La historia de Iria. Sobre las secuelas de la Kristeller.
Testimonio 17 de la Campaña Stop Kristeller
Por Iria Tuñas, Lugo. Recibido el 6 de diciembre de 2012.
Os envío mi testimonio sobre la maniobra de Kristeller. Me centro en eso aunque, si queréis el relato de parto completo, con pelos y señales, tampoco tengo problema en mandároslo.
Fue el 16 de junio de 2010, en el Hospital de Lugo (SERGAS) antiguo (no el HULA).
Mi "parto" comenzó el día 15 de junio. Después de horas de contracciones dolorosísimas y de pedir por favor que me dejaran bajar a la sala de dilatación para estar sola (en la habitación había como 20 personas y encima se pusieron a ver el fútbol, súper respetuosos, como véis...) me convencieron para ponerme la epidural, que yo NO QUERÍA. Tras horas y horas empezó el expulsivo. La matrona me dijo que con epidural podría durar varias horas pero como a los 15 minutos llegó una ginecóloga con cara de asco, me medio miró (sin acercarse siquiera) y dijo "llevadla a quirófano".
Me tumbaron en el potro, a pesar de decirles que prefería parir en la cama, que por qué me llevaban a quirófano, que qué pasaba. A mi marido no le dejaron entrar. Entonces una de las matronas que estaban "ayudando" empezó a presionar mi barriga desde el pecho con el antebrazo. Yo le apartaba el antebrazo y ella me apartaba a mí y seguía empujando. En un momento determinado, levantó una pierna para subirse encima de mí. Entonces me agité y grité.
A mi tía le habían hecho Kristeller 13 años atrás. Como consecuencia de esa maniobra le rompieron el músculo abdominal de arriba a abajo. EL niño también tuvo a causa de esto sufrimiento fetal así que finalmente le hicieron cesárea. A día de hoy, mi tía tiene la barriga partida en dos, muscularmente hablando, en la Seguridad Social (aunque se lo provocaron ellos) no le solucionan nada, no puede hacer ningún tipo de ejercicio abdominal fuerte por riesgo de hernia... Recuerdo la primera vez que me lo contó y me dijo que no dejara que me lo hicieran a mí bajo ningún concepto.
Y entonces, sabiendo esto, veo a una mujer gigantesca, que levanta la pierna para subirse a mi barriga. Le grité:
- ¡NOOOOOOOOO! ¡No te subas!
- Es que tú no empujas bien...- tuvo el cuajo de decirme. Obvio, me pusieron la epidural mal, me durmió las piernas (aunque yo notaba todo el dolor) y casi no podía moverme por mí misma, estaba angustiada por lo que me estaban haciendo, porque nadie me explicaba nada aunque preguntaba una y otra vez ¿cómo coño iba a empujar bien?
- ¡Pues empujo lo que haga falta pero como te subas te juro que te muerdo!
Comencé a hacer fuerza, noté como si algo se rompiera dentro de mí, grité... y noté como un tapón que salía. Mi hijo. Lo habían sacado con ventosa y salió chillando. No llorando, gritando, chillando, desgañitándose el pobre.
Mi parto daría para mucho más pero me centro en la maniobra que es lo que cuenta ahora. A causa de ella tengo, dos años y medio después, una contractura en el fondo de la vagina. Pasé un año entero sin poder tener relaciones sexuales DE NINGÚN TIPO. Ni siquiera podía masturbarme.
Me causaba dolor, incomodidad. Unido a la episiotomía y el recuerdo del parto, me sentía violada, cada vez que intentaba hacer algo (con o sin penetración) me echaba a llorar. No le deseo lo mismo a nadie. Yo no me veía la vulva pero le pedía a mi marido que mirara a ver si estaba mejor a los días de parir porque me sentía como si me hubieran dado puñetazos. Según él, era un puro moretón. Si intentaba darme masajes internos (como me habían aconsejado) o hacer ejercicios de recuperación del suelo pélvico veía las estrellas. Cada vez lloraba de nuevo.
A día de hoy, casi 30 meses después, nadie me ha explicado qué ocurrió, por qué creían que esa maniobra era necesaria, así como la episiotomía, la ventosa... Mi hijo dio Apgar 9 al minuto y 10 a los 5 minutos, no había sufrimiento fetal.
Aún creo que tuve suerte porque conseguí que no se subiera, porque no me veo ahora con el músculo abdominal roto, porque SÓLO me causaron una contractura que SÓLO me inhabilitó para muchas cosas (no sólo para el sexo, también para hacer ejercicio, levantar pesos...) durante 1 AÑO, porque mi hijo no sufrió a causa de ella.
Es una vergüenza y debería estar directamente prohibida.