25N: Prohibido callar: 20 años de lucha contra la Violencia Obstétrica
Las más vulnerables son las más vulneradas.
La violencia institucional hacia estas mujeres, se multiplica.
La violencia obstétrica es una forma de violencia institucionalizada contra las mujeres, ejercida en un momento de profunda vulnerabilidad: el embarazo, parto y posparto.
Durante este período crucial, muchas mujeres, por proteger a sus bebés, se ven forzadas a ceder derechos fundamentales, soportando prácticas que vulneran su dignidad como seres humanos. Esta violencia, documentada por organismos como la ONU, el Parlamento Europeo y la OMS, sigue siendo ignorada o negada por las mismas instituciones que la perpetúan.
En este 25N Día Internacional contra la Violencia de Género, es imprescindible volver a poner el foco en la violencia obstétrica y desde nuestra asociación, llevamos 20 años visibilizando esta realidad.
Dos décadas escuchando y acompañando a mujeres que han sido rotas por un sistema que debería cuidarlas, no dañarlas. Sin embargo, aún hay quienes se atreven a negar su existencia, como si ignorarla pudiera borrar las cicatrices que deja o hacerla desaparecer.
No es casualidad que instituciones como la SEGO cuestionen en conferencias si la violencia obstétrica es "real" o simplemente una "leyenda urbana" alimentada por las redes sociales. Pero la realidad es tozuda: España ya cuenta con tres resoluciones internacionales que la reconocen, emitidas por el Comité de la CEDAW de la ONU. Pese a ello, las autoridades siguen mirando hacia otro lado, y las mujeres que denuncian se enfrentan a procesos que las revictimizan, porque nombrarla y buscar justicia sigue siendo un acto de resistencia.
"Las más vulnerables son las más vulneradas". Esta frase resume con crudeza lo que ocurre cuando las mujeres pierden el control sobre sus cuerpos. Y contrasta brutalmente con otra que, en las últimas semanas, se ha convertido en un meme terrorífico: "tu cuerpo, mi decisión".
Aunque esta última fue pronunciada por un congresista estadounidense durante debates sobre los derechos reproductivos, refleja la misoginia que no es ajena a nuestra realidad en España, donde mujeres embarazadas han sido forzadas a someterse a procedimientos médicos en contra de su voluntad. Lo que parece una película distópica, no es ficción. Es la cruda realidad de un sistema que, en lugar de protegernos, nos oprime.
Como escribió Alejandra Pizarnik en La Caída: "Se prohíbe no llorar, se prohíbe no gritar (...) se prohíbe no ser.". Seguiremos gritando, aunque se quemen las gargantas y duelan los tímpanos de quienes ignoran nuestra voz, hasta romper el silencio de la violencia para siempre.
Hace 20 años comenzamos a nombrar la violencia obstétrica, a denunciar y a acompañar a quienes la sufren. Seguimos aquí, porque creemos en la importancia de devolver a las mujeres la dignidad que les fue arrebatada. En este 25N, nos unimos a la lucha global contra todas las formas de violencia de género, recordando que la violencia obstétrica es también violencia de género.