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CESÁREA EN HOSPITAL PRIVADO VS PARTO VAGINAL EN HOSPITAL PÚBLICO Y UN ABORTO EN MEDIO

Tengo 41 años. Con 35 tuve a mi primera hija por cesárea (no podía elegir porque venía de nalgas) en un hospital privado. Mi ginecólogo de “toda la vida”, tradicional pero de confianza me atendió la cesárea. Llegué al hospital a las 14:30 y me metieron en quirófano a las 18:40; sola y sin ninguna explicación me pusieron los brazos en cruz, me llenaron de cables y empecé a notar tirones sin parar dentro de la tripa. Estaba asustada, muy asustada. A las 19:05 nació la niña, después de una sensación de vacío increíble en el abdomen. Todo estaba bien; bueno, la niña estaba bien; yo no era capaz de reaccionar, ni cuando me la enseñaron pude reaccionar. Después de coserme me llevaron directamente a la habitación dónde estaban mi marido, mi madre, mi padre y mi cuñado. Todo daba vueltas y yo me sentía contenta porque ya no estaba sola y todo había pasado (o eso me creía yo).

Lo siguiente que recuerdo es cuando me preguntaron si se llevaban a la niña al nido, a lo que dije que sí (a día de hoy todavía no me lo explico) y me dormí. A la mañana siguiente me trajeron a la niña y me dijeron que había pasado buena noche y que había tomado biberón. En el momento no le di ninguna importancia porque yo tenía tanto dolor que no podía pensar en nada más. Recuerdo decirle a la ginecóloga ¿ponerme de pie? ¿Estás de broma no?? Sentía como si me partieran con un cuchillo por la mitad cada vez que intentaba moverme. Lo que vino después no fue a mejor; mala lactancia (siempre mixta desde el primer día), nada de oxitocina, mi cuerpo no notaba que había parido y yo sólo tenía dolor en cada movimiento que hacía. Así durante un mes. Pasado ese tiempo empecé a ver la luz pero hormonalmente estaba destrozada, lloraba, reía, flipaba..y los sentimientos no eran ni parecido a los que todo el mundo me había dicho. Poco a poco todo fue mejorando (menos la lactancia) pero yo no quise saber nada de un segundo hijo hasta pasados dos años, casi tres.

Con 38 años tuve un aborto en la semana 11. Un palo porque nunca te esperas que te pase a ti. Hay que llorarlo, tomarte tu tiempo y seguir.

Me costó casi dos años volver a quedarme embarazada, con 40 años lo conseguimos. Cuando fui a mi ginecólogo de nuevo, se había retirado de partos y literalmente me dijo que si quería cesárea él me podía atender, pero que sino, me fuera con su compañera. Yo quería intentar parto vaginal ¿por qué cesárea? Con lo que había pasado no iba a elegir esa opción si podía evitarlo; al fin y al cabo el parto es algo para lo que una mujer está preparada no?. El embarazado iba perfecto, todas las pruebas bien y yo me encontraba fenomenal pero cada vez que iba a revisión, la ginecóloga me decía: “bueno, ya veremos si es parto vaginal porque con una cesárea previa ya sabes que no podemos ponerte oxitocina y si rompes bolsa y no dilatas, te haremos cesárea”. Yo salía de la consulta ofuscada, nerviosa y triste. En la siguiente consulta la primera pregunta era: ¿tu quieres cesárea o parto? seguía sin entenderlo, ¿esto es algo que yo pueda decidir? Sabiendo que la cesárea es una operación quirúrgica que puede tener mas complicaciones que un parto..; Cuando le preguntaba por las clases de preparto, su respuesta era: “bueno, ya veremos, a ver cómo tienes el cuello”…total que me planté en la semana 32 y no había empezado las clases! Cada vez que salía de la consulta pensaba: me va a hacer cesárea, me va a hacer cesárea y un miedo horrible me inundaba.

Después de darle muchas vueltas, me animé a ir a la matrona de mi centro de salud y a partir de esa visita-charla empecé a ver la luz. Por primera vez, notaba que me entendían. Ella no sólo me animó al parto vaginal, me lo explicó todo perfectamente (sí que se puede poner oxitocina en caso de ser necesario y más en mi caso que la cesárea fue por nalgas) y me recomendó un hospital, al que estaré eternamente agradecida por el trato y la profesionalidad recibida. En el hospital los dos ginecólogos que me atendieron en consulta coincidieron en que no había ningún problema por la cesárea anterior para intentar parto natural; simplemente era un hecho había que tener en cuenta.

El 14 de Noviembre 2019 nacía mi segundo hijo por parto vaginal, en la semana 39+1 y con rotura de aguas en casa. Tuve de todo, epidural, oxitocina y 15h de parto y os aseguro que ha sido, sin duda, la experiencia más increíble que he tenido y que tendré en mi vida; la lactancia esta siendo exclusiva, mi cuerpo está generando oxitocina sin fin y mi estado anímico es genial. Cuando tu cuerpo fluye y lo dejan, él lo dice todo.

Nunca sabré qué hubiera pasado si no hubiera cambiado el rumbo, pero cuando pienso en la diferencia con la cesárea se me pone la piel de gallina. La mejor decisión de mi vida sin duda fue dejarme llevar por lo que sentía y buscar la opción con la que yo me encontraba más fuerte. Ahora soy poderosa porque he parido a un bebé precioso con el que estoy en sintonía desde la primera contracción.

Mi decisión no fue fácil, tuve que luchar contra mi madre, la opinión de la ginecóloga del centro privado y mis propios miedos. A favor tuve mucho apoyo de mi marido y mis amigas (alguna pasó por algo parecido) que me dieron la confianza suficiente para creer en mí.

Animo a que las mujeres se dejen llevar por lo que sienten y si algo no les convence busquen otras alternativas. Yo nunca lo olvidaré, la cicatriz en mi bajo vientre me ayuda a no hacerlo.

La historia del parto podemos dejarlo para otro relato.