Historia de Marga. Hospital de Mérida, año 2000
“Me gusta compartir mi experiencia y recordarla, y trasmitir a las demás futuras mamás que no es tan malo como lo pintan”
Hola, yo voy a contar la historia de mi parto "casi" perfecto. Ahora estoy embarazada de nuevo y quiero que me dejen tener por lo menos el mismo parto, ya que fue la experiencia más... (no tengo palabras) de mi vida y me encantaría repetirla.
Supongo que como casi todo el mundo, estamos cansados de ver partos en la televisión que ofrecen la imagen más dolorosa y desagradable que podemos encontrar en el día a día. Bueno, pues yo temblaba literalmente cuando pensaba en ello.
Un día a las 4:30 AM me desperté con una presión en la vagina; como era un poco normal que por las noches me levantara a orinar decidí aguantar un poco más en la cama por pereza. A las 5 me levanté, fui al baño y volví a la cama, pero el dolor no remitía. Era un dolor continuo, puede que la intensidad variara, pero no se quitó. A las 5:15 AM decidí llamar a mis padres (vivía con ellos) por si le pasaba algo al niño, porque por la descripción de un parto eso no podía ser ni de broma.
Mi madre se puso nerviosa y me dijo que enseguida fuéramos al hospital, yo le dije que esperáramos unas dos horitas para no pasar toda la dilatación en el hospital, pero no le convencía eso de llegar con el cambio de turno y decidimos ponernos en marcha. Llegamos al hospital sobre las 6 AM y esperé en urgencias hasta las 6:15 que pasé a una sala donde me hicieron unas preguntas y me dijeron que tenía 4 cm. de dilatación y al mirarme se me rompió la bolsa de aguas.
Me puse un camisón y cuando salí del aseo vi a la enfermera con una cuchilla desechable para rasurarme y un gotero a su lado. El matrón con más papeles y yo sentía que se me caía mi niño... Así que gracias a eso ni enema, ni rasurar, ni oxitocina, ni nada de nada. A las 6:45 ya había nacido un 10 en APGAR y mamando desde el mismo momento que nació. Parí en un potro con las piernas en alto, que es lo único que creo que no me van a permitir cambiar ahora, pero no hubo contracciones dolorosas, solo una con la expulsión del bebé y otra con la extracción de la placenta.
El peor dolor fue con la episiotomía, que como era rutinaria sólo fueron 4 puntos que me tuvieron en cama 15 días (para una cosa que hacen, mira las consecuencias). Así que sólo pido eso, un parto normal, o sea natural, como yo y mi bebé sabemos. Y ahora, aunque tenga que estar todo el tiempo con dolores, quiero sentir a mi hija al nacer y tenerla yo como lo hice con 17 años que tenía y no fue difícil, al revés fue lo mejor del mundo.
Esto ocurrió en el 2000, pero me gusta compartir mi experiencia y recordarla, y trasmitir a las demás futuras mamás que no es tan malo como lo pintan, y que todos los partos son diferentes, que esperen a ver el suyo sin intervenciones externas, ¡a lo mejor les sorprende lo emocionante que es sentir dar a luz!.