Violencia Obstétrica: dos de cada tres mujeres la sufren en España

Violencia obstétrica: Esa violencia que no existe, y sin embargo perciben hasta un 67,4% de las mujeres según un estudio transversal realizado en España.

En el artículo publicado en Women and Birth el 17 de octubre del 2021, podemos ver la diferencia entre lo que no se admite desde el Consejo General de Colegios de Médicos, y lo que proclama la Federación de Asociaciones de Matronas.

No hay ninguna duda de que la violencia obstétrica existe, y no hay ninguna duda de que en España hay violencia obstétrica, como la hay en todos los países del mundo.

En ningún caso queremos decir que sea una violencia intencional, ni que todos los profesionales que trabajan en obstetricia la ejerzan. Sí queremos dejar claro que es una violencia institucional, muy difícil de aceptar tanto por los profesionales que la ejercen y que a menudo también la sufren, como, también, por las mujeres que la padecen.

Durante 2019 se llevó a cabo un estudio observacional transversal que incluyó a 899 mujeres que habían dado a luz en los últimos 12 meses. Se distribuyó un cuestionario en línea a través de matronas y asociaciones de mujeres en España. El cuestionario incluyó variables sociodemográficas, clínicas y prácticas asistenciales. La variable de resultado primaria fue la violencia obstétrica y sus tipos verbal, físico y psicoafectivo.

Los criterios de inclusión fueron el parto en los últimos 12 meses (en hospital público, privado o domiciliario) y que la madre tuviera un nivel suficiente de instrucción para leer y comprender el español. Los únicos criterios de exclusión fueron mujeres menores de 18 años.

La edad media fue de 35,2 años (DE 4,25 años), el 63,7% (572) eran primíparas y el 60,0% (539) tuvo un parto vaginal normal. La atención del parto se brindó en un hospital público para el 81,9% (736), el 16,9% (152) en hospitales privados, el 0,3% (3) en centros de maternidad y el 0,9% (8) en el domicilio

Los resultados del estudio no dejan lugar a dudas: la violencia obstétrica fue reportada por el 67,4% (606) de las mujeres; 25,1% (226) verbal, 54,5% (490) físico y 36,7% (330) psicoafectivo.

Que dos de cada tres mujeres encuestadas percibieran que habían sido víctimas de violencia obstétrica durante sus partos, lo consideramos como una prueba más de que dicha violencia es estructural. Tal y como dicen los autores del estudio, concluimos que se debe poner todo el esfuerzo posible, tanto por parte del estado, como por parte de los profesionales que atienden a las mujeres embarazadas, para erradicarla de nuestro sistema nacional de salud.

Señalar que el uso y respeto de planes de parto, así como el respeto del tiempo para el piel con piel con sus bebés, fueron factores protectores y que hicieron sentirse a las mujeres más respetadas y dueñas de sus partos.

Curiosamente, el acudir a clases de educación maternal no se relacionó con una menor violencia percibida, sino que la violencia se dio con más frecuencia, o quizá las mujeres fueron más conscientes de la misma.

No dejaremos de insistir en la necesidad de cumplir la Estrategia de Atención al Parto Normal, muchas mujeres se sintieron violentadas cuando no se respetó su plan de parto, cuando les hicieron cesárea o episiotomía sin una clara indicación médica y/o sin explicaciones, y cuando su recién nacido fue ingresado en la UCIN.

Esperamos que este tipo de estudios sean replicados para crear una investigación exhaustiva sobre la violencia obstétrica, para que todos y todas seamos conscientes de su existencia y de su prevalencia.

Porque cuando existe un problema, no sirve de nada negarlo. Los problemas, se solucionan conociéndolos y poniendo en marcha estrategias que permitan que mujeres y profesionales encuentren soluciones juntos. La formación en perspectiva de género y en comunicación emocional para los profesionales, y la implementación de una red de apoyo para las mujeres víctimas de esta violencia, nos parecen imprescindibles en el momento actual.

Enlace al estudio original:

The magnitude of the problem of obstetric violence and its associated factors: A cross-sectional study