Reclamación Hospital Universitario La Fe de Valencia
Al equipo de maternidad del Hospital Universitario La Fe de Valencia;
Hola, me presento:
Me llamo Paz Nabila Z. F., tengo 33 años y fui a intentar dar a luz con un parto programado ingresando a las 8.00h del dia 29 de septiembre 2020.
Tenía un parto programado a las 36 semanas de gestación gemelar.
Llegué aquella mañana del 29 de septiembre del 2020 a la hora programada (8.00h), muerta de miedo, me introdujisteis un dilatador mecánico, del cual, me explicasteis su funcionamiento una vez puesto, y me dejasteis con un fino pijama en una sala sola, ya que por protocolo covid no pudo entrar el acompañante, es decir el padre de los bebes y mi pareja. Menos mal que tenía el móvil y podía ir contándole todo lo que pasaba.
Me subisteis a las habitaciones sobre las 11.30, con mi acompañante, a que aquel maldito dilatador hiciera su faena, y así fue… a eso de las 20h eso era una fiesta de contracciones, cosa que era de esperar. Cuando las contracciones ya no pasaban de dos minutos entra cada una de ellas pido que me ayuden, que no puedo… respuesta de la matrona: - ¿no es lo que querías? Cuando las enfermeras se apiadaron de mi, decidieron llamar a las doctora para quitarme el dichoso dilatador, yo ya había vomitado, y las contracciones se solapaban una con otra y decidieron bajarme a dilatación… todo esto con un arsenal de goteros que conseguimos saber que algo de ellos era un opiáceo, que no me consultaron.
Aquello sí que hizo efecto, no sabía donde estaba, me dijeron que estaba en la sala de dilatación, pregunté por mi pareja y me dijeron que tenía que esperar fuera… otra vez sola.
No me dolía, es más me dormía… no distinguía apenas de las caras de las enfermeras y matronas… no sabía cuanto tiempo llevaba allí, sola, cada vez que entraba alguien nuevo decía: -voy a palpar.
Hasta que dejaron entrar a mi pareja y allí estuvo conmigo, sin que nadie nos diera información de mi dilatación… Él me intentaba mantener despierta, yo no notaba ni contracciones ni nada, pero aun así me pusieron la epidural, que contaba con ella, pero yo no estaba con ningún trabajo de parto ni sentía nada de nada.
La matrona me rompió la bolsa sin preguntar y sin decírmelo… cuando romper la bolsa puede traer muchos riesgos que puede conllevar para mi y para mis bebés. Y el principal, no volvieron a consultarme...
Seguía pasando el tiempo, yo no lo se, me lo contó después mi compañero, para mi hasta semanas después de aquél día todo fueron flashes y caras borrosas…
Me dicen que empuje, claro por protocolo covid no ha habido clases de preparación y plan de parto… y al no tener contracciones a mi no me venía la fuerza para empujar, ni sabía hacia donde proyectar mi fuerza.
Deciden llevarme al quirófano a eso de las 02.30 de la mañana, y por supuesto sola, bueno no del todo… casi treinta personas en quirófano, entre enfermeras esperando a las bebés, cirujanos, matronas, estudiantes… todos menos mi pareja y papá.
Allí los celadores y enfermeras me ataron a la mesa de cirugía, atarme! Si, con correas en los brazos en posición de cruz y con las piernas abiertas también amarradas con correas, semidesnuda, temblando de frío y miedo. No hay posición mas vulnerable para una mujer. Una brutalidad aquello. Os pedí que me soltarais, menos mal, algo que conseguí.
Seguimos con aquella tortura medieval, durante un rato… empuja! Pero ¿como? si no noto nada…
Mientras, un doctor dando instrucciones a una doctora, el apoyado en mis piernas como en la barra de un bar.
Noto algo frío cerca de mi vagina.. y zas! La dichosa episotimía, otra vez sin preguntar… a cada lado mi una matrona con un ecógrafo monitorizando a las bebés, y cuando me decían que empujara ellas se avanzaban sobre mi vientre para empujar a las bebés…
Y de repente sacan a una bebé (03.50h), lo se porque me lo dicen… yo no veo a mi primer bebé, no vi su capa de grasa, no noté como salía de mí, no vi su cordón, ni siquiera hicimos el piel con piel.
Sacan a la segunda bebé (04.10), igual; no noto nada, no veo lo que hacen con ellas, ni siquiera donde están…
Los cirujanos se ponen a coser, yo buscaba a mis bebés con la mirada y una enfermera me acerca a la segunda en nacer y me dice que está bien y se la lleva. Mientras la doctora diciéndome que no me moviera unas cuantas veces, yo no sabia que me movía, así que pusieron un poco más de anestesia…
Por fin me sacan de esa tortura, y me encuentro a mi compañero y papá, solo y durante más de una hora, y un tanto asustado por falta de información ¿Por qué no pudo estar presente, y acompañándome si no hubo cesárea? Yo medio dormida… no me enteraba de nada, no sabía nada de lo que habían hecho conmigo, ni las horas que había estado… los dos solos, asustados, separados, deshumanizados y torturados por el sistema sanitario.
A la primera bebé no la puede ver hasta el día siguiente a las seis de la tarde, y nadie sabía nada de ella, estaba sola en una incubadora.
En el informe de alta me enteré que habían utilizado ventosas para el desalojo de mis bebés, ¿Me avisaron o informaron? Por supuesto que no, lo leí días más tarde.
Me robasteis mi parto, mi maternidad y el amor por mis bebés rompiendo ese lazo de unión en el parto. Ni verlas salir de mi con su cordón, sucias y llorando, ni piel con piel, ni ver mi placenta…
¿Por qué? …
No creo que obtenga respuestas por parte vuestra, y menos que curen todo el dolor emocional que me habéis causado, y que lucho por superar día a día.
No respetáis a los pacientes, ni respetáis el parto natural y fisiológico.