MANIFIESTO 25N 2023: Violencia obstétrica, violencia estructural
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se conmemora anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
Este 25 de noviembre como todos los años, como todos los días, mostraremos nuestro compromiso con la erradicación de la violencia que se ejerce de tantas diferentes formas contra nosotras, las mujeres y nuestros hijos e hijas durante el embarazo, el parto y el puerperio.
Violencias, como todas las que se cometen contra las mujeres, a menudo invisibles e invisibilizadas, violencias que no se nombran, que no se quieren ver, que se niegan por parte de aquellas personas que podrían hacer algo por evitarlas.
A menudo no se perciben como violentas, porque las cosas “siempre se han hecho así”, porque siempre se han hecho episiotomías sin consentimiento, porque siempre se ha obligado a las mujeres a parir boca arriba, en la peor postura para parir, porque siempre se ha puesto oxitocina sintética sin preguntar, porque siempre se ha obligado a las mujeres a estar solas y atadas en sus cesáreas, y se las ha separado de sus hijos…
Otras veces no se perciben como violentas porque, aunque el personal sanitario hace las cosas lo mejor posible, están educados en una visión paternalista, tratando a la mujer embarazada como alguien que no puede decidir lo mejor para ella y su criatura, infantilizando, culpabilizando, y en no pocas ocasiones “echando la bronca” por un kilo de más o de menos…
Queremos dejar claro que SE ACABÓ. Se acabó tratarnos con faltas de respeto y desautorizando nuestra opinión sobre nuestro cuerpo. Se acabó el separarnos de nuestros acompañantes y nuestras criaturas sin ninguna necesidad médica urgente. Se acabó el callarnos y bajar la cabeza porque si no “puede ser peor”. Se acabó llorar cada cumpleaños de nuestras criaturas, recordando un parto robado, violento y en el que nos sentimos ninguneadas o tratadas como “un trozo de carne”.
Se acabó porque ya no permitimos que nos traten así, y se acabó porque cada vez son más los profesionales sanitarios que se dan cuenta de que el camino no es la negación, sino caminar a nuestro lado, al lado de las madres, para cambiar las cosas que deben ser cambiadas, mejorar las que pueden mejorarse, y seguir haciendo las cosas que funcionan según la evidencia científica.
Por último en este 25N, como tantos otros, no queremos olvidarnos a las mujeres, embarazadas y a las criaturas que se encuentran en contextos de guerras y conflictos, donde sus derechos más básicos se ven comprometidos.
Un 25N que continúa con mucho trabajo por delante.