Mis tres cesáreas antes de mi parto. Relato de Anahi
Mi primera hija nació por cesárea hace ya casi 10 años. El embarazo fue fenomenal, la verdad, a nivel físico estuve hasta el último día trabajando y todo correcto. Ahora cuando miro atrás me doy cuenta que no estaba todo lo conectada con el bebé que estaría ahora y quizás ello llevó en parte a que el parto acabara en cesárea.
Fue una noche de jueves que me di cuenta que perdía algo de líquido y que no era flujo ni orina, si no más bien agua. Nadie me había hablado de la posibilidad de que el parto empezara así, siempre parecía que debía empezar con contracciones o con una rotura de bolsa espectacular… Al llamar a la clínica me dijeron que fuera, yo tenía mucho miedo, muchos nervios. Cuando llegué y comprobaron que realmente había fisurado la bolsa me dijeron que pasara allí la noche a ver si empezaba el trabajo de parto, y por la mañana llamarían al doctor.
Pasó la noche sin novedades y por la mañana empezaron con inducción, aunque no fui muy consciente de qué me hicieron, me pusieron oxitocina, que no me dolía ni hacía ningún efecto, con decir que estaba haciendo crucigramas en el paritorio. Después de 4h sin progresión, el corazón del bebé bajó en dos ocasiones y me propusieron cesárea, lo cual acepté.
Mi hija nació tranquila un viernes por la tarde, nuestras primeras miradas se cruzaron y se la llevaron. Lloré en quirófano pero en seguida me llevaron con ella después de coser la herida. Después de todo no la viví para nada traumática. Lo que sí me sorprendió fue el dolor físico y la recuperación. Pensaba que una cesárea era algo más sencillo y tardé como 15 días en ser persona otra vez.
Al cabo de un año volví a quedarme embarazada, este embarazo fue una montaña rusa. De alguna manera la bebé llamaba la atención al poco caso que le hacía :( Tuve alterados varios análisis, me hice la amniocentesis, tuve que repetir la ecografía morfológica… en fin, no lo viví tan feliz como el primero. Además del cansancio de tener una hija de un año, claro.
Mi ginecólogo, el mismo, desde la primera visita me indicó que debía programarme una cesárea por cesárea previa. Yo ni me cuestioné que tuviera que ser de otra manera. Así llegó el día del ingreso, en la semana 38. En quirófano me di cuenta que no me había hecho efecto la epidural, así que decidieron dormirme completamente. Ya no recuerdo nada más hasta que desperté sola en una habitación, sin saber si estaba viva o muerta ni si mi hija estaba bien. Les siguientes 24h fueron terribles, no reconocer a mi hija, no recordar ninguna de las conversaciones que tuve con mis hermanas… Aunque la recuperación física de la operación fue mejor, psicológicamente quedó algo tocado pero escondido.
Después de 3 años me quedé embarazada de mi tercera hija. En ese momento ya empecé a sentir que quería vivir un parto de otra manera, pero con dos cesáreas previas, ya no había quien me ayudara, en mi entorno. Mi única opción era irme a 300km de mi casa, opción que en ese momento se me hacía imposible. Al final mi tercera hija nació por cesárea respetada, con una ginecóloga que entendía todos mis sentimientos. En cuanto nació me volqué en ella tantísimo, porque me sentía muy culpable e intenté compensar con la crianza lo que sentía que me había perdido con la cesárea.
Después de unos años hice un curso de doula y empecé a despertar y descubrir todo lo que me había perdido, todo lo que se me había robado, más bien, lo que me había dejado robar…
Acordamos tener un cuarto hijo y el relato completo lo encontraréis a continuación. Pudimos tener un parto en casa con una comadrona española que confía en las mujeres, sobretodo en las que tenemos cicatrices en el útero (http://inmamarcos.blogspot.com/).
Espero que con este relato pueda ayudar a empoderar a mujeres que desean tener un parto vaginal después de cesárea.