Nacimiento de Altaïr
Cuando me hice la ecografía del tercer trimestre me dijeron que el peque venía bajo de peso, a partir de ahí me hicieron eco todas las semanas hasta que me confirmaron que me iban a provocar el parto, así que el mismo día que cumplía las 40 semanas ingresé a las nueve de la mañana tal y como habíamos quedado; después de pasar revisión con la ginecóloga me pusieron un propex (que es como un tampon) para borrar el cuello y provocar contracciones.
Pasé todo el día con él. Al día siguiente por la mañana, como no me había puesto aún de parto, me bajaron a la sala de dilatación para ponerme oxitocina; toda la gente que me iba a atender se presentó y me explicaran el proceso que íbamos a hacer, todo el personal fue muy correcto, me gustó mucho sobretodo después de las barbaridades que había leído por internet de este hospital. Me explicaron que al ser inducido el parto, no podría moverme de la cama para estar monitorizada todo el tiempo, me rompieron la bolsa de aguas y empezaron más fuerte las contracciones, cada x tiempo me subían la oxitocina, cuando las contracciones fueron muy fuertes pedí la epidural y aunque me pincharon tres veces no me hizo ningún efecto, me arrepiento de haberla pedido porque el proceso fue bastante rápido y el dolor, aunque intenso, soportable; tardé como tres horas desde que me bajaron hasta que di a luz.
Cuando las contracciones ya eran regulares y el peque estaba muy alto aun tuve que estar un buen rato empujando para que bajara, siempre dirigida por la matrona, cuando bajó, me pasaron a paritorio y en dos pujos ya salió, me pusieron el niño piel con piel y se lo llevaron a hacerle pruebas en el paritorio, yo desde la camilla, mientras alumbraba la placenta veía todo lo que le hacían al niño y mi marido estuvo al lado de él todo el tiempo.
Después en planta hubo de todo, desde las enfermeras con paciencia infinita hasta las que le pedía ayuda para darle el pecho y lo que hacían era darme un biberón que yo no quería darle al niño porque quería hacer lactancia exclusiva.
* Desde El Parto es Nuestro subimos este relato como ejemplo de una atención completamente protocolaria por parte de algunos hospitales así como de una total falta de respeto hacia la fisiología del parto y de la mujer. Deseamos que la cascada de intervenciones innecesarias deje de ocurrir y que se trabaje por un parto lo más libre y fisiológico posible.