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La historia de Rocío.

Hola, me llamo Rocío y quisiera contaros mi testimonio porque he seguido vuestra página desde que me quedé embarazada y me habéis ayudado muchísimo a informarme, a tener claro lo que quería y a encontrar dónde podía conseguirlo. Mi hija nació el 6/9/13 en el Hospital de Torrejón de Ardoz de Madrid. No es el que me correspondía pero acudí a él porque era el que tenía la atención al parto más respetuosa. Llegué a urgencias sobre las doce de la noche, llevaba casi un día en casa con contracciones dolorosas pero esperé a que se hicieran más regulares. La verdad es que regulares nunca llegaron a ser pero ya tenía ganas de saber cuánto había dilatado. Lo de la línea púrpura no me funcionó. Llegué, había muy poca gente en urgencias, me pasaron rápidamente, me atendieron dos matronas encantadoras y me dijo la que me hizo el tacto "que estaba de cuatro centímetros y muy blandita, que no parecía primípara" (me encantó...). Me llevaron a una sala de dilatación que allí es dilatación y paritorio. Tiene luces suavecitas, me trajeron una jarra de agua y una pelota de pilates, me pusieron el monitor inalámbrico y me dejaron tranquilamente con mi marido, venían cada hora más o menos a preguntarme qué tal y a proponerme si quería quitarme el monitor para ducharme y así con el agua calentita me relajo y me entretengo. Ellas atienden el monitor desde una sala en la que están y a ti te dejan sola (con tu acompañante) cosa que yo agradecía porque con las contracciones aullaba y me daba vergüenza. Me hicieron tres tactos contando el de admisión. Siempre la misma matrona. No me dolieron nada, de hecho ni lo notaba. No me dijeron nada de si avanzaba rápido, despacio, nada. Todo bien, la niña bien, paciencia. Estaban tranquilas y alegres y así no hay manera de ponerse nerviosa. Mi marido igual, expectante. Pedí la bañera, no porque me apeteciera pero tenía ganas de hacer algo diferente para que se me pasara el tiempo más rápido. A mí no me pareció que doliera menos pero te entretienes y te relajas un poquito. Las ocho de la mañana, cambio de turno. La matrona me hace el último tacto antes de irse, diez centímetros. Se despide y me desea suerte. Se presentan las del turno nuevo, dos matronas y una auxiliar de enfermería. Llevo toda la noche de pie pero me piden que camine para ver si consigo romper la bolsa. Me dicen que les llame si tengo ganas de pujar. Ni ganas de pujar, ni se rompe la bolsa. Decidimos intentarlo. Me tumbo en la cama y me sujeto las piernas contra el pecho, nada. Me pongo de lado y me sujeto una pierna contra el pecho, nada. Les pido que me rompan la bolsa porque tengo la sensación de que rebota. Me la rompen. Digo que me quiero poner de pie. Me pongo de pie y en la primera contracción empujo, se me encaja la cabeza o desciende o no sé qué pasa, pero es una sensación horrible. No es doloroso, sólo es muy desagradable. Me dicen que me siente en el taburete que han traído o que me tumbe en la colchoneta. Me he puesto nerviosa y les grito que no. Mi marido está de pie a mi lado y me dice: "en la próxima contracción empujas", le digo: "pero es que no siento las contracciones" y me dice: "no te preocupes que yo te aviso". Próxima contracción vuelvo a empujar, nada. Siguiente, sale la cabeza. Mi marido alucina, acaba de conocerla. Les grito que sujeten a la niña. Siguiente, sale el cuerpo. La matrona tirada en el suelo debajo de mí me pasa a la niña entre las piernas. Le desato el cordón enrollado en su mano y me la pongo al pecho llorando. Me tumban en la cama, expulso la placenta, esperan a que el cordón deje de latir, mi marido lo corta y le enseñan partes y cosas de la placenta y del cordón mientras me cosen un desgarro de segundo grado hacia el ano y una laceración en los labios. La matrona me dice que me va a coser por dentro, que sólo notaré el último punto y me dice lo que tengo que hacer para cuidarla herida. Se cura todo perfecto en una semana. Me ayudan a que la niña se enganche al pecho aunque no lo conseguimos. Luego en la maternidad lo conseguí y mama como una campeona. Tengo unos recuerdos muy tiernos del parto, mi marido se lo pasó muy bien y tengo ganas de ir a ver a las matronas. Estoy súper agradecida. Mi parto fue mucho dolor, cero estrés. A todas, haced uso de ese hospital. La filosofía de todo el equipo médico es no intervencionista. No hay que luchar ni discutir para que se respeten tus derechos. Yo no llevé plan de parto ni nada, no firmé nada, ni consentimientos, nada. Una relación entre los pacientes y los profesionales de confianza mutua.