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El nacimiento de Carla

Tengo que decir que el deseo de volver a ser padres era muy grande, pero cuando me quedé embarazada sólo pensaba en mi pequeña de dos años, en que el mundo ya no giraría a su alrededor y que ya no seríamos uno, que tendría que compartir su tiempo, pero no como algo malo, no, sino con añoranza del tiempo pasado, hemos sido taaan felices que me daba vértigo ver cómo ha pasado todo tan rápido, y mi bebé es una princesa que ahora presume de ser hermana mayor.

El embarazo fue estupendo, ni una molestia, ni un problema, como si nada hasta el mismo día del parto, ni una contracción previa, nada...se me pasó volando, y el día 1 de abril a las 20:30 de la tarde empecé a sentir contracciones..."Creo que viene Carla" le dije a mi marido...pero ni yo me lo creía...era como “¿a? ¿Voy a tener otro bebé?...”. El parto en casa estaba planeado desde antes de concebirla, Leire nació en Úbeda, a 400K m de su casa, buscando un parto respetado, y así fue, pero Carla nacería en casa, en nuestra casa. No se lo dijimos a nadie, sólo a mi hermana, que debía viajar para estar presente, es fotógrafa y quería tener un bonito recuerdo plasmado en foto.

Como decía a las 20:30 empecé con contracciones irregulares, recogí la casa, bañé a Leire con ayuda de mi hermana, y mientras mi marido daba de cenar a la peque yo leía unas revistas en el sofá entre contracciones, muy llevaderas... Llamé a la matrona, que llevaba días llamándome para ver qué tal iba, tenía miedo de no llegar porque Leire nació en 4 horitas..."¿voy para allá?"... No me apetecía "No, aun no sé si esto seguirá o no" le dije...yo sabía que era el momento, pero no me apetecía tener la casa llena de gente, quería estar sola...Empecé a controlar el ritmo de las contracciones, por curiosidad...eran irregulares, cada 3, 4 10, 8 minutos...ya venia, seguro...a las 22 llamé a la matrona, le dije que fueran viniendo, pero con tranquilidad...seguí en el sofá un rato, Leire terminó de cenar, hoy se había hecho tarde para ella, estaba encantada jugando con su tía...a las 23 llegaron las matronas...entre contracción y contracción me encontraba genial, pero cuando venía una me colgaba de la estantería del salón moviendo las caderas y respirando...subí a acostar a la niña, sigue durmiéndose con el pecho...me fue difícil encajar un par de contracciones tumbada en la cama con mi niña, pero disfruté mucho de ese momento tan íntimo, ella y yo solitas en la cama, huele tan bien, tiene una expresión tan dulce...se me escaparon algunas lágrimas...mi niña, se durmió enseguida al ser tan tarde...la llevé a su cuarto para que no se despertara, ella seguía durmiendo con nosotros, pero tiene su cuarto, y de vez en cuando me pedía dormir allí...esa noche preferí que estuviera allí.

Bajé a decir a las matronas (vinieron dos) a ver si querían controlar a la nena o algo...comprobaron el latido fetal, todo bien, me preguntaron si quería un tacto...no me apetecía nada...me fui a mi cuarto, quería estar sola...entre contracciones salía del cuarto y organizaba las cosas con ellas, cuando venía una contracción me encerraba y me colgaba, esta vez del armario...me senté en el wc, estaba cómoda, ya iban doliendo...pero aun me daba la sensación de que me quedaba mucho, llamé a mi marido, quería que estuviera conmigo, me colgaba de él, me abrazaba...aun seguía pensando..."viene el bebé...¿viene? ¿ya?" me hubiera gustado que el embarazo hubiera durado otros 9 meses...las matronas aparecían de vez en cuando para controlar al bebé, todo iba bien..."¿quieres mirarme?" le dije a María... Me miró, pero ni le pregunté de cuánto estaba, no me importaba... Volví a encerrarme...al poco, sentada en el wc noté unos pujos internos, no muy fuertes, era raro...con Leire me dijeron empuja, así lo hice y salió enseguida, no noté nada, y ésta era una sensación nueva... Yo estaba en mi mundo, la verdad, esperando el efecto de mis endorfinas...no llega, pensaba, aun me queda entonces...estaba muy consciente, nada de planeta parto...y eso ¿eran pujos? Llamé a Ana..."creo que estoy pujando" me volvió a mirar..."empuja si quieres, estás en completa"...no me lo creí, estaba siendo todo tan raro...estaba tan a gusto en casa, no dolía tanto, no tuve la sensación de hacerme caca como la otra vez... Cada parto es diferente, desde luego...y desde que me dijeron que estaba en completa empezó mi odisea de encontrar mi lugar para el expulsivo... De pié, en el wc, en la cama, en la pelota... Estaba incómoda, sólo me encontraba mejor en el wc..."cuando salga la cabeza me levanto" le dije a Ana ante su cara de preocupación... Fueron muy cariñosas conmigo todo el rato...me propuso ir a la cama después de muchas vueltas, yo, resignada, pensé: probaré otra vez...me puse a cuatro patas sobre la pelota en la cama...raaas!! Noté un desgarro interior, la niña bajó... ¡cómo dolía leñe!..."Empuja cuando quieras" me decían... Así hice, noté los pujos, pero nada sobrehumano, era muy consciente de cada dolor, de cada milímetro que la cabeza avanzaba... No quería desgarrarme y quise controlar el expulsivo... Noté el aro de fuego ¿aro? ¡me quemaba entera! Duró mucho porque empujé muy poquito a poco, la cabeza salió muy lentamente "¡ya esta aquí!" escuché a alguien..."¿puedo descansar?" pregunté, me sentía super aliviada, como si todo hubiese terminado, pero aun Carla estaba dentro de mi, sólo asomaba su cabeza..."Voy a volver a empujar" me agarraba a los bajos de la cama para tener mas fuerza...y así nació mi pequeña, a las 01:50 del 2 de abril, en nuestra cama (mas llena que nunca, por cierto...las dos matronas, mi hermana, mi marido, ella y yo...). Ví a mi hermana y a Antonio con la lagrimilla... Me pasaron a la niña entre las piernas y ya el mundo se detuvo, qué bonita, qué diferente de su hermana, tan morena..10 en el test de Apgar al minuto...preciosa...en ese momento Leire se despertó y vino a verla..."Mira Leire, ya ha nacido Carla" se le iluminó la carita "¡Como Jaime!" dijo (mi vecina había tenido un bebé hacia un mes) y se abrazó a mí mirando esa cosita que mamá tenía en brazos… Al poco mi hermana le llevó a abrir el regalo que Carla le había traido y se fue tan contenta...

El cordón latió como media hora y Antonio lo cortó, y la placenta tardó en salir... Las matronas estaban ya preocupadas, pero yo estaba tranquila, sabía que la placenta no salía por la postura, así que cuando ya vi que estaban realmente preocupadas empujé con todas mis fuerzas y salió... Me miraron y estaba todo perfecto, ni un desgarro, sólo laceraciones. Mientras Carla se enganchó al pecho con fuerza.

Me quise duchar, pero me dijeron que esperara un poco, me fui incorporando poco a poco, y a las dos horitas ya estaba duchada y cambiada, subiendo y bajando por casa como si nada, ni yo me lo creía... La tensión estupenda y casi no había tenido hemorragia...y Carla dormía plácidamente en mis brazos, o en los de papi...era la serenidad personalizada...y lo sigue siendo, tranquilita y preciosa...

Y así fue la venida al mundo de mi segunda hija, dolorosa e intima. No lo cambio por nada del mundo.

Bienvenida Carla
http://www.flickr.com/photos/yanyel_88/3407617612/

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