Mi parto - Hospital La Paz
Rompí aguas en la semana 40+2, en casa a las 7am, el día de las elecciones de Abril (así que me tocaron bastantes cambios de turnos de matronas). Tras desayunar, ducharme y tomármelo con calma llegamos al hospital de la Paz sobre las 9am, y como solo había dilatado unos 3 cm me metieron en una habitación en preparto. Lo malo de esto es que son habitaciones compartidas, y claro, allí había otra chica en la semana 26 de embarazo de gemelos con riesgo de parto prematuro... pronto empecé a tener contracciones muy fuertes y no podía evitar gemir bastante, y me sentí bastante mal por mi compañera de habitación. No sé por qué, me cambiaron a una habitación al lado al poco rato, donde había otra chica con la que no hablé pero que estaba parecida a la anterior. La cara de circunstancia de la pobre oyéndome era un poema. Como con cada contracción me daban ganas de hacer caca pero yo iba al baño y no lo conseguía, me ofrecieron ponerme un enema. Estaba muy incómoda y no me gustaba la idea de hacerme caca en el parto, así que acepté. Yo en mi vida me había puesto un enema... y bueno, me alivió bastante, pero fue un rollo estar ahí en la habitación aquella cagándome con el marido de la otra pasando de un lado a otro como si nada. Me duché varias veces y bueno, me sentó bien todo esto, pero las contracciones cada vez eran más dolorosas y seguidas. Pedí una pelota de pilates y me la trajeron, aunque era muy pequeña para mí y no me resultó muy útil. Estaba un poco sucia, y me dieron una sábana para que la cubriera por encima. Debería haber llevado mi propia pelota (que se puede), pero se agradece que las tengan allí.
Todo este rato estuve con mi pareja y con mi madre, que me intentaron cuidar y distraer. Pasé la mañana dando paseos y cambiando de postura como me indicaron, para intentar dilatar, pero no dilataba casi. Tenía contracciones de 50 segundos cada dos minutos. Pronto empecé a quedarme dormida entre contracción y contracción. Llegó la hora de comer, y me dijeron que lo intentase para tener fuerzas porque iba a ser lo último que me dejasen, pero casi no podía ni tragar. Durante las contracciones imposible. Solo bebí un zumo. Sobre las 14 horas vinieron las enfermeras, y me dijeron que aunque estaba muy poco dilatada iban a subirme a paritorio en cuanto quedase uno libre para que pudiesen ponerme la epidural porque estaba con muchísimo dolor, pero estaban todos ocupados.
Creo que me subieron a paritorio sobre las 16:30 h más o menos. Al poco tiempo vino el anestesista y ese fue el único momento que pidieron a mi chico que saliese del paritorio. Al poco me empezó a hacer efecto, y qué maravilla, tanto mi chico como yo nos echamos una buena siesta y recuperamos fuerzas. Después de esto, comencé a tener unos pinchazos de gases muy fuertes, y la matrona me cambió de postura y me puso todo lo vertical que pudo en esa camilla, y quedé casi sentada, medio reclinada, muy cómoda. Se me pasaron los gases un poco... pero seguí teniéndolos bastante rato, y aún no sé muy bien que fue lo que pasó. La verdad que fue muy agradable que nos dejaran tan tranquilos durante la tarde, la matrona (o más bien las matronas porque tuvimos como 3 cambios de turno) iba viniendo cada hora y pico a revisarme, la verdad que me hicieron bastantes tactos.
Cuando ya habían pasado 12 horas desde el comienzo, me pusieron la oxitocina, y más antibióticos (había dado en la revisión positivo al estreptococo B y ya me los habían puesto antes). Comencé a dilatar más, pero aún tardé (creo que sobre las 22h aún estaba en los 5 cm).
Mis gases o pinchazos raros seguían dándome guerra, y yo creo que se unió la cabeza del bebé presionando en el canal de parto, así que volvieron a traer al anestesista y me aumentó la dosis. Me pidió que me tumbase un poco de lado hacia donde me dolía, para que la anestesia hiciese más efecto, porque además la pierna de ese lado era la que mejor podía mover. Vomité. Me quedé nueva. También en algún momento me hice otro poco de caca, lo cual es absolutamente sorprendente porque era imposible que allí quedase nada, pero en fin, que lo del enema no me sirvió para evitarme esto (pero al menos estuve a gusto). Después de todo esto me quedé bastante a gusto y el resto del parto me sentí mejor.
Sobre las 00:30 vinieron la matrona y la auxiliar a verme. Me dijeron que íbamos a practicar unos pujos. Mientras me hacía un tacto me animó a empujar, y pasé de unos 7cm de dilatación a unos 9 en tres o cuatro pujos. Me dijeron que como podía sentir las contracciones y verlas en el monitor que aprovechara a empujar mientras durasen y a descansar en los momentos que parasen. Y se fueron. Y yo me quedé ahí mirando a mi chico y preguntándole si de verdad habían dicho que empujase sin ellas. A todo esto, hacía un buen rato que la máquina que indicaba las pulsaciones del bebé había empezado a pitar a ratos, pero habían entrado a controlarlo varias veces y nos habían dicho que aunque tenía las pulsaciones bajitas el bebé estaba bien y que nos tenían controlados desde la sala de control, que estuviésemos tranquilos.
A los 15 o 20 minutos más o menos volvieron la matrona, la auxiliar, una ginecóloga y otra mujer más que no me enteré ni quien era pero que no me hizo nada (supongo que era la auxiliar de la ginecóloga ¿? Seguro que se presentaron, pero entre el estado de cansancio que yo tenía y todos los cambios de turno…). La ginecóloga dijo que iba a preparar el instrumental, pero la matrona le paró y le dijo que esperase un poco, que ella pensaba que iba a ir bien. Y qué agradecidísima le estoy. La ginecóloga dijo que el bebé tenía que nacer en los siguientes 10 minutos. Me observó durante un pujo, y me dijo que no estaba empujando muy bien y que me tenía que ayudar. Comenzó a tocarme la parte superior de la barriga, palpando muy bien las partes del bebé y posicionándose para hacer la maniobra de Kristeller. Me dejó sin aire, pero la verdad que no me hizo mucho daño, solo me pareció increíble que me pidiesen que no soltase el aire para seguir empujando en esas circunstancias. Entre pujo y pujo le dijeron a mi chico que mirase, que ya salía un poco la cabeza, que me animase (yo debía estar super en trance). También me dijo la matrona que me tenía que hacer la episotomía para que saliese más rápido el bebé (supongo que por lo de las pulsaciones ¿?). Se me subió la ginecóloga encima dos veces más, y en la tercera de repente la matrona empezó a decirme “Cógelo”… y yo flipando en plan ¿que coja qué?, super en shock, y ya todos ahí animándome en plan “¿pero no quieres cogerlo tú? ¡Cógelo! ¡Venga, cógelo!” ¡Y ahí estaba mi bebote! Yo que quería pedir el espejo y verlo, y ni me había acordado de pedirlo ¡y mi bebé ya estaba allí! Lo cogí, me ayudaron a subirle y me lo pusieron piel con piel. El momento más increíble de mi vida. Todas empezaron a alucinar con el tamaño del niño y a comentar que tenían muchas ganas de pesarlo y que si iba a pesar más de 4kilos. Después de un buen rato lo pesaron ¡4kg 600g, 56cm! (no tuve diabetes pero nosotros somos grandes y la genética manda). Yo me llevé dos puntos en la episotomía y un par más internos. Luego curaron bien y sin dolor. Mi bebé perfecto, 9/10 en el test de apgar.
Luego ya lo de las habitaciones compartidas, el caos con las visitas y la mezcla de buenos y malos consejos sobre lactancia en planta en la Paz dan para otra historia.
Creo que en global la experiencia en la Paz fue buena, aunque aún tengan cosas que mejorar. Creo que las intervenciones que me hicieron fueron necesarias y me sentí bien atendida. Tienen visitas en preparto en las que te resuelven todas las dudas que quieras y te enseñan el paritorio, así que animo a que todas las que vayáis a dar a luz en ese hospital vayáis a esa visita, porque tranquilizan mucho. Tienen también nuevos protocolos, que han mejorado bastante el tema de evitar separaciones. También quiero aprovechar y comentar que tienen centro satélite del banco de leche regional, y que podéis haceros donantes de leche allí, que es muy gratificante poder ayudar a los bebés prematuros u hospitalizados y a sus madres J