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22 Mayo
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Respondemos a la SEGO sobre la violencia obstétrica

Desde la Junta Directiva Ejecutiva de la SEGO se le ha hecho llegar una carta al presidente de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género de la UE, Robert Biedroń, instándole a retirar el término ‘violencia obstétrica’ del estudio recientemente publicado, titulado Obstetric and gynaecological violence in the EU - Prevalence, legal frameworks and educational guidelines for prevention and elimination. Este estudio presenta una visión general de cómo se aborda la violencia gineco-obstétrica en la Unión Europea y está basado en investigaciones realizadas en los 27 estados miembros, identificando problemas, desafíos, marcos jurídicos, acontecimientos políticos y reuniendo iniciativas que se llevan a cabo para mejorar la comprensión y prevención de este tipo de violencia. El caso de España es uno de los que se ha tratado con mayor profundidad y las iniciativas y acciones de El Parto es Nuestro han quedado reflejadas en este informe.

Desde El Parto es Nuestro, hemos hecho llegar nuestra respuesta a la SEGO:

«Nos dirigimos a ustedes tras conocer el contenido de la carta que han enviado al presidente de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género de la UE, Robert Biedroń, expresando su disconformidad por el informe del Parlamento Europeo titulado: "Obstetric and gynaecological violence in the EU - Prevalence, legal frameworks and educational guidelines for prevention and elimination".

Desde El Parto es Nuestro, como asociación sin ánimo de lucro que pretende mejorar las condiciones de atención a madres e hijos durante el embarazo, parto y posparto, finalidad que consideramos que nos es común con la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, mostramos nuestra preocupación ante varios puntos de su carta.

De esta forma, vamos a responder estos puntos que se exponen en su carta:
- "Nos preocupa profundamente que se aborde un tema tan sensible sin la participación de expertos debidamente capacitados para tratarlo."
En dicho informe se citan artículos firmados por médicos especialistas en obstetricia y ginecología, matronas, psiquiatras y psicólogos especialistas en psiquiatría perinatal, sociólogos y otros profesionales que han estudiado durante años la violencia obstétrica; así que no es correcta su afirmación de que no se ha consultado a médicos especialistas en obstetricia y ginecología.
- "Es importante destacar que nuestra Sociedad no reconoce ni admite el término "violencia obstétrica-ginecológica, cuya definición es hacer daño de forma voluntaria".
En el informe del Parlamento Europeo, justamente se menciona la dificultad de que dicho término no sea admitido por los profesionales sanitarios, detallando como al evitar el término "violencia obstétrica", se obstaculiza el trabajo de investigación que precisa de unos indicadores para generar evidencia cuantitativa. Especialmente en nuestro país. Pues esto no ocurre en otros lugares donde el término sí está aceptado.

Quisiéramos aclarar que la definición de Violencia Obstétrica-Ginecológica no contempla distinción de si el daño realizado se realiza de forma voluntaria o involuntaria. Según la OMS (2014), la violencia obstétrica se define como una forma específica de violencia ejercida por profesionales de la salud (predominantemente médicos/as y personal de enfermería) hacia las personas embarazadas en labor de parto y el puerperio.
Además de esta definición de la OMS en la primera página del informe "Obstetric and gynaecological violence in the EU - Prevalence, legal frameworks and educational guidelines for prevention and elimination" se define "violencia obstétrica" justificando el sentido de su uso, lo citamos a continuación:
"Existen algunas críticas al término 'violencia', considerando el uso de 'abuso' y 'falta de respeto' como mejores alternativas, y con la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableciendo 'maltrato' como un término general. Sin embargo, se argumenta que el término 'violencia' captura mejor las estructuras de poder y las desigualdades de género que enmarcan tales abusos, faltas de respeto y malos tratos."

Cuando desde nuestra asociación El Parto es Nuestro, la OMS, la ONU, la UE y las mujeres hablamos de Violencia Obstétrica-Ginecológica no valoramos si existe maldad o voluntad de daño, no dudamos de su entrega vocacional y su compromiso médico-científico, nos referimos a los indicadores que gracias a documentos como los de la OMS o la Estrategia de Asistencia al Parto Normal nos permiten reconocerla.
En ningún momento decimos que la violencia se ejerza con conocimiento de que se está realizando un daño, sino sobre la vulneración de derechos como son el de la autonomía del paciente (Ley 41/2002), donde entran el consentimiento informado u otras faltas de respeto hacia las usuarias del SNS.
Asumimos que los profesionales sanitarios en nuestro país, en el resto de Europa y también otros países fuera de la UE no son conscientes de que están ejerciendo dicha violencia puesto que se trata de prácticas sistematizadas, a continuación argumentamos esta afirmación:
En 2019, Dubravka Šimonović, Relatora Especial del Consejo de Derechos Humanos sobre la violencia contra la mujer de la ONU (CEDAW), presentó ante la asamblea general de este organismo un informe sobre el “maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica”, declarando desde el inicio del documento que “se ha demostrado que esta forma de violencia es un fenómeno generalizado y sistemático”.
La Relatora destaca que la violencia obstétrica se produce en “el contexto más amplio de la desigualdad estructural, la discriminación y el patriarcado, y también son consecuencia de una falta de educación y formación y de la falta de respeto a la igual condición de la mujer y a sus derechos humanos.

La violencia obstétrica se produce desde esa desigualdad estructural por lo tanto está vinculada a la sociedad y al sistema siendo imposible, por lo tanto, que los espacios de ginecología y obstetricia resulten libres de esa discriminación y violencia, ya que son espacios que están inmersos en esta sociedad, a pesar de la voluntad de no dañar y el compromiso con la evidencia científica.

En la Declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2014 sobre la Prevención y erradicación del maltrato durante la atención del parto se expone:

“En todo el mundo, muchas mujeres sufren un trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud, que no solo viola los derechos de las mujeres a una atención respetuosa, sino que también amenaza sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y la no discriminación.”

En esta declaración se advierte que “estas prácticas podrían tener consecuencias adversas directas tanto en la madre como en el bebé” y que es “más probable que las mujeres adolescentes, las solteras, las de nivel socioeconómico bajo, las que pertenecen a una minoría étnica, las inmigrantes y las que padecen VIH entre otras, sufran un trato irrespetuoso y ofensivo”.

También la OMS menciona como manifestaciones de esta violencia:
⇾ Un evidente maltrato físico.
⇾ Una profunda humillación y maltrato verbal.
⇾ Procedimientos médicos sin consentimiento o coercitivos.
⇾ Incumplimiento con la obtención del consentimiento informado completo.
⇾ Negativa a administrar analgésicos.
⇾ Negligencia hacia las mujeres durante el parto, lo que deriva en complicaciones potencialmente mortales, pero evitables.

Aunque está declaración es del 2014 como asociación recibimos testimonios a diario a través de nuestros grupos locales, redes sociales y del servicio de ayuda legal, relatando estas experiencias que fueron recogidas por la OMS. Paralelamente nos llegan testimonios de mujeres que han experimentado prácticas en contra de la evidencia científica y de las recomendaciones de la OMS, ponemos como ejemplo:
- Violencia verbal, coacción y falta de consentimiento informado.
- Separación de bebé tras un procedimiento de cesárea sin justificación.
- Tasas de cesárea y de parto instrumental e inducciones mucho más elevadas de lo que la evidencia científica admite dentro de la normalidad.

Ustedes señalan en su carta al presidente de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género de la UE, Robert Biedroń, que "el uso del término Violencia Obstétrica solo sirve para distanciar al paciente del médico debidamente capacitado, algo que consideramos inaceptable". Como asociación en constante contacto con usuarias del sistema de salud en torno al embarazo, parto y posparto, podemos afirmar que lo que está produciendo desconfianza, distancia y enfado en las pacientes y usuarias no es la existencia y uso del término sino las resistencias a aceptar la existencia de la violencia obstétrica que muestra la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, así como algunos profesionales sanitarios. Aún más tras las tres sentencias a España por violencia obstétrica por parte del CEDAW, órgano creado por las Naciones Unidas.

Les recordamos también que desde el Parlamento Europeo se aprobó la “Resolución sobre la situación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la UE, en el marco de la salud de las mujeres” en la que considera:

“la violencia ginecológica y obstétrica” como uno de “los obstáculos en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos” y “pide a los Estados miembros que luchen contra la violencia ginecológica y obstétrica mediante el refuerzo de los procedimientos que garantizan el respeto del consentimiento libre, previo e informado y la protección frente a un trato inhumano y degradante en los centros asistenciales, entre otros, por medio de la capacitación de los profesionales médicos” y los insta “a que hagan todo lo necesario para garantizar el respeto de los derechos de las mujeres y su dignidad en el parto, y condenen enérgicamente y luchen contra el abuso físico y verbal, incluidos la violencia ginecológica y obstétrica, (...) que vulneran los derechos humanos de las mujeres”.

Que ante el testimonio de tantas mujeres que relatan ser víctimas de violencia por parte de profesionales sanitarios del ámbito de la Ginecología y la Obstetricia, nos preocupa profundamente que la respuesta de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia sea el rechazo del término y la relativización de la experiencia y secuelas físicas y psicológicas de las víctimas.
Creemos que es importante y necesario para la excelencia profesional de sus servicios que puedan escuchar las voces de las mujeres a las que atienden, los testimonios que a nuestra asociación nos llegan a diario, así como las voces de otros profesionales de la Ginecología y Obstetricia que nos consta que aceptan el término y que han cuestionado procedimientos, protocolos y prácticas.

Entendemos que, para una organización entregada a la Salud como la SEGO, plantearse que se pueda estar produciendo violencia en el marco del ejercicio de su profesión pueda resultar complicado puesto que entendemos que dañar es absolutamente lo contrario que anhela un profesional que dedica su vida al ejercicio de la atención a la Salud; pero son muchos los testimonios de mujeres que nos llegan constantemente relatando ese tipo de experiencias y consideramos que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia debería tenerlos en cuenta.

Quedamos a su disposición para dudas, aclaraciones y diálogo.

El Parto es Nuestro»

MBH (unverified)
23 Mayo

Bravo, no se puede decir más claro y respetuoso. 

Señores y señoras de la SEGO, hagan el favor de escuchar a las mujeres y que toda esta evidencia no se vuelva en nuestra contra una vez más, por favor.

Víctor José Ibarguren (unverified)
24 Mayo

Enviado por Víctor José Ib… (no verificado) el

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Soy médico obstetra de Argentina.

Impecable vuestra carta en respuesta a la SEGO.

Y soy plenamente conciente de la existencia de la violencia obstétrica que me ha hecho y me hace repensarme y repensar cada práctica en beneficio de cada mujer y familia que me toca asistir.

Beatriz Sierra (unverified)
26 Mayo

Enviado por Beatriz Sierra (no verificado) el

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Alto y claro, bravo por vosotras! Como fisioterapeuta de suelo pélvico solo puedo decir que enhorabuena por esta declaración!