Mi cesárea en Torrejón, decepción
Voy a contar mi historia. Me siento defraudada e impotente de que las cosas no pudieron ser de otra forma.
Mi embarazo fue perfecto, idílico hasta la semana 33 en la que me dijeron que mi niña venía de nalgas y que era poco probable que se diera la vuelta, todo mi parto ideal se fue a la mierda, en mi hospital de referencia me hicieron versión externa,horrible, muy dolorosa e inútil,hice todas las posturas que te recomiendan en estos casos aunque no hice moxibustión que es la espinita que se me quedó clavada.
En mi hospital que es el infanta leonor por protocolo te programan la cesárea, me negué, yo había ido a varias reuniones del parto es nuestro y había leído historias de partos vaginales maravillosos de bebes que venían de nalgas, yo quería ese parto y había leído que en Torrejón hay ginecólogos que tienen experiencia en partos vaginales de nalgas, fui a la jornada de puertas abiertas de Torrejón y me dijeron que no me lo podían asegurar y si estaba el ginecólogo con experiencia en nalgas de guardia pues genial y sino pues cesárea. De todas formas decidí ir a Torrejón porque en caso de cesárea no te separan al bebe ni de tu pareja en ningún momento o eso me dijeron...
Llegó el gran día, una madrugada rompí aguas, eran claras por lo que tenía tiempo de sobra, no tenía ninguna contracción, estaba muy tranquila y feliz. Me duché tranquilamente y fuimos al hospital de Torrejón, confiaba ciegamente,me habían hablado tan bien,estaba muy tranquila, primer tacto,nada dilatada, lo que esperaba, cambio de turno, la siguiente ginecóloga tenía experiencia en parto vaginal de nalgas, felicidad máxima, mientras espero a que me atienda mi supuesta gine con experiencia voy al baño y veo que he empezado a sangrar, me hacen otro tacto y ha empezado mi parto, estoy de 3 cm, alguna venita se ha roto del comienzo del parto y no es preocupante, me dan sala de dilatación y a esperar, estaba pletórica, había empezado mi parto y sin ninguna contracción, me sentía en muy buenas manos, que iba a tener un parto respetado, no tenía dolores por lo que decidí dormir un rato para descansar y tener fuerzas para cuando empezaran, mi pareja se puso a leer, estábamos tranquilos y muy relajados hasta que llegó la matrona tan solo una hora después de estar en la sala de dilatación y me dice sin màs "te voy a poner oxitocina porque no dilatas" le dije que no ¿pero si no me habían dado tiempo? Y ¿cómo sabía si había dilatado o no? No había tenido ninguna contracción en ningún momento y había dilatado hasta 3 cm y no me habían hecho más tactos para saberlo. No entendía nada ¿por qué tanta prisa? La ginecóloga del turno anterior nos dijo que las complicaciones de los partos vaginales de nalgas se daban porque se intervenían, que tenían que ser totalmente naturales y si se paraba el parto mejor cesàrea que cualquier intervención, yo también había leído mucho y venían a decir lo mismo en todas partes.
Llegó la ginecóloga a explicarnos que como ya estaba de parto no pasaba nada si me ponían oxitocina para acelerar y nos negamos y decidimos esperar, nos dieron solo 4 horas para dilatar, le pregunté porqué solo 4 horas , a ver si era protocolario y su respuesta seca fue "sin oxitocina no se puede parir" para mis adentros pensé "ya lo sé señora, pero yo genero oxitocina natural, esa que he dejado de producir al cambiarme el plan de parto y estar alerta". En fin, desde ese momento mi tranquilidad se acabó,en 4 horas tenía que dilatar o cesárea, tenía que hacerlo, què incongruencia "tener que, deber" no tenía sentido, el parto es un proceso natural, va a su ritmo, no hay límites de tiempo, es horrible estar en esta situación,me puse muy nerviosa, me empezó a doler la tripa, me imagino que de los nervios, ninguna contracción, pasaron las 4 horas en un manojo de nervios, vino a la hora en punto la ginecóloga, me hizo un tacto y no había dilatado nada más, sentenció cesárea y allí fuimos sin más dilación, primero entré yo y me pusieron la epidural y después mi pareja entró conmigo mientras me abrían para sacar a nuestra hija, fue muy rápido, de repente oímos un lloro,¡era ella!! La limpiaron el tracto respiratorio en lo que me parecieron 5 minutos interminables y me la pusieron al pecho, solo me soltaron un brazo por lo que solo la podía sujetar con una mano, fue un momento mágico, nos enamoramos al instante, yo le hablaba,estaba muy tranquila, se me empezó a cansar el brazo y ya la enfermera me preguntó que si se la daba a su padre, se la di y en ese momento se fueron,noooo yo no quería que se fueran, quería estar con ellos todo el tiempo, no había ninguna sala de dilatación libre, estaban derivando a parturientas a otros hospitales, y empece a hilvanar todo, había prisa, no había tenido mi parto soñado por prisa, Diossss ¡qué impotencia!
Me imagino que al ser de gestión privada cuantos más partos más dinerito. Qué frialdad y ascazo me dio pensar eso después puesto que en ese momento mientras me cosían solo pensaba en estar con mi hija, se lo dije muchas veces,queremos estar juntos, me llevaron a la sala de recuperación y allí estuve sola una hora interminable hasta que lograron traer junto a mi a mi hija y mi marido.
Él hizo el piel con piel con mi hija, me contaron que trepaba incansablemente buscando el pecho, buscaba mis pechos, su alimento, cuando me la pusieron a mí ya se había pasado la hora mágica, ya no tenía tanta energía y conseguimos que mamara tras ponerle el pecho directamente, adiós agarre espontáneo, ya no me separe de ella. Me costó que se agarrara al pecho, las enfermeras no tenían mucha experiencia y me parecieron nefastas asesoras de lactancia. Me dieron una tetina para que se agarrara mi hija y ya, tengo en la cabeza la imagen horrible de la enfermera agarrando la cabeza de mi hija y cogiéndome el pezón y juntarnos, a lo bruto, sin delicadeza, por supuesto la niña no mamó así, primero tenía que estar tranquila y no llorando desconsolada. No me podía mover, el dolor era insoportable, no podía ponerme de lado para que mi pequeña lograra mamar, fueron momentos duros, algo mamó la pobre y al día siguiente por fin me pude levantar y noté por primera vez que se agarró al pecho con fuerza, fue una sensación maravillosa, hasta hoy con sus casi 14 meses de lactancia placentera.
He de reconocer que he tenido suerte y no he tenido ninguna complicación, a la semana ya porteaba a mi bebé, aunque se me hizo larga esa semana por no poder cogerla todo lo que me hubiera gustado.
En fin, esta es mi historia, muchas gracias por leerme.