El nacimiento de Laura en el confinamiento
El fin del embarazo es tener contigo al amor de tu vida y para eso no hay nada que se interponga. Da igual como sea tu parto, da igual como venga a ti tu bebé... El parto es un mero trámite para tener en tus brazos a ese pequeño gran ser que desde antes de nacer ya ha cambiado tu vida y a ti misma. Dolor? Necesario, tu cuerpo de abre en canal para dar salida a ese pedacito de ti que durante varios meses has llevado dentro. Largo? No más que el tiempo que llevas esperando conocerlo... Yo siempre escuché mil historias sobre el parto, sobre el ser madre... y en casi todas (por no decir todas) la parte “negativa” siempre era infinitamente mayor que la positiva.
Siempre tuve claro que quería ser mamá y cuando por fin me decidí a ello fué ya con 37 años. Hasta ese momento muchas veces tuve que escuchar el “se te pasa el arroz”, “tienes algún problema?”, “no quieres tener hijos?”... Ni se me pasaba el arroz (lo tenia a fuego muy lento), ni tenía problemas, simplemente decidí tenerlo cuando yo quise tenerlo, no cuando al entorno le parecía el momento. Tuve un embarazo express, casi fue decidirme y boom! Ahí estaba el súper positivo! En ese momento mil dudas, mil miedos, mil pensamientos en un sólo segundo. Ese día nos íbamos de viaje, primer día de vacaciones... y sorpresa sorpreson!! Cambiamos el coche y la carretera por la visita al médico para ver que teníamos que hacer. Cita al día siguiente para analíticas... y al salir de allí decidimos que hacíamos las maletas y nos íbamos de viaje ahora ya siendo 3.
Fue un viaje maravilloso, especial e importante porque sólo nosotros sabíamos que éramos 3 y ese “secreto” nos hizo vivirlo todo de forma aún más especial. De regreso cita en el gine... y ahí estaba, un pequeño puntito se dejaba ver, muy tenue aún... pero ahí estaba. Calma me dije, a veces las cosas no salen bien... y pedí cita a la semana siguiente... Y sí, ahí seguía mi pequeño puntito agarrado a mi, a su mamá! Pero aún era pronto, y pedí cita a la semana siguiente... Y sí, ahora si que sí, mi pequeño puntito no sólo estaba agarrado fuertemente a mí, si no que su corazón latía intensa y fuertemente! Increíble me dije, tengo un corazoncito fuerte y ya independiente dentro de mi!!
A partir de ese momento decidí dos cosas, la primera cuidarme para cuidar a mi puntito lo máximo posible y lo segundo intentar relativizar la importancia de las cosas en cada momento. La salud física es importante pero la mental lo es igualmente. Disfruté de mi embarazo como no os podéis imaginar. Sentía una conexión increíble con mi barriga que cada día crecía más... Y por fin, a las 14 semanas mi pequeñaja se hizo notar. Creo que jamás en la vida olvidaré ese momento y esa sensación. Simplemente indescriptible. Desde ese día ya no volvimos a dejar de sentirnos ni un solo día, ni un solo instante. Y así fueron pasando los días, las semanas... los meses... Hasta que estando de 36 semanas nos dicen que hay un virus en la calle y nos confinan en casa. En serio?!?! Me dije... 38 años para ser mamá y lo voy a ser en medio de una pandemia nunca antes conocida por nuestra generación?!?! Increíble... la lotería no me toca, pero con esto hice pleno... Venga, va, no pasa nada.
Me informé del protocolo, preparé las cosas y oye, si es lo que nos toca pues adelante con ello. Y así fué, a las 40+1, en pleno confinamiento y con todo lo peor pasando fuera... nos fuimos al hospital (12h) con lo que pensamos era una falsa alarma. Llegamos, me miraron... y ohhhh!!! Pérdida de líquido con meconio... 2cm de dilatación, cuello borrado al 80%, pequeñas contracciones... todo favorable me dijeron. Te lo vamos a inducir para que no esté la pequeña más tiempo del necesario en el líquido. Estupendo me dije, si lo consideráis así, pues genial. Y allí me ves, sin contar con ello, en la cama con el goteo y con la familia x el mvl ansiosa esperando... De 12 a 14 diría que todo fué un camino de rosas. Pero a las 14h ya la cosa empezó a doler. Realmente duele?? Pues sí, pero chicas, lo raro sería que no doliese. Tu bebé quiere salir, tu cuerpo quiere que salga... es la naturaleza en estado puro. Así que ahí recordé las palabras de mi matrona (P). Respira, relájate, y piensa que vas a parir y que todo va a ir bien.
Me centré en mí, sólo en mí. Me daba igual lo que pasara fuera de mi cuerpo. 16h pido epidural. Siempre tuve claro que yo no vine a este mundo a sufrir, y si hay algo que me pueda aliviar el dolor... bienvenido sea. A las 16:20 tenía la epidural puesta y un dolor de C****** Sí chicas, no me digáis porqué pero yo tenía un dolor tremendo... pero ya no había tiempo a nada, mi cuerpo me pedía empujar y así lo hice. No fue corto el proceso, la niña estaba arriba de todo y había que bajarla... así que manos a la obra me dije.
Llevo 40 semanas preparándome para conocerte, no hay dolor, ni cansancio ni miedo que me lo vaya a impedir. Sentí como mi pequeñaja bajaba por dentro de mí, sentí y gracias al espejo que me pusieron también ví como salía de mí... (gracias a todo el personal que estuvo conmigo dándome las indicaciones necesarias en cada momento) Y así, a las 19:30h del 11 de abril del 2020, en pleno confinamiento de una pandemia mundial nunca antes vista... conocí al gran amor de vida, mi cabrita loca Laura.
Repetiría? Totalmente SI. Recuerdo lo malo del parto? Para mi, con la mano en el corazón, no tengo recuerdos malos. Me preparé durante el embarazo para mentalizarme que el parto es un proceso natural del cuerpo. Que el dolor que se siente forma parte de ese proceso, al igual que lo es el amar a ese pequeño ser desde el momento en que sabes que está dentro de ti. No sé si mi historia servirá de ayuda a alguien, pero con que le de paz y tranquilidad a una sola persona y eso haga que disfrute de ese momento como yo lo hice... me daré por satisfecha.
Un saludo y gracias por la oportunidad de compartir el momento más bonito y feliz de mi vida.