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Nacimiento de A.
Quería escribir mi parto por qué a lo largo del embarazo me he nutrido con las experiencias de todos los relatos que hay en esta página, me han proporcionado ánimo y fuerza al igual que espero que mi experiencia sea enriquecedora y si alguien se siente igual o tiene una situación parecida le sirva de algo.
Cuando me quedé embarazada lo primero que miramos fue la fecha probable de parto. Quien nos diría a nosotros que nuestra pequeña sería del 5 % de bebés que nacen el mismo día?.
En la revisión de la semana 36 en el área de obstetricia del hospital me dieron cita para el día 12 de agosto ( dos días pasada la fecha probable de parto) porque todo estaba muy tranquilo por ahí dentro. Mi pequeña estaba muy agusto y nunca tuve contracciones ocasionales ni nada así.
El día 5 de agosto por la noche fuimos a dar el paseo diario, empezando a notar unos pequeños dolores de regla con cierto patrón regular ( contracciones ) tal cual se los describí a una amiga que ya es mamá y me dijo que el parto estaba por empezar.
Una vez en casa las molestias continuaron hasta llegar a ser bastante seguidas. Al orinar vi un sangrado que me asustó y alegró a partes iguales. Como no supimos qué era exactamente decimos ir a que nos revisaran para comprobar que todo iba bien. Al llegar al hospital nos atendieron excelente y nos explicaron que tenía el cuello del útero borrado al 50% y un centímetro de dilatación. El sangrado era el tapón mucoso que lo estaba expulsando. Nos fuimos a casa muy contentos sabiendo que el parto pronto iba a empezar... Lo consideraron primera fase de parto o preparto (que puede durar incluso días) y por la noche las contracciones se hicieron menos regulares así que me metí en la ducha y en la cama a descansar todo lo que podía.
El martes entero fueron contracciones irregulares pero dolorosas. El miércoles exactamente igual... El jueves eran muy distantes pero bastante más dolorosas. Cuando llegamos a tener cada 5 minutos regresamos al hospital. Nos revisaron a fondo a mí y a mi bebé para comprobar cómo iba todo en mi preparto. Descubrimos que no había cuello del útero y estaba dilatada de unos dos centímetros amplios. Junto con mi pareja decidimos volver a casa ya que podía tardar aún 24 a 48 horas en existir un parto franco.
El viernes día 9 agosto fue un día agotador, contracciones muy dolorosas pero irregulares, mucho más seguidas. Lo llevé muy dignamente esperando el desencadenante. Hacia las 9 de la noche note las braguitas mojadas como de pis. Me di una ducha y cenamos y nos fuimos al hospital puesto que había vuelto a mojar un poco. Una vez en el hospital me recibe una de las personas más importantes en este parto. El matron Juan Carlos, muy amable. Me exploró y me aconsejó en todo momento de la manera más eficiente y respetada posible. Hubo muchas dudas sobre si había una fisura en la bolsa, aun siendo la dilatación favorable y casi apta para ingresar sin contracciones regulares no hay parto... Era cuestión de horas. Entre todos y en todo momento asesorados y sabiendo que vivimos a 2 calles del hospital nos enviaron a casa para que iniciara el trabajo de parto más tranquila. Una vez en casa de nuevo las contracciones se hicieron continuadas , potentes y mucho más largas que hasta el momento. Intentamos dormir un rato. Mi chico se durmió pero lo mío fue imposible. Me di otra ducha con calor. Me lo pedía el cuerpo. En la pelota de pilates estaba bien solo a ratos , a cuatro patas en el sofá también solo a ratos. Es curioso que por mucho que leas hasta que no estás en el momento no sabes que vas a necesitar. Lo cierto es que hubo momentos de incertidumbre y de dolor. Después de 4 días yo era todo sensaciones. Estaba agotada pero sabía que mi cuerpo podía el último empujón.
A las 5 y media de la madrugada las contracciones eran cada 1, 2 y 3 minutos. No pude más y llame a mi chico para ir al hospital. De regreso el matron Juan Carlos muy solícito con la situación nos hizo pasar y como me había visto previamente se ahorró el tacto vaginal y la pertinente exploración y espera. Nos pasa a la sala de monitores y vemos mis contracciones. Eran tremendas en cada una de ellas me tenía que mover. Se me fue el monitor como 5 veces y el siempre diciendo que lo estaba haciendo muy bien me lo ponía de nuevo. A las 6 y 30 de la madrugada me llevan a la sala de dilatación y paritorio ( ya que no te mueven y es todo lo mismo)me recomemdaron hacer lo que me hiciera sentir más cómoda. De vuelta a la ducha y balón de pilates.
Todo marchaba bien , sobre las nueve Juan Carlos viene a despedirse y nos presenta a nuestra nueva matrona. Leticia, si él fue genial, ella fue maravillosa.
Leticia me preguntó si quería administrar epidural, en ese momento la rechazamos, pero no descartamos nada. Me realizó un tacto de una manera muy delicada. Hablo conmigo en todo momento e intentó que no me doliese.
Había 6 cm de dilatación, todo iba viento en popa, excepto las contracciones... No sé regulaban del todo y a esas alturas me preguntaron si quería que me rompieran la bolsa del todo para acelerar el proceso. Dije que sí y me dieron un rato. Como a las 11 de la mañana me sentía agotada. No podía más, me dormí en el balon de pilates varias veces y casi me caigo, no estaba bien de ninguna postura las contracciones eran muy seguidas y cuando vinieron a romper la bolsa, les pedí por favor que me pusieran la epidural.
El anestesista llegó bastante rápido. Leticia me explicó todo lo que hacían paso a paso me ayudó a coger postura y a no moverme. Me sentí muy cómoda en todo el proceso y fue muy rápido.
Me tumbaron y me rompieron la bolsa, Leticia nos recomendó dormir un rato por qué aún faltaba un poquito. Me quedé dormida prácticamente en el acto. Como hacia la una de la tarde vinieron a administrar oxitocina por qué las contracciones seguían irregulares y algo más distantes por la epidural. Me la pusieron y me dejaron descansar. Como a las 14:15 empezé a sentir molestias en cada contracción. Mi marido había salido a comer algo en ese momento así que yo misma llamé vino otra matrona por qué Leticia tenía una urgencia. Una chica encantadora y muy cariñosa. Que me ofreció explorarme y ver cuánto quedaba por si quería administrar un suplemento a la epidural. Le pedí por favor esperar a mi pareja y me dijeron que si.
Cuando él llegó de comer Leticia vino a explorarme y estaba en completa . Como sentía molestias me ofreció subir la dosis de epidural, sin embargo yo quería notar a mi bebé nacer y pedí que si podían bajar el flujo o dejarlo así. ( No recuerdo si se pudo bajar pero creo que sí). Leticia me dejó unos minutos y me dijo que estaba esperando fuera, en cuanto tuviera ganas de empujar que llamase y vendría. Tardo unos minutos en venir la sensación de pujo. Sobre las 15 no podía más y llamé. Vino Leticia y una enfermera muy amable. Me colocaron en una posición semisentada y Leticia me dijo que cuando sintiera ganas que empujase. Empezé a empujar con todas mis ganas mientras notaba como mi bebé iba bajando. Era agotador y era maravilloso. Leticia me ayudaba en todo momento. Me explicó cómo empujar más eficiente, como al tercer pujo mi bebé empezó a sufrir.
Leticia me miró a los ojos y me dijo que tenía que nacer ya y que confiaba en mi, vino otra matrona en ese momento (Creo que por si acaso) y entonces empujé con todas mis ganas, una vez , dos veces y a la tercera salió la cabecita y la mano que se había puesto en la cara. Leticia estaba contenta y yo también. Me dijo que en el próximo empujón cogiera a mi hija. Y así lo hice...
Que maravilla de sensación! Aún no tengo palabras para describir lo que sentí cuando la vi. Y cuando la olí. Era el ser más bonito que había visto y olido. Mi marido lloró de emoción y yo también, no me la despegaron en las siguientes horas.
Leticia me dijo que me había desgarrado con el brazito del bebé pero estaba en las mejores manos y me cosió con mucho tacto me hizo un trabajo excelente, me alegro que lo hiciera ella.
Mi experiencia de parto y de postparto inmediato ha sido genial en parte gracias a los profesionales que me tocaron en el Hospital Rey Juan Carlos.
La experiencia de parir es maravillosa, si bien duele, el cuerpo de cada uno no nos va hacer nada que no podamos soportar. Y para mí ha sido una de las experiencias más increíble de mi vida.
Gracias al equipo médico del Hospital Rey Juan Carlos y sobre todo a Juan Carlos y Leticia por hacerme sentir tan respetada y valorada en el parto.