ti, mujer que me estás leyendo, lo único que te puedo decir es que si tienes esa sensación, no dejes que nadie te anule, insiste hasta que alguien te escuche, pide otra opinión profesional, no dudes de tu instinto. Nadie mejor que tú podrá averiguar por el mínimo gesto que algo está pasando y que hay que buscar ayuda. A ti, profesional que me estás leyendo, lo único que te puedo decir es que si una mujer te transmite una duda o preocupación no la ignores, escúchala, revisa a tu paciente, busca qué es lo que pondría estar generando ese cambio en él y no juzgues, haz correctamente tu trabajo. Ojalá nunca más vuelva a ocurrir algo así, pero mientras lo escribo sé que no es cierto, sé que volverá a pasar porque en definitiva, en todo lo que engloba la maternidad, desde el embarazo, parto, lactancia, crianza... pocos nos escuchan a nosotras, las madres.