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Mala experiencia Hospital universitario de Cruces ( Barakaldo)

Hace ya casi dos años y medio de mi parto, pero aún a día de hoy sigo sintiendo las secuelas de esa mala experiencia, y hasta hoy no me había atrevido a contarlo.
Yo tenía un embarazo normal, sanos los dos, y en la semana 34 me diagnosticaron colestasis. Me hicieron analítica y me dieron medicación, pero no sé siguió llevando control con más analíticas, directamente se programo parto inducido en la semana 37, porque cada día me veía un ginecólogo diferente. 
Ingresamos un 18 de agosto a las 8:00 de la mañana ( con mi plan de parto hecho) y lo primero que me hicieron fue un tacto terriblemente doloroso, en el que al parecer intentaron pellizcarme la bolsa, sin preguntar y de muy malas formas.
Me subieron a planta, donde me pusieron el propess. Yo pedí la pelota, pero no la traían, me decían que ya habría tiempo. 
Pronto empecé con contracciones y estuve levantada por la habitación moviéndome, aún sin pelota.
Cuando me la trajeron, las contracciones empezaban a ir cada vez a más y a ser muy intensas, y además algo había en el monitor que decidieron bajarme a una sala de dilatación.
Una vez allí, volví a pelearme por la pelota hasta que la conseguí.
Pasó a verme una ginecóloga muy desagradable, que me hizo varios tactos muy dolorosos, hasta el punto de hacerme gritar.
Como las contracciones eran muy fuertes y seguidas y no había dilatado nada, me dieron medicación para frenarlas y pedí la epidural.
Una vez puesta la epidural, me dijeron que me quedara tumbada y que durmiera . Aunque yo intenté hacer ejercios en cama , como había aprendido gracias a M.
La cosa se alargó casi hasta la mañana , aunque durante todo ese tiempo tuve la gran suerte de dar con una matrona maravillosa y cuidadosa, Igone. Cuando ya estaba en completa, me explicó que había que esperar a que el niño descendiera los planos antes de ir a paritorio. Pero empecé a tener algo de fiebre, y me traía compresas frías para bajarme la , porque los gines estaban vigilando y si tenía fiebre me iban a llevar antes a paritorio. También vomité, cosa que ella me dijo quera buena señal, pero desgraciadamente en ese momento entraron los gines, y decidieron que ya era hora de ir a paritorio. Las formas y el trato pedimos.
Ya en el paritorio con la matrona , muy bien, pero el niño no salía, al parecer tenía la cabeza en deflexión y no podía salir. Así que empezaron a venir personas y personas, apartando a la matrona como si no supiera lo que había ( me pareció horrible como la trataron) y echaron a mi marido fuera , a pesar del intento de la matrona de que se quedara en una esquina sin molestar.
Empezaron a meterme mano distintas personas, que iban probando, al parecer con ventosa sin yo saber nada. Además, me decían de muy malas formas que tenía que empujar más , y que contuviera la respiración ( cosa que tenía entendido es lesivo para el periné ) . El niño no salía, y seguía entrando gente, pero yo no sabía que pasaba y nadie me lo decía. Solo la matrona me daba ánimos , para al final enterarme por ella y el anestesista que nos íbamos de urgencia a cesárea.
Gracias a la matrona, mi marido entró a darme un beso, pero luego lo tuvieron como a un perro sin saber nada , vagando por los pasillos.
Me llevaron a quirófano, yo llorando asustada, pero nadie reparaba en mi, y a la matrona no la dejaron venir. 
La epidural había dejado de hacerme tanto efecto, y yo lo avisé, pero no se me hizo caso, y cuando me ataron las manos , al momento sentí como me cortaban y como tiraban de mi. Me pusieron una mascarilla y me desmayé. Solo recuerdo que me despertaron para enseñarme al niño un momento y se lo llevaron. Yo me quedé allí ,temblando ,mientras ellos hablaban de sus cosas y me cosían. Al terminar, uno se asomó y me dijo: Enhorabuena, ¿Que ha sido? Niño o niña? Porque ni me he fijado... 
Estaba desorientada y no sabía que pasaba con mi niño.
Me llevaron a observación, y al pasar alcance a ver a mi marido en una sala para el piel.con piel . Según me cuenta, pasó mucho miedo, ya que se lo quitaban porque estaba azul y no saturaba bien,pero al final todo fue bien. Pero tampoco sabía nada de mi, no le habían informado sobre mi estado.
No sé cuánto tiempo pasó, hasta que me trajeron al niño y dejaron pasar a mi marido, pero yo solo tiritaba y lloraba porque no entendía que había pasado.
Ese día lo pasé entero vomitando , sin poder estar con mi niño.
Ya en planta , el trato de los ginecólogos, nefasto, parecía que les daba asco tocarte, me sentí muy mal, y también con un par de auxiliares que me hicieron levantar de la cama muerta de dolor.
Y otro tema fue el de la lactancia , horrible experiencia , ningun apoyo ni ayuda. Cada día venía una persona a decirte cosas diferentes, desde aguantate que es lo que hay, hasta alguna que se cachondeaba porque me quejaba de que no salía la leche y tenía los pechos muy ingurjitados , porque según ella ya iba a ver yo lo que era cuando no dejara de chorrearme.. 
Después vino una enfermera a hacerme extracción manual, creo que nunca me han hecho tanto daño... Se me caían las lágrimas, y luego me lo tenía que hacer mi marido..
5 días de hospital horribles, aunque tengo que decir que si hubo personas muy amables y empáticas, una enfermera llamada E. que fue un amor y una auxiliar, que por desgracia no recordamos su nombre, pero no ayudó muchísimo también.
Al final, pude salvar la lactancia gracias a las matronas de M., una vez fuera del hospital.
Ha pasado tiempo, pero sigo llevando esas secuelas conmigo, voy a terapia y aún así, me culpo aún por no haber podido hacer que esto fuera distinto.
Solo espero que este tipo de prácticas y de tratos deshumanizados desaparezcan de una vez por todas. Nadie se merece esto, y menos aún en esos momentos en los que estamos tan vulnerables.