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La mejor experiencia de mi vida

El sábado por la noche expulsé una especie de mucosidad amarilla-marrón y me dije "uy, mira, el tapón-mucoso... eso debe de estar al caer..." Estaba de 39 semanas y me encontraba perfecta. Al día siguiente me encontraba fatal. Dolor de cabeza, cansancio, estaba rarísima, como si fuera el primer día de la regla, tenía incluso dolor de estómago y estaba mareada. Mi suegra que vino a comer, me dijo "tú de esta noche no pasas". De hecho, yo ya lo intuía y tenía muchas ganas, estaba súper-feliz de ver como aquel momento se acercaba ... Tuve contracciones muy irregulares durante todo el día y nada dolorosas, sólo de aquellas que te ponen la barriga dura y ya está, de hecho de estas tuve desde el sexto más ...

Bueno, alrededor de las 7 de la tarde, saqué más tapón y las contracciones eran un poco más seguidas pero aún irregulares e indoloras. Francesc hizo la cena, recuerdo que preparó una cena buenísima y que me apetecía mucho, eran las 9 de la noche y yo estaba básicamente de los nervios (él también pero no lo exteriorizaba, intentaba relajarme) total, que voy el lavabo y lo que era moco ya no era moco, sino mucho más líquido y transparente, pero también había sangre. La cena fue a la basura intacta, se me cerró el estómago, coche y hacia la Mutua.

Llegamos sobre las 10 de la noche, muy sonrientes, no tenía dolor y me sentía feliz. Di a la comadrona todo mi historial, ecos, etc.... y ala, a monitores. Allí te tienen una hora, el feto estaba bien, me hicieron un tacto, no estaba nada dilatada pero vieron que había perforado la bolsa y ya me prepararon la habitación. De repente me pusieron una vía en el brazo, pregunté y me dijeron que era por si acaso tenían que poner algo. Vale. Aproveché para decirle a la comadrona que quería un parto lo más natural posible. Me pusieron una cinta con prostaglandinas para dilatara y me hicieron subir a la habitación. Recuerdo que el camillero que nos acompañó me dijo "uy, que sonriente que estás, ya cambiarás la cara, ya ..." (y no se equivocaba ...) Ahí había una chica con su bebé de 5 días y me dio reparo molestarla. Preferimos quedarnos por ahí, en los pasillos y en una sala de espera escuchando música, riendo y cantando. Íbamos apuntando las contracciones, que empezaban a ser un poco dolorosas (no comparables en absoluto con las últimas...), entre la 1 y las 3 de la noche cada 2 minutos y me duraban 1 minuto. Francesc me distraía, me hacía reír (lo recomiendo, va muy bien) y así íbamos pasando las horitas.

Bajamos a monitores de nuevo y ala, otra horita ahí tumbada (esto es fatal, la verdad, porque es la peor postura para aguantar las contracciones) y otro tacto: "uy, has hecho mucho trabajo, ya se ha borrado el cuello y estás de un centímetro "(" joder, no me queda ná ", pensé yo).

Las contracciones me empezaban a hacer mucho daño, casi las empalmaba y las respiraciones las hacía fatal, me volvieron a subir a la habitación, esta vez con silla de ruedas e ir parando por el camino cada minuto... yo ya no sabía cómo poner -me, Francesc tenía la mano destrozada de tanto que le apretaba. Serían las 5 o 5 y media, que volví a monitores otra vez, yo estaba fatal, le dije a la matrona que por favor me pusiera algo, que no podía más. Si llego a saber lo que me esperaba entonces no pido nada... entre que viene el anestesista, te hacen firmar los papeles de autorización y todo el rollo pasa otra hora. Para ponerte la anestesia debes estar en una camilla sentada (pedí si podía sentarse sobre mis rodillas, por suerte me dijeron que sí) y no te puedes mover ni un milímetro durante una media hora, durante la cual tuve muchas contracciones y lo pasas fatal porque además, echaron a Francesc y la verdad es que lo necesitaba mucho ...

Mi sorpresa fue que cuando terminó el anestesista me vino una contracción muy fuerte y unas ganas de empujar impresionantes. "¿Dónde está Francesc?" (medio llorando) "Ahora le avisamos" y ya entró vestido, con gorro, bata y patucos, que raro todo...

La comadrona me hace un tacto y me dice que estoy dilatada completa y que "si tienes ganas aprieta". Y ya me ves allí en la camilla (súper chula, de partos, con asideros, ancha y cómoda) apretando. Di cuarenta mil vueltas, sentada, agachada, de lado con la pierna arriba... al final me puse de espaldas, en cuclillas con los pies sobre la camilla y agachada y agarrada al respaldo. La comadrona (un encanto) me decía "toca, toca, ya verás que cerca que está". Fue total tocar la cabeza de mi hijo, aun dentro de mí, eso me dio una fuerza brutal, hice un apretón que salió media cabeza fuera y después de un par de pujos más salió mi pequeño. Me giré como pude y me puse Eric en el pecho. Impresionante la sensación, tenía una personita encima que había salido de dentro de mí. Eric se movía y buscaba el pecho, fascinante, me relajé de golpe, disfrutando del momento. Miré a mi derecha y estaba Francesc, (entonces me di cuenta de que aún le tenía la mano cogida) flipando, también disfrutando del momento, "nuestro hijo", fue un momento de unión entre él, yo y el niño. (Corto, porque enseguida le hicieron rellenar unos papeles...). Expulsé la placenta sin problemas y me pusieron tres puntitos porque me abrí un poquito (no me practicaron episiotomía, a mí me daba mucho miedo la episio pero la comadrona preciosa me dijo "tranquila que no cortaremos nada, no hace falta ", ¡como me tranquilizaron aquellas palabras!). Entonces noté los efectos de la epidural, ya que no noté como me cosían... Francesc cortó el cordón y me subieron a la habitación con el niño todavía conmigo y me dejaron unas 3 horas piel con piel, estábamos eufóricos.

La verdad es que fue mucho mejor de lo que me esperaba, pero para la próxima vez tendré en cuenta algunas cosas:

• Eso de ir de arriba para abajo, habitación-sala de dilatación... la próxima vez no será así, en la Mutua de Terrassa tienen una sala de dilatación de parto natural, con silla de partos, pelotas, etc.... allí se donde iré la próxima vez, caiga quien caiga.

• Tema epidural... si lo sé no la pido, lo pasé muy mal cuando me la pusieron y total sólo me sirvió para aliviarme el dolor del expulsivo (que moló, porque lo viví muy intensamente) y la sutura. Lo que no sabía es que cuando te sacan la cinta de prostaglandinas las contracciones bajan de intensidad y se pueden soportar un poco más. Y por la sutura te ponen anestesia local. Después tuve que estar 5 horas con un suero, sin moverme ni comer ni beber nada... mu mal...

Por lo demás, todo muy bien, la comadrona, una delicia, todo el rato animándome, diciéndome que lo hacía muy bien, respondiendo a todas las preguntas de Francesc y aguantando todos mis giros y movimientos (al final parí con mi culo sobre su cara ... no creo que fuera muy agradable, jeje). Y después en la habitación encontré apoyo con las demás matronas y enfermeras, ayudándome a que Eric se tomara el pecho y resolviendo mis dudas.