Relato de una matrona en hospital privado
Quiero contar mi experiencia como matrona en un hospital privado porque me gustaría que ninguna madre tuviese que pasar por lo que yo vi pasar a tantas mujeres. Quiero que se sepa que la violencia obstétrica existe y hay centros hospitalarios en los que se da cada día.
Yo, como matrona, nunca me había planteado trabajar en un centro privado pero, por circunstancias económicas y personales cometí el error de empezar a trabajar en uno y ahora sólo deseo que ese error le sirva de ayuda a alguna madre que se plantea dónde puede nacer su bebé. Los centros privados, en cuanto a obstetricia, siempre han tenido fama de un intervencionismo injustificado y de mala praxis. Pues bien, qué duro fue comprobar que la realidad podía superar a la ficción y que la práctica diaria superaba con creces esa mala fama. ¿Todos los ginecólogos trabajaban así? No, no todos. Por supuesto. Pero sí una inmensa mayoría de ellos.
Muchas mujeres van a parir al privado porque allí pueden tener su habitación individual, porque las va a atender "su ginecólogo" con el que tienen confianza... Y quizás no se plantean otras opciones mucho más seguras y respetuosas para con el nacimiento de su hijo/a. No sabéis la cantidad de veces que se inducen partos de manera injustificada, para que deis a luz un miércoles y así "tu ginecólogo" pueda cobrar ese parto y tenga el fin de semana libre. Aunque estés de 38 semanas. Aunque no haya ningún motivo para provocar el parto. Por no hablar de cuando no se solicita consentimiento.
He visto con mis propios ojos en diversas ocasiones a "tu ginecólogo" ponerte una pastilla de prostaglandinas vía vaginal sin que tú lo supieras, diciendo que únicamente te iba a hacer un tacto (injustificado también, por cierto). He visto cientos de nacimientos por cesárea sin ningún tipo de indicación médica, más que las prisas y la impaciencia, que se hacía de noche o que esa tarde había partido de fútbol. Y muchas familias acaban pensando "bueno, al final fue cesárea, pero mi bebé y yo estamos bien". Pero una intervención quirúrgica como es la cesárea, siempre conlleva una morbilidad asociada y aunque ahora no te lo plantees, los riesgos en tu próximo embarazo, se multiplican. Esto no quiere decir que las cesáreas sean el enemigo, claro que no. A veces salvan vidas. Pero, por favor, sólo cuando existe una indicación médica real. "Primum non nocere" nos enseñan en las facultades: "lo primero es no hacer daño". ¡Y cuánto se olvida cuando lo que importa es, sobre todo, ganar dinero!
Si has tenido a tu bebé en un centro privado, deseo de verdad que hayas dado con uno de esos pocos profesionales que trabajan acorde a la evidencia científica y a la ética profesional. Si no ha sido así, te abrazo, de corazón: no era tu culpa, tú no lo sabías e hiciste lo que creías que era lo mejor. Y si eres mujer, madre, matrona o simplemente conoces a alguien a quien este relato le puede ayudar, házselo llegar. Yo sólo espero que sirva de ayuda.
Con cariño, una matrona que es humana y se equivocó una vez, pero no va a dejar que su error no sirva de nada.