25N: Basta de violencia en nuestros partos
Un año más llegamos al 25N mostrando nuestro compromiso con la erradicación de la violencia que se ejerce de tantas y tan diferentes formas contra nosotras, las mujeres, y especialmente aquella que llevamos años visibilizando desde El Parto es Nuestro, la Violencia Obstétrica.
Cuando hablamos de violencia obstétrica hablamos de una violencia institucional, que se ejerce en el seno del sistema sanitario, tocado como el resto de instituciones por nuestra cultura patriarcal, por los estereotipos de género profundamente arraigados en nuestra sociedad y por el paradigma de la superioridad del parto medicalizado. No respetar el derecho de las mujeres a decidir, no formar o actualizar a los profesionales de la salud, o no destinar los suficientes recursos a este sistema y en concreto a la atención al parto para que las condiciones de trabajo y la organización sean óptimas, son algunas de las causas de violencia obstétrica.
Este año queremos poner un foco especial en la reforma de Ley 2/2010 de Salud Sexual y Reproductiva que está en trámite parlamentario y de aprobación y que en estos momentos, su Anteproyecto deja fuera el concepto de violencia obstétrica silenciando los miles de testimonios de las mujeres y dejándonos sin herramientas fundamentales para poder abordar sus causas estructurales.
Pese a la intención manifiesta del Ministerio de Igualdad de reconocer la violencia obstétrica en la reforma de esta Ley, considerándola como una forma de violencia de género y tomando medidas para evitarla, esta no aparece definida en el texto. Tampoco aparecen referencias a los organismos internacionales que denuncian la violencia obstétrica, describen sus causas y realizan recomendaciones a los Estados para abordarla.
Llegamos a este 25N sin un reconocimiento claro en la reforma de la ley, sabiendo que la presión de algunos Colegios Médicos y Sociedades científicas se ha interpuesto al reconocimiento de los Derechos de las Mujeres y que los Ministerios de Sanidad y Justicia han cedido a sus presiones. Sin embargo, entidades colegiadas y de profesionales en ginecología y obstetricia y de matronas, además de otros actores como el Consejo Fiscal y varios partidos políticos en sus enmiendas, alzan la voz para que la violencia obstétrica sea expresamente reconocida en la Ley y se acompañe de medidas y garantías suficientemente efectivas para abordarla.
Llegamos además a este 25N con un nuevo dictamen del Comité CEDAW publicado en julio, condenando al estado español de nuevo por permitir que se ejerza la violencia obstétrica ¿qué más tiene que pasar?
Las dos decisiones del CEDAW sobre violencia obstétrica han sido ignoradas por el Estado español. ¿Para cuando la indemnización a las víctimas? ¿Para cuando el cumplimiento de las recomendaciones de las sentencias?
Por todo ello El Parto es Nuestro este 25N y todos los días demandamos:
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La inclusión y definición de la violencia obstétrica y de las referencias realizadas por organismos internacionales en la reforma de la Ley 2/2010 de Salud Sexual y Reproductiva.
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El reconocimiento institucional de la violencia obstétrica junto con medidas eficaces para abordar sus causas.
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Dar cumplimiento a los dictámenes del Comité CEDAW contra España sobre violencia obstétrica, que incluye proporcionar una reparación apropiada a la víctima y proporcionar capacitación profesional adecuada a los trabajadores obstétricos y otros trabajadores de la salud en materia de derechos de salud reproductiva de la mujer, así como al personal judicial y al personal encargado de velar por el cumplimiento de la ley.
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Destinar los recursos suficientes a la atención al parto para acabar con la falta de personal e infraestructura y evitar que ésta se traduzca en más intervenciones para acortar el tiempo de los partos.
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La continuación y actualización de la Estrategia de Atención al Parto Normal y Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva, actualmente congeladas, haciéndolas extensivas a la sanidad privada, donde más intervenciones innecesarias se realizan.
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Promover la formación continua de profesionales en prácticas médicas respaldadas por la evidencia científica, siguiendo la línea estratégica de la Estrategia de Atención al Parto Normal.
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Garantizar el requisito del consentimiento informado antes de cada intervención, tal y como indica la Ley de Autonomía del Paciente.
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La actualización obligatoria de protocolos hospitalarios y planes de salud autonómicos conforme a las recomendaciones actualizadas de la Estrategia de Atención al Parto Normal, tanto en hospitales públicos como privados.
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Transparencia en la obstetricia: supervisión, recogida y publicación de indicadores de atención al parto, fácilmente accesible para las usuarias, a nivel de hospital tanto públicos como privados, como tasas de cesáreas, inducciones, episiotomías, partos instrumentales, piel con piel, maniobras de Kristeller, litotomías, etc. Que no sea una investigación periodística la que tenga que arrojar datos al respecto.
Este 25 de noviembre como todos los años, como todos los días, mostraremos nuestro compromiso con la erradicación de todas las violencias que se ejercen hacia las mujeres, y en especial, seguiremos luchando por erradicar la violencia en nuestros partos.