Los partos de Maria y Sandra
Hola a todas. Os llevo leyendo desde hace tiempo ya y me gustaria contaros mis dos historias. Al encontrar vuestra página pensé que leería un monton de bonitas historias y que solo a mi me habían pasado cosas malas. Pero aunque no es bueno decirlo me siento aliviada al escuchar que en toda España la historia se repite en cada hospital.
Mi primer embarazo no estuvo buscado para nada. Todo lo contrario. En aquel entonces trabajaba y me cuidaba la línea. Vivía sola con mi perra y era feliz con mi vida. Llegó el día de la regla y como sienpre empezó a dolerme la espalda y la barriga. Me fuy al trabajo. Me lie con la faena y nada, se me olvidó el tema.
Pasadas unas horas tuve menos curro y pensé en ir al baño a cambiarme pero por mi sorpresa no tenía la regla aun, aunque molestias sí que tenía. Pasé del tema. Tres semamas más tarde seguía igual así que me hice la prueba y ahí tuve una gran sorpresa. Embarazada y según el test de más de dos semanas. Me dio un ataque de pánico no sabía que iba hacer. Pero aun asi me decidí por tenerlo y mi pareja me apoyó. De hecho ahora estamos casados felizmente.
El embarazo fue muy bie. Me cuidaba, tomaba mis vitaminas y solo tuve mareos dos veces. Tenía término para el 16 de agosto. Dos dias antes un viernes de noche me desperté con contracciones muy suaves. Mi madre me dijo que mirara siempre el reloj. Pues así hice venían cada 22 minutos así que me dormí de nuevo.
A las 8 tenía ya contracciones más seguidas cada 5 minutos pero suaves. Fuimos hasta el hospital a 50km de distancia y ahi nos atendieron muy mal nos dijeron que para que habíamos venido que eso iba para largo y que en dos dias se me habrán pasado las molestias. Ni siquiera las llamo dolores sino " molestias del embarazo". Nos fuimos para casa en un calor infernal. El dia dimos un paseo comimos un helado. Las contracciones cada vez eran peores cuando venía una me agarraba a mi marido y retorcía de manera imposible los dedos de los pies. Así todo el día.
A la noche, las 20 horas tenian que ser, llegamos a casa y me duché. Ahi sentí que no podría hacerlo ya que llevaba muchas horas ya con ese dolor. Mi pareja me animó. Supuestamente íbamos a cenar ya que su madre nos había hecho sopa pero no podía sentarme. Me tumbé en la cama. Me trajeron una sopa y la pusieron en la mesita de noche. Comi tumbada un poco pero tenía ganas de vomitar por el dolor. Ya no podía estar ni tumbada. Eran las 23 horas cuando nos fuimos de nuevo al hospital. La que nos recibió siguió igual de borde. De hecho me dijo que para que me fui para casa que era una inconsciente que si llegaría a pasar algo yo tendría la culpa.
Me hicieron un tacto a lo bestia tanto que mi marido les gritó. Chillé de dolor pero obviamente les importaba un comino. Me echaron para el pasillo desnuda y descalza solo con la bata del hospital. A esa hora no había nadie por ahi. Tembaleaba como un flan y me agarré a una silla. Estuve ahi unos 40 minutos. Luego llegó mi marido que había ido a hacerme el ingreso y cuando me vió ahí a gatas y desnuda entró junto la doctora y la puso a caldo. Le dijo que esta ya denunciada y si no me trataban bien que iba a hacer de tal manera para que la echaran. Me subieron a una habitacion y me sedaron con morfina para dormir eran las 2 de la madrugada. No dormi pero mi pareja sí.
Estaba drogada, no me enteraba de nada aunque el dolor era el mismo. A las 4 desperté a mi marido, le dije que fuera a buscar a esa horrrorosa mujer. Gracias a dios habia salido de turno. Vino una enfermera y me dijo que me podría quedar ahi o ir abajo. Yo pensé que me echarian otra vez para el pasillo asi que le dije que me quedaba. En las contracciones cerraba la boca y chillaba a la vez como desde dentro. En la misma habitacion habia una chica ya parida con una niña que no paró de llorar ni un segundo en toda la noche. Eso me molestaba mucho además su pareja no paraba de encender la luz.
A las 7 volvi a llamar a la enfermera y me dijo "Vaya pues si que aguantaste!".me bajaron a dilatación y ahi me quedé horas y horas sola. No dejaron pasar a mi pareja aunque nadie más estaba ahi. Chillaba de dolor me retorcía y entre contracción y contracción me dormía y hasta soñaba. Cada poco venía una vieja que no paraba de hacerme tactos y siempre masticaba comida. Me decía que no dilataba y que dejase de chillar que estoy molestando a otras mujeres. Por fin a las 12, creo, me pusieron la epidural y luego dejaron pasar a mi marido. Me dijeron que intentara dormir. No pude. El aparato del latido del bebé estaba inusualmente pegado a mi oreja. No me dejaron dar la vuelta o levantarme. Pedí agua y no me dieron. Llevaba más de 20 horas de parto y no me dieron ni un trago de agua. Al cabo de 20 min o asi de la epidural los dolores volvieron, o sea, nunca llegó a hacerse el efecto la anestesia. Estaba agotada quería que la niña saliera ya. Pero no. Otras horas pasaron en el agonizante dolor. No paraban de hacerme tactos y de decirme que no chillara más, que estaba anestesiada.
Me rompieron la bolsa sin ni siquiera avisarme o explicarme de que lo iban a hacer. Luego ya de mucho tiempo me dijeron que empujara pero ya no me quedaban fuerzas. Di unos empujones y me decían que no estaba haciendolo bien. Me asusté. De allá otro rato me metieron en el paritorio y tuve que subirme de la camilla al potro yo sola porque ni siquera me han ayudado. No quería el potro. Pero ahí no escoge ni dios. Después de unos empujones una se subió encima mía y me apretó el abdomen la cogí literalmente con el brazo y la tiré al suelo. Luego de eso sentí como metieron la tijera y me cortaron como a un saco. Grité fuerte de dolor. Salió mi hija pero no me la enseñaron se la llevaron. Les dije que me la dieran y me decian "deja de gritar y escucha, el bebé que llora por el pasillo es tuyo". Menudo panorama. Me sentí horrible, de hecho cuando me la trajeron no la sentí del todo mía, no sabía si era ella o no. Fue horroroso.
El segundo embarazo sí que fue planeado y además a solo dos años del primero. Pero fue muy diferente al primero. Tuve nauseas y vómitos durante 4 meses. Gracias a la toxo positiva tuve que tomar antibióticos durante todo el embarazo. Tenía unos ardores y unos dolores de estómago horrorosos. Las últimas seis semanas tuve contracciones cada 20 minutos. A las ecografias -me hacían dos por semana- le comenté a la gine que tenía esas contracciones y ella me dijo que era mentira que solo se me movia el bebé. Que contracciones solo habían en el parto!!! Esa, o estaba caída de la luna, o no se. En fin. Llegó el gran dia. Me desperté a las 4 con un dolor que no podía ni respirar. No era una contracción sino más bien un dolor continuo como un gran golpe. Me senté en la cama. A los 20 minutos me dió un dolor igual que duro al menos 5 minutos. Desperté a mi marido. Hasta las 8 seguí en esa agonía, luego paso todo. Me dormí.
A las 10 me levanté e hice vida normal. Me dolía de vez en cuando pero nada. Luego él se fue a trabajar. A las 9 empecé a tener dolor. De golpe. Mucho y muy seguido. Llamé a mi marido. Entre que llegó del curro se duchó y tal se hicieron las 22 a las 23 estabamos entrando por la puerta del hospital. Me monitorizaron una hora tumbada boca arriba en una cama. Fue espantoso. No podía hablar del dolor. Me dieron un poco de agua pues estábamos en verano y aquello parecía el infierno. Luego vino la gine y me dijo que efectivamente estaba de 4 cm y que pasaría a dilatación. Ahí pasé dolor y dolor y no me dejaron ni levantarme ni darme la vuelta. De vez en cuando entraban dos estudiantes hablaban entre ellas y se reian. A poco vino el anestesista. De nuevo igual que en mi primer embarazo la epidural no funcionaba. Aquello era una pesadilla. De repente salieron todos del cuarto y mi marido me pidió permiso para salir un segundo al baño. Acepté. En aquel momento de soledad rezé a dios. Le pedí que la epidural aliviara un poco que no podía más, que tuviera piedad de mi aunque el parto lo habia decidido el asi que le dije que lo aceptaba como tal pero que por favor me aliviara solo un poquito. Pasó otra media hora. Una contracción y otra y otra. Empezé a llorar. No podía más pero.... La siguiente contracción vino como un pinchazo corto y fuerte. Y ya. Después no senti nada de nada. Le agradeci a Dios millones de veces le avalé y le di las gracias una y otra vez. Sentí ganas de empujar así como uno va a estornudar. Y empujé. Rápido vino la matrona y me dijo que dejara de empujar, que se me caería el bebé. Me subieron al potro otra vez. Empujé creo 3 o 4 veces y mi bebé ya estaba ahi. Me la enseñaron. Era gordita y bonita. Esa sí que era mía!!! Estuve unos segundos mirandola luego se la llevaron. Me dijeron que me hicieron episiotomia y que me cosería pero que si me ponian anestésico que me iban a hacer más daño. Asentí. Total, no me dolia nada pero ellos no lo sabian. Dios tuvo lástima de mi. De coser me cosió una estudiante sin preguntarme y me dejó un desgarro interno que jamás curó. Aun me duele 4 años más tarde. Después de las relaciones siento que acabo de parir del dolor que tengo. Es horrible.
El nacimiento de nuestros hijos es para las mamás un momento mágico y especial en la vida. Que marca un antes y un después. Sin embargo nos golpeamos de la burocracia y la frieldad en los hospitales. El hecho de estar recién parida, recién cortada y cosida sangrando y que la camilla de al lado tenga a toda la familia más vecinos, más amigos, más de todo de visita me parece brutal. No se respeta la intimidad ni nada. Además los hombres no pintan nada en la maternidad. Después de dar a luz siempre me vino a controlar un médico grande y bruto. O sea, a hacerme tactos. Eso es así? Deseaba con todo el alma levantarme de ahi y huir como si de un robo se tratase. Quizás lo de empujar la barriga o las episiotomias y las cesareas innecesarias se acaben algún día y mis hijas disfruten de sus partos y no lo vean como algo traumático, que es como los he vivido yo!