Parto vaginal sin epidural en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla Santander
Me gustaría contar mi experiencia positiva de parto vaginal sin epidural en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) en febrero de 2022, por si pudiera servir a otras mujeres.
Me puse con contracciones sobre las 11h de la noche y estuve en casa hasta las 4 de la mañana, que expulsé el tapón mucoso. Me pareció en ese momento que expulsaba demasiada sangre, así que decidí ir al hospital. Tras ingresar por urgencias una matrona muy amable me exploró y me dijo que me quedaba ingresada ya porque estaba de 4cm. Me preguntó que si llevaba idea de ponerme epidural y contesté que no, a lo que ella muy amable me dijo que entonces harían todo lo que pudieran para que estuviera lo mejor posible. Me llevaron a una sala en la que estaba sola y tenía un baño para mí. Me dijeron que me podía bañar en la bañera, así que eso hice ayudada por mi pareja. Al salir me pusieron unos monitores sin cables, por lo que me podía mover por la habitación. También me facilitaron una Fitball.
La mayoría del tiempo estuve en esa sala junto con mi pareja moviéndome como quería, de vez en cuanto entraba la matrona a preguntarme. Me hicieron un segundo tacto a las horas o así del ingreso y otro a las 5 horas o así -siempre informándome-. Todo parecía progresar bien. Las contracciones eran fuetes, pero siempre me parecieron soportables.
Sobre las 10 de la mañana tenía mucha hambre y pedí comer algo, a lo que la matrona me dejó comer y me trajo ella misma un zumo. Creo que esa fue la clave para aguantar la última hora, no sé qué hubiera hecho si no hubiera podido comer nada, porque no me quedaban fuerzas. A la media hora o así rompí la bolsa, hasta entonces estaba intacta.
Tras una última hora con contracciones muy fuertes, un momento sobre las 11 de la mañana que tuve ya muchísima necesidad de expulsar; mi pareja llamó a la matrona, me hicieron un último tacto y me dijeron que ya podría empujar cuando viniera la siguiente contracción. Me tumbé en la cama porque la posición de pie me cansaba mucho, ya que llevaba toda la noche sin dormir y estaba algo débil.
No recuerdo cuántos pujos fueron, pero a los 20 minutos mi hijo ya había nacido; la placenta salió sola enseguida. Yo tuve un pequeñísimo desgarro que no me molestó nada, pero me parecieron más dolorosos los puntos que me dieron por el desgarro que el propio expulsivo.
Espero que éste resumen anime a muchas mujeres. Hay partos, como el mío, que van bien. Y además ayudado por un equipo respetuoso y que respeta los tiempos que tenemos, acabó genial. Me gustaría leer más experiencias de parto positivas, a veces tengo la sensación de que sólo contamos las negativas y conozco varias como la mía que merecen ser contadas.