Logré mi parto deseado y con doula
En el 2020 tuve a mi primera bebé. Estaba decidida a tener un parto natural, pero lamentablemente no me informé lo suficiente y terminé en cesárea. Mi bebé tenía doble circular en el cuello y el líquido que me quedaba ya estaba bajo a las 37 semanas, así que me indicaron cesárea y sin tener idea de si mi parto podía en verdad ser natural, me fui directo a la cesárea, que fue la única opción ofrecida por mi doctora.
Ahora en 2024 iba a nacer mi segundo bebé, y esta vez decidí prepararme mucho mejor para poder tener un parto vaginal después de cesárea. La verdad que en República Dominicana tener un parto vaginal es un desafío, pues tienes mucho en contra para poder lograrlo, hay mucha desinformación.
Lo primero que hice fue buscar una doula y una doctora proparto. El embarazo fue muy sano y traté de mantenerme escuchando talleres a favor del parto, leyendo sobre el parto y preparando mi cuerpo con ejercicios.
Al llegar a término tuve miedo de que pasara alguna situación como me pasó en mi primer embarazo, pero gracias a Dios todo siguió fluyendo bien. Siempre conté con mi doula para hablarle de mis preocupaciones y ella siempre estuvo ahí para ayudarme.
A las 39.4 semanas comencé a expulsar el tapón mucoso, me puse feliz de ver que el proceso de parto ya estaba empezando. En esas noches también me entraba una incomodidad donde sentía tensión en la panza, resulta que eran contracciones de preparación al parto. El viernes 31 de mayo, con 31.5 semanas empecé a sentir contracciones dolorosas por primera vez, pensé que iba a ser algo pasajero y le dije a mi doula que iba a tratar de dormirme, pero fue imposible: ¡YA ESTABA DE PARTO 😀!
Mi doula salió rápidamente a socorrerme, a las 12:00 de la noche, a pesar de que ella estaba a casi dos horas de distancia. Llegó justo cuando las contracciones empezaron a hacerse más intensas. La verdad que la ayuda de mi doula fue fundamental en todo el proceso. Nunca se me va a olvidar cómo se mantuvo llenando la piscina con agua caliente, que tuvo que calentar en la estufa porque no teníamos calentador. Además de unos utensilios que ella tenía para aliviar el dolor, y lo mejor de todo fueron sus masajes, me hacía como una presión en la espalda baja que me ayudaba muchísimo con el dolor, eso también se lo enseñó a mi esposo y me fue de gran ayuda.
Cuando las contracciones ya eran muy seguidas y poco soportables, nos fuimos a la clínica y para mi sorpresa ya estaba completa, en pocos minutos nació mi bebé y fue increíble cómo pude empoderarme de mi parto. Cuando nació mi bebé yo estaba feliz de haberlo logrado, no podía ni creerlo. Mi parto fue una experiencia increíble que me convirtió en una mujer más fuerte y agradezco grandemente a mi doula Esther por su gran apoyo.