Mi historia 25NOV
Hoy es el día en honor a todas esas madres, que, como yo, fueron violadas en sus partos... Por suerte o por desgracia y sin avergonzarme puedo decir que he sufrido mucho en el pasado, entre muchas cosas, dos violaciones. Una fue en la adolescencia, dos chicos, un coche y malos recuerdos... La otra fue el día de mi parto. Me lo robaron. Me destrozaron mi esencia, mi ego, me silenciaron y convirtieron el más bonito de los momentos de mi vida en el peor de los infiernos. Fue traumático, injusto, una tortura que en el momento bloqueé con el "que niña más preciosa lo importante es que está sana" pero que con el tiempo fue reviviendo de las brasas... Que a escondidas me abrasaban el alma. Me destrozó, si comparo las dos violaciones, y sé que no debería, sigo diciendo que una la he superado, los flashbacks y el estrés se terminaron, seguí adelante... Pero el parto... Oh que terrible injusticia, que hijos de p***... Era primeriza pero no estaba asustada, dolía muchísimo pero la meditación me ayudaba a aceptar el dolor, a seguirlo con la respiración, a disfrutarlo... Estaba entre el éxtasis y el delirio... Estaba ABSOLUTAMENTE SOLA, tranquila, segura de mi misma... Había leido mucho, el conocimiento me daba serenidad, la información seguridad.... Hasta que se rompió mi burbuja, entraron a zapatear mi neocortex dándome zarpazos de realidad ( mi ex, que me pegaba, estaba fuera. Alguien llegó y cometió el fallo de contarmelo). La adrenalina me desbordó, los nervios y ansiedad llegaron con ella y mi nirvanica oxitocina me dejó allí, otra vez sola, a merced del peor equipo obstétrico que pude imaginar... No me dejaron decidir, no me dejaban hablar, me pincharon oxitocina mientras me cortaban el saco amniótico cuando acababa de pedir que no hicieran nada de eso... me callaban cuando les pedía que no cortaran el cordón una vez mi niña nació, quería oscuridad, calma, lactancia y piel con piel... Y ellas hablaban de su descanso de su bocadillo de atún y que eso corría más prisa, me callaban y me ignoraban para acabar pronto y salir a comer. Yo solo quería que me desataran la bata y dejaran a mi bebé sobre la piel de mi pecho. Solo necesitaba instintivamente ese contacto. Lo supliqué, lloraba, sólo des haz el nudo y sacarme la bata, el escudo que me separa de mi hija. Quería, necesitaba dar de mamar.... pero no me dejaron, y sabía que no se dormiría, que todo se complicaría y seguí suplicando... Pero entonces me dijeron que se iban a desayunar y que ya volverian a por nosotras, que ahora tenia tiempo para mis tonterías... Y una luz se me iluminó y pedí ver la placenta, pero en vez de enseñarmela se oyó un "llama al ginecólogo" nadie me avisó. Nadie me dijo que el dolor del parto no era nada en comparacion a lo que estaba por venir... Que iba a sufrir el peor dolor imaginable, el mayor abuso en mi más vulnerable momento... Sus dos manos se introdujeron en mi útero a traves de mi vagina, giraba la cara al lado opuesto de mi hija para gritar de un dolor, con gritos contenidos por el instinto maternal... Supliqué anestesia ya que la epidural tardía (30 mimutos antes del nacimiento de nur) no hizo efecto... Y no me la daban pero me dolía tanto... La suplicaba solo un poco de anestesia local... Me desgarraron, notaba como sus manos arrancaban trozos de mi... Veía a mi bebé subir y bajar porque a traves del abdomen, movian mi piel desde dentro.... Me arrancaron la placenta y con ella el alma. Hubiera sido distinto si cuando solicité la piscina la hubiera tenido llena... Si cuando pedí el etonox no hubieran traído una bombona de metro y medio y la hubieran dejado ahí sin explicarme siquiera como usarla... Si cuando vomité no me hubieran dado otra bata y la hibieran atado con dos nudos... Si no me hubieran puesto oxitocina quimica y hubieran dejado al bebé piel con piel sin pinzar el cordón aun latiendo... Hubiera sido distinto, la lactancia y el piel con piel hubiera hecho mi oxitocina aumentar... La placenta la hubiera parido con amor, mirando los ojos de mi hija... La lactancia hubiera sido más fácil y no tan dura y dolorosa y ya tarde para que mi hija sacara esa fuerza y succionara apropiadamente...
Ya tenía depresión antes del parto (mi ex me maltrataba fisica y emocionalmente y estaba pasando por denuncias y reconciliación, por acoso y arrepentimiento, por eso me preparé tanto mentalmebte, no quería una depresión post parto. La lactancia fue esencial,no tuve apoyo profesional, las enfermeras me querian forzar a dar biberones, yo,madre primeriza, amante de Carlos Gonzalez, me descubrí enseñando a las enfermeras a dar adecuadamente suplemento a un bebé tan pequeño, con una lactancia tan nada instaurada... Dije que solo daria suplementos con una sonda pegada con esparadrapo en mi pezón mientas Nue mamaba... Me tacharon de loca pero me dio igual, nadie me quitaria la seguridad que me dio el conocer la información de antemano... Información es poder. Pero había cosas que no sabía. Solo sabía que algo iba muy mal y que la solución que médicos, enfermeras, asesoras de lactancia, etc daban era "una cucharada por cada 300ml de agua... O algo así, el frenillo cortado pasó de tipo 1 a 3 (o eso creo), el peso estancado... Y le pedí a mi prima (o ella me lo ofreció, no recuerdo), mamá lactante experimentada, que además había parido un dia antes que yo, que lo comprobara..y me dijo que sí, que la posición era perfecta como yo ya sabía, que todo estaba bien pero que, como yo decía, Nur no succionaba bien y había algun problema, no notaba lo que notaba con su hijo,era débil... Y me dio el email de Carlos Gonzalez, que jamás contestó, pero seguramente sí que lo leyó porque más tarde le di ese mismo correo a una amiga Ximena, y consiguió que fuera a su país y formar parte del proyecto que ella tenía,... pero bueno, se lo perdono, en esta vida hay que saber priorizar, y supongo que también hay que saber ser selectivos.... no contestó y gracias a eso mi prima me recomendó (a pesar de mis dificultades económicas, dijo que valdría la pena)visitar a A. P. A. y fui alli, delante de esa maravillosa mujer, una total desconocida, y le expliqué un poco lo que había pasado... (o mi realidad en aquél momento) me desnudé de cintura para arriba, y Nur tuvo su piel con piel respetado, y Alba me enseñó la técnica de compresión, dándose cuenta de que el patrón era solo de succión pero no había apenas deglución. Nos salvó la lactancia (que duró 4 años y medio). Gracias Alba, muchas gracias...
Pero la violencia obstétrica no acaba ahí... No es solo algo que afecta a tu seguridad y dignidad, no es solo algo que te marca de por vida y que puede destrozar una lactancia, con las consecuencias graves que eso ya conlleva, que puede destrozar la autoestima y la ingenuidad de una mujer... que le arrebata la ilusión y el vínculo con su propio cuerpo.... la violencia obstétrica hace mucho más... Hace que despues de 4 años de EMDR y terapia, un dia te descubras mirando un parto natural, de una madre poderosa, sola, fuerte y capaz... tal y como tu estuviste a punto (llegué al hospital de 9cm y solo fui porque Nur no se movia, mi plan era quedarme en casa... ojalá lo hubiera hecho) y ves ese parto y rompes a llorar y sientes ASCO. Ya no es que te aterre, que te de rabia que te robaran tu parto, ya no es que te destroce la idea de que estabas preparada pero no te dejaron, de la injusticia, del horror... es el rechazo... y vi ese parto y rompi a llorar porque solo sentia rechazo... y me dije, ufff si algun dia tengo otro o cesarea o que me pongan la epidural y que sea lo mas medicalizado posible, no soportaria volver a prepararme y que no funcionara, no soportaria no estar preparada esta vez y que acabara cediendo,... no soportaria que me lo volvieran a robar, asi que prefiero no pasar por ello porque seria ironico haber estado preparada y que me lo roben, y por eso no estar preparada para otro parto. Ese dia decidi que no iba a tener más hijos. Ese dia me di cuenta de que lo que estaba pensando no era sino el terror y trauma, que mi instinto y mi forma de pensar no decían eso, era solo el miedo... y decidí que no quería más hijos, me centré en mi hija maravillosa en su dia a dia en escapar de todo eso.... evadirlo.
Ya en el embarazo y aun más al haber parido me había interesado el mundo de las doulas, pero cuando mi hija tenia 13 meses nos tuvimos que marchar a Inglaterra escapando de mi ex y aparecí en un pais nuevo con miles de nuevas oportunidades para ambas... una maleta, un carrito, un bebé y 3000 euros... era todo lo que tenia y no sé como, por arte de una especie de magia o fuerza superior, lo conseguimos. Aqui descubrí las doulas como parte del sistema, descubri las opciones de parto en casa, de piscinas... descubrí que tenias la libertad de elegir, tanto si no querías parir y querías una cesarea programada o querías un parto con tus comadronas, la piscina en casa, descubrí eso y me seguía creando rechazo, y pensé en hacerme doula, en superar mi trauma ayudando a otras mamás... pero la barrera linguística me lo impedía, y no tenía a nadie que cuidara de Nur, estábamos solas, ella y yo.
Conocí a mi marido, nos enamoramos casamos y bueno, corrimos, volamos juntos con el sueño de formar una familia y la violencia obstétrica no había acabado... sus secuelas seguían... hicieron mucha mella cuando él me pidió que quería ser papá... de nuevo. Le dije que solo lo haría después de haberme formado como doula, que no estaría preparada hasta haber acabado mi voluntariado y haber ayudado a otras mamás a salvar sus embarazos, partos y postpartos con la fuerza superior de la información pero llegó una carta diciendo que tenía células precancerosas en el cervix, y entonces cambié el plan, le dije que me quitaría el diu cuando todo estuviera solucionado... y empecé a la vez la formación como doula. Fui a hacerme la cloposcopia y biopsia y la chica me dijo que por lo que ella veía todo estaba perfecto, que si quería me quitaba el diu en ese mismo momento... y en el fondo no quería, en el fondo solo lo hacía para ver esos ojos de mi marido brillar de felicidad, pero lo hice... lo hice y me engañé fingiendo una felicidad que me hacía llorar a escondidas, porque yo no quería un bebé, me aterraba... me daba pánico, pero aun así lo busqué.
A la vez que mi formación como doula continuaba, una carta llegó diciendo que la biopsia daba el riesgo más alto y que había que extirpar una parte de mi cervix... pero... yo podía estar embarazada, que hacer? pensé que así lo retrasaríamos todo, pero no fue así, me sentí otra vez allí, en mi parto, mientras me arrancaban la placenta, aunque esta vez solo era el cervix, aunque esta vez era con una sonrisa en la cara... pero me dolió igual, me destrozó igual, fue igual de injusto y a los 3 dias me repetí el test de embarazo, y a los 4 y después de unos cuantos negativos, contraindicados por mi instinto, entre sangrados vaginales, dolores y muchísima vulnerabilidad, salió positivo.
Esta vez no pude fingir felicidad, y rompí a llorar... estaba en medio de post operaorio, acababa de volver mentalmente de mi parto... no me iba a dar tiempo a acabar el voluntariado como doula, era todo muy justo, muy injusto también...
Mis valores, mi ética están en contra del aborto en todos los casos si no hay riesgo de vida sobre la madre... y esos valores se destrozaron, quería abortar desde lo más hondo de mi ser, aterrada por el mero hecho de revivir mi trauma de nuevo...
Hice caso de mi ética pero aun fingiendo ante el mundo felicidad, solo sentía agonizar mis sentidos... no dejaba de sangrar, pasé de una infección a otra, la operación se complicó y a las 2 semanas empecé a sangrar violentamente, y me fui al hospital, pensando que era un aborto natural... pero no lo fue. Todos se alegraban, menos yo... mi vida era un sueño, el hombre de mi vida, la niña, y un bebé parte de el parte de mi tan deseado por la nena... no tenía derecho a odiarme, a odiarlo, era cruel e injusto.... así que seguí fingiendo que me alegraba, y aceptando los ánimos de la gente.... decidí que tenía que hacer algo. Gracias al proyecto de doula, en mi formación conocí a varias comadronas especializadas, y me ofrecieron su apoyo. Tengo cita proximamente con ellas para ver como abordar el tema. Mi barriga crece, con ella mis ganas de que una comadrona venga a casa y me infle la piscina, con ganas de que mi hija vea a mi bebé nacer y de que mi marido vea como el bebé escala por si mismo al pecho para la primera toma mientras nadie pinza ni corta el cordón y la placenta sale naturalmente. Visualizo esa placenta fuera de mi cuerpo, seguida por ese cordón, atado a ese bebé, que a su vez lacta de mi pecho, y me veo en harmonia entre los bazos de mi marido visualizando esa reconciliacion con el pasado, ese ideal que no sé si se cumplirá pero soy consciente, mucho más conscente. Soy una doula titulada (que empezará a ejercer como voluntaria para el ayuntamiento de mi ciudad en enero).
Esta vez realmente no me importa que pase, si es cesarea, si es en el agua o en una cama, si es con epidural o sin medicalización, si todo va como yo imagino o al revés... esta vez no importa nada de eso y lo único que realmente le pido al destino es que nadie viole mi parto, que pase lo que pase se me informe, se me pregunte, se me respete y se me apoye.
Sé que mi marido y mi madre (que no supo y no pudo hacerlo la otra vez porque, como yo, se engañó en el espegismo de que Nur estaba bien y olvidó lo traumáatico para abrazarse a mi nuevo bebé), ambos están preparados para darme mejor apoyo esta vez. Tengo un equipo de comadronas especializadas en llevar a mujeres con experiencias previas traumáticas para evitar que eso suceda otra vez. Las visitaré en un mes. Tengo una hija que me abrazará y bailará conmigo cuando el dolor de las contracciones aun no me desborde, y que pondrá sus manos sobre mi otro pecho cuando el bebé tenga su primera toma para acabar de cerrar esa herida. Ese trauma que, haciendo de aquél día el más horrible de mi vida, ha valido la pena para hacerme la madre que soy, y tener la hija que tengo, para darme el poder y la capacidad, el conocimiento y la información... soy doula. Aun no me ha llegado mi título, aun no he ejercido, pero mi sueño se ha cumplido y, aunque me siento extraña y hay días que odio mi cuerpo y su estado, otros siento una patadita y parece que todo se me empieza a pasar.
No he querido reconocer este rechazo, pero negarlo no va a evitarlo, es cierto, me violaron todos los derechos acallando mi voz y convirtieron mi vida en un infierno, tengo derecho a tener miedo, tengo derecho a sentirme agotada, a odiar un embarazo que, de las 11 semanas que lleva en pie, 8 han sido sangrando, con infecciones y muchísimo dolor... tengo derecho a gritarlo y llorarlo por una vez, pero todo esto, estas lágrimas, este infierno, podrían haberse evitado. La depresión que ahora tengo, los problemas y el daño que me han hecho se podría haber evitado... que mi marido no haya podido ver como saltaba a sus brazos feliz con el predicto, que no hayamos sonreido y llorado de felicidad juntos en las ecos, que me pase más días llorando que riendo se podría haber evitado... (si mi madre no me hubiera dicho que mi ex estaba alli, no me hubiera descontrolado al activarse mi neocortex, no hubiera perdido el equilibrio y no hubiera acabado con la epidural inmobilizada... posiblemnte hubiera parido de pie porque no hubieran tenido fuerza para inmobilizarme y hubiera tenido más autonomía, pero mi madre hizo bien en su momento y aun se lo agradezco, ella quería darme la opción de elegir a quien quería dentro, quería darme el respeto y la voz de decidir, y se lo agradezco porque aunque con consecuencias inesperadas, me dio lo que ellos me robaron, VOZ). Todo el infierno fue evitable, un simple ''no hacer nada'' dejandome parir tranquila, amamantar a mi bebé, parir mi placenta, ver el cordón latir..... hubiera sido la diferencia entre mi infierno, y una experiencia positiva y placentera de mi parto. Lo tengo grabado, se ve como mi hija recién nacida dice hola a la cámara bajo un foco de luz que le dilata las pupilas y la exalta. Aun la recuerdo de recién nacida, quedarse en estado de shock al estar expuesta a semejante luz nada más nacer, se ve como me ignoran y no me hacen caso cuando pinzan el cordón mientras suplico que no lo hagan. Como YO pido perdón y no se ve lo que pasó después porque mi madre pensó que era tan monstruoso que no fue capaz de gravarlo aunque se lo pedí. Nadie me dijo lo que pasaba y yo quería saberlo, pero eso se lo perdono, debió de ser horrible verlo, aunque no tanto como sentirlo.
Si nadie hubiera hecho nada, yo hubiera parido a mi hija, pero hicieron demasiado, sin informarme, sin preguntarme, sin respetarme.
Algún día estas acciones tendrán consecuencias. Yo no fui capaz ni de denunciar ni de escribir al horpital ni de quejarme. Escribí una carta de ''agradecimiento'' donde explicaba sutilmente el daño que me habían hecho.... como aconseja Carlos Gonzalez en uno de sus libros, pero nunca la mandé.
Esa comadrona lo ha hecho más veces, no tiene vocación, no fui una excepción, fui la norma. Dejo que siga ejerciendo sin decirle nada porque me aterra verle la cara y sentir los latigazos del pasado otra vez. No quiero mas flashbacks, sólo quiero volver a tener mi vida de vuelta, poder disfrutar de este embarazo, de este parto y pasar página. Cada día tengo mas esperanzas, cada día me trabajo un poco más para estar más preparada. Cada día parece que me odio menos y me quiero más, pero el dolor es profundo y afilado como los acantilados más altos.
No sé, no queria comentar nada, pero Alba dijo que el 25-11 era el dia del #noalaviolenciaobstetrica y me pareció adecuado dejar de silenciar mi voz y aceptar el apoyo de quien me lo quiera dar, y el rechazo de quien me juzgue... pero sobretodo, aceptrar que lo que pasó pasó, y es inevitable haberlo pasado pero sí que puedo evitar que vuelva a pasar, o que le pase a otras mujeres....
Gracias Jose Miranda por ser el mejor marido del mundo y a ti, Conxi Gracia por llegar a tiempo para presenciar, compartir, grabar y apoyar el mejor y peor momento de mi vida. Os quiero. Gracias por vuestro apoyo incondicional.
Por cierto, la comadrona se llama Salut.