Parto de Arian, septiembre de 2010.
El parto de Arian...vaginal, sin epidural, con oxitocina.
Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria (Tenerife)
Estaba de 36 semanas, mi hijo estaba preparado para nacer según las dos ginecólogas que me habían visto, con un peso de 2500 gr. Ese día fue muy agitado, me hice una sesión de fotos preciosa en un parque con el mar de fondo, el papá también estaba presente, las fotos salieron muy bonitas. Después, estaba llena de actividad y fuimos de compras a varios centros comerciales, por lo que caminé muchísimo. Cenamos fuera algo ligero y luego nos acostamos. Me desperté sobresaltada alrededor de las 5 de la mañana notando un líquido entre las piernas. Al principio pensaba que me había hecho pipí, pero luego me di cuenta que no paraba de salir líquido a borbotones, había roto aguas como en las películas. Llamé a mi chico y nos preparamos para salir hacia el hospital, yo estaba muy nerviosa, pues me venía a la cabeza constantemente que me harían una cesárea. También he de decir que el día anterior había acudido al hospital a urgencias porque no notaba movimiento fetal y estaba asustada. Allí por protocolo y sin justificación me hicieron un tacto y siempre he pensado que eso fue lo que desencadenó el parto antes de tiempo. Ahora creo que fue una maniobra de Hamilton o separación de membranas lo que me hicieron, sin previo aviso y gratuitamente, ya que no tenía dinámica de parto, y por cierto, me dolió muchísimo y cuando llegué a casa sangraba. Llamé al hospital y me dijeron que era normal tras un tacto.
Volviendo a la noche del parto, en el hospital me hicieron pasar, desnudarme y ponerme una de esas batas blancas que no te dan nada de intimidad ni seguridad. Seguía expulsando líquido transparente sin cesar, pero no notaba contracciones ni ningún dolor. Estuve en una camilla alrededor de una hora, me preguntaron si quería ponerme un enema, a lo que me negué, luego mi cuerpo se vació solito de manera natural. En el baño vi gotas de sangre en el suelo que no habían limpiado, luego oí a las enfermeras susurrando, -eso es de la del aborto, tienen que venir a limpiar. Al lado había otra chica de parto que no paraba de gemir con mucho dolor por las contracciones, con este escenario, yo intentaba concentrarme en mi barriguita. Me hicieron un tacto y vieron que estaba algo dilatada, por lo que decidieron ponerme oxitocina y me pasaron a otra sala donde estaba sola y allí entró mi chico, que con su silencio y mirada de confianza me daba tranquilidad. Cuando pregunté el por qué de la oxitocina (confieso que no tenía mucha idea), me contestaron de malas maneras que si tenía algún problema en ponérmela. Empecé a sentir contracciones pero no sentía dolor, así estuve un par de horas, no sentía más dolor que el que pueden dar los cólicos de la regla. Había una residente muy simpática y amable que me daba muchos ánimos y me reconfortó muchísimo, me hacía sentir bien. Mi chico me abanicaba constantemente, yo tenía calor y sed, pero como me habían puesto suero no me dejaban beber más que medio vaso de agua. Tampoco me dejaban comer, aunque sentía muchísima hambre, sobre todo a las 9 de la mañana o así. A eso de las 11 las contracciones se hicieron más intensas, me habían puesto registro vaginal y aunque hubiera podido querer moverme, solo me apetecía estar echada en posición fetal, concentrada en mi dolor y en mi parto. La residente me preguntó varias veces si quería la epidural, a lo que contesté que no, que podía aguantar. Cuando las contracciones se hicieron más y más fuertes, aunque no era un dolor desgarrador como me habían contado, de pronto sentí ganas de empujar. Al decírselo a la enfermera me dijeron que ya estaba preparada para ir a la sala de partos. Tuve que ir caminando, y me dio una contracción por el pasillo que me dejó doblada. Una vez en la sala, a eso de las 12:30 supongo, empecé a empujar, la comadrona me decía que tenía que empujar más y más, que lo estaba haciendo bien. Cuando ya faltaba muy poco me cortaron y eso fue lo que más me dolió de todo el parto, a pesar de haberme aplicado un poco de anestesia local antes. Fue un dolor desgarrador y sentí que estaba totalmente fuera de lugar. Un momento después empujé de nuevo y salió la cabecita de mi bebé. A las 12:59, pesó 2900 gr y medía 49 cm. Lo pusieron sobre mí y fue como si estuviera en una película, como si la cosa no fuera conmigo, estaba descolocada. Lo limpiaron un poco y se lo dieron al padre envuelto en una manta, luego me cosieron, solo tres puntos pero fue muy desagradable y yo solo deseaba que se terminase ya. Después del parto me fui a la sala de recuperación y estuve con el bebé una hora intentando darle el pecho, pero no conectábamos, me sentía extraña y agotada. No sabía nada del agarre espontáneo y tampoco me nombraron para nada el piel con piel que tanto habría ayudado a empezar con buen pie. La ayuda con la lactancia en el hospital no fue nula sino peor que eso, ya que me dieron malas indicaciones (ponerlo al pecho cada 3 horas no más de 10 minutos), lo separaron de mi unas tres horas sin motivo y me ofrecieron pezoneras y biberón cuando lloraba de noche. Gracias a mi perseverancia y a la ayuda del papá, de muchas foreras anónimas de un foro de internet y de los libros de un pediatra muy “natural” he conseguido mi sueño, dar el pecho a mi hijo, en exclusiva hasta los 6 meses. Solo puedo decir que poder dar el pecho es lo más maravilloso que he vivido. Lo amo con locura cada minuto que pasa y no puedo estar sin él, somos uno, primero unidos por la placenta, ahora unidos por su teti 22 meses después.