932

El nacimiento de mi tercera hija

Os comparto el parto de mi tercer hijo. Más que el parto, para mí el gran aprendizaje ha sido el embarazo y el previo al parto. Un embarazo con riesgo de parto prematuro desde la semana 20, con muchas contracciones, horas de contracciones regulares, miedos.... Pasamos de eso a verme en la semana 42 aún embarazada. Ahí fue un gran ejercicio de paciencia y de conectarme conmigo y con mi intuición.

En el sistema, a partir de la revisión de las 41 semanas, directamente me daban cita para inducción en la 41+5. Yo les dije que si podía esperar unos días y muy amables me dijeron que sí, lo único es que revisiones ya no me hacían más. Así que me tocó lidiar con mis miedos y ver qué quería y que sentía que era lo mejor para nosotras. Decidí esperar, no sabía hasta qué fecha estaba dispuesta a esperar, era un día a día, donde iba decidiendo si ese día seguía esperando y así llegamos a la 42+5 donde paso a relatar el parto.

Ese día había estado en un cumpleaños donde disfruté mucho. Después nos fuimos a la playa a gritar y soltar, luego tumbarnos a ver las estrellas. Nos fuimos a casa, me di un súper baño con esencia y escuchando hipnoparto. Luego necesité un ratito más en la cama de conexión conmigo y finalmente decidí que iba a probar a tomar aceite de ricino, que si el parto estaba listo para desencadenar, le ayudaría, y si no, pues me limpiaria los intestinos que nunca está de más.

Como haciendo un ritual me hice un cocktail, lo puse en copa y me lo tomé con mucha conciencia. Después nos metimos en la cama mi marido y yo y estuvimos recordando todos nuestros momentos más importantes desde que nos conocimos y ya sobre las 1.30 nos dormimos. (Los peques se habían quedado con una amiga).

Pues a las 3.45 me despierto con un dolor que me hacía jadear, yo no sabía si serían retortijones, era muy fuerte y no me dejaba ni levantarme de la cama. Cuando por fin me levanto, temblando me da una contracción muy fuerte, yo estaba totalmente descolocada por la intensidad. Me fui al WC por si acaso fuesen retortijones, pero apenas me senté, me levanté porque la intensidad era muy muy insoportable. Llamo a mi marido y le digo que no es normal lo fuertes que eran las contracciones, y le pido que me ayude, que me voy a meter en la bañera.

Ahí ya empecé a gritar muy salvaje, era un dolor que me partía. Él avisó rápidamente al equipo mientras me ponía agua. Yo estaba totalmente desconcertada porque no sabía que era esa intensidad, no tenía descansos y sentía que me partía en dos. Con cada contracción mi cuerpo me pedía una nueva postura y yo iba dándosela.

De pronto siento que estoy empujando, en la siguiente contracción sentí el anillo de fuego (yo no me lo podía creer aún) y ahí entendí que iba a parir. Salió prácticamente entera, menos las piernecitas, mi marido la cogió y me la puso en el pecho.

Eran las 4.21 y ya había nacido mi tercera hija. Mis otros partos fueron de 4 y 3 horas, imaginaba que este sería rápido, pero nunca imaginé que podría ser tan rápido y salvaje.

Grité como nunca antes.