581

Relato de mi parto en el Hospital La Paz de Madrid

He parido en el hospital La Paz hace 4 meses. Una experiencia que me regaló mi precioso hijo Mateo, el primero, y de esto estoy agradecida. Pero creo que las cosas se podrían haber hecho mucho mejor, ahorrando sufrimientos innecesarios a mi y mi familia. Yo no tuve una cesárea y si solo hubiera pensado que había riesgo de acabar en una cesárea no hubiera parido en La Paz. Porque es cierto, en La Paz, si tienes una cesárea, te separan de tu hijo. Tú en reanimación y él al nido. Las enfermeras no te preguntan si quieres dar el pecho o no, así que le dan biberón y que no nos engañen diciendo que no.
Las contracciones empezaron por la noche. Llevaba el último mes de embarazo teniendo dolores lumbares y de espalda, contracciones también, pero sabía que esta vez era diferente, que mi hijo estaba pidiendo salir ya. Mateo nació después de 14 horas. Tenía mucho dolor a pesar de estar con epidural (yo la pedí). El equipo de anestesistas hizo lo mejor que podían, pero tenía dolores de riñones y eso, como supe de otras mujeres que habían pasado por lo mismo, no te lo quita la epidural. La última matrona que me tocó me dijo que no podía ser que todo iba mal conmigo. Le contesté con una sonrisa...que le iba a decir. Mi marido estuvo conmigo todo el tiempo, apoyándome, animándome, ayudándome a empujar a cada contracción. Las matronas me monitoreaban desde afueras, con sus maquinarias. A veces entraban diciendo que todavía me faltaba mucho. Yo creía que las matronas te ayudaban durante el parto, pues a mí no me ayudaron. Lo que me ayudó fue mi pareja. Al final mi parto acaba en fórceps...y él se queda afuera de la puerta del quirófano. Y da igual que él haya estado allí conmigo todo el tiempo, que merecía estar conmigo hasta el final. Que importa. A los profesionales esto no les importa. Y tampoco importa de mí que me pongo como loca, histérica. Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir está mi pequeño mirándome. Lloro, soy feliz. Le toco, creo. Y después de un segundo ya no está. Se le han llevado. Mientras me están cociendo, recuerdo de una enfermera hablando conmigo. Muy maja. Y el pediatra que se me acerca diciéndome que mi pequeño pesa 4 kg y está bien. Después de poco le vuelvo a ver, está envuelto en una toalla. Me dicen que le dé un beso, que se le llevan. Donde? No sé. Pero toco su carita, le digo que va todo bien, de estar tranquilo. Por fin terminan de cocerme y salgo del quirófano en la camilla. Veo mi pareja, me pregunto dónde está mi bebé ahora si no es con el...Claro, hasta que no firmo el permiso para que haga el piel con piel con mi hijo, él no puede ni tocarle. De esto me entero después. Cuando estoy en reanimación. Parece que tuve tensión alta durante el parto y por esto estoy allí. No pueden monitorearme en mi cama, en mi habitación, con mi hijo? Por qué no??? Los dos estamos bien. La tensión vuelve normal. Pero me hacen una analítica y hasta que los médicos no vengan a ver los resultados yo no salgo de allí. Y cuando vienen los médicos? No se sabe. Mi hijo está en este mundo por primera vez desde las 17.30 y ahora son las 22 y yo no estoy con él. Estoy esperando que vengan los médicos. Por fin vienen. Mi analítica no está del todo bien, hay que repetirla el día siguiente. Entonces yo me quedo allí toda la noche. Claro, normal. Porqué para que me permiten de dormir con mi hijo si el día siguiente tengo que volver por hacer una analítica? Que no quiero irme del hospital. Solo quiero estar con mi hijo. Es lo único que quiero.
Mi marido toca el timbre de rea. No le han dicho nada, y él no sabe que no voy a salir de allí esta noche. Nadie tuvo la decencia de avisarle. Además si yo no salgo no tenemos habitación. Y él va con su mochila, mi bolsa, como un vagabundo. Deberíamos estar felices pero esta noche estamos mal. Porqué nos la esperábamos diferentes. Pasé la noche sin dormir, en la sala de reanimación. Con las enfermeras hablando entre ellas a voz alta, la luz encendida en su cuarto (se debería mantener un poco de silencio, no? Estamos en un hospital) y yo sola, solísima. Con mi hijo tan lejos de mí. No puedes tener móvil en reanimación. Es un castigo? Que hemos hecho de mal?
Pido agua, un vasito de agua, un poquito de agua. Me parece de no beber desde hace siglos. Me dicen que no se puede. Y por qué en otros hospitales he visto mucha gente cenar y beber normalmente después de haber tenido la epidural? No puede ser tan malo.

Si tuviera que volver atrás no pariría en La Paz. Y con esto no quiero decir que no haya gente competente y amable. Claro que la hay. Pero los 'protocolos' me parecen inhumanos. El mío no ha sido un parto respetado. Mi hijo ha pasado su primer día de vida sin el calor de su madre, mi marido no ha podido ver nacer su hijo, yo he pasado mi primer día de madre sintiéndome la persona más triste del mundo. Y aunque se ha pasado, me duele no poder recordar con alegría este día. Y sobre todo me duele que mi hijo no haya tenido la bienvenida que se merecía.