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Relato desde Buenos Aires
Durante todo mi embarazo no presenté antecedentes patológicos de importancia siendo su curso normal y controlado en Construir salud Monte Grande.
El día 3 de agosto de 2017, en la etapa final de mi embarazo, cursando la semana 40 (cuarenta) empiezo con contracciones y voy al SANATORIO FRANCHIN llegando aproximadamente a las 8:30am con 1cm de dilatación, por lo que me envían a mi domicilio.
A la noche de ese mismo día, dadas las contracciones, decidimos volver al nosocomio con mi esposo.
Me recibe una medica practicante que hasta el momento yo no sabia que era residente pense que era obstetra y tenía ya 4 cm de dilatación por lo que me ingresan. También me colocan antibiótico, ya que el resultado de estreptococo beta hemolítico me había dado positivo y además una medicación para acelerar mis contracciones.
Y mi marido a todo esto afuera y yo sola en ese gabinete.
Luego de unas horas las doctoras hacen que rompa bolsa me introducen una varilla y la rompen(rotura artificial de membranas)nunca me dijeron que era lo que iban hacer. Empiezo a tener contracciones más fuertes, me llevan a sala de parto y me hacen una episiotomía; ello, sin informarme y mucho menor solicitar mi consentimiento.
Luego de pujar, nace mi hija Sofia a las 23:50 con 3,130 kg y 47 cm de largo.Pude verla nacer y fue lo más lindo que me paso en La vida hice un breve cinta yo con ella y La llevan a bañar, recién en ese momento me hacen saber que me están cosiendo, que me habían hecho la episiotomía cuyo procedimiento quirúrgico y sutura habían sido realizados sin mi consentimiento.
Cuando terminan me llevan a una cama de guardia porque no había habitaciones disponibles. El mismo lugar donde estaban otras embarazadas con trabajo de parto , por ende mi compañero no podía entrar.
Recién luego de varias horas me revisa la enfermera y, advirtiendo que estaba perdiendo mucha sangre, llama a la doctora Maria, la residente , y me dice que tengo atonía uterina. Me realiza tacto para extraerme los coágulos manualmente, cuyas maniobras dolían horrores mientras con su mano raspaba todo mi interior, sabiendo que recién había parido.
A la madrugada, siento dolores en la zona del glúteo por lo que le aviso a la enfermera, pero no llama a la doctora supone que eran hemorroides y me da lidocaína para colocarme en la zona, mientras estaba con peso en mi abdomen para bajar la hinchazón.
A las 7 a.m del 04/08/17 no soportaba más el dolor. En ese momento llega una puericultora que debía darme consejos de lactancia pero, al ver mi estado, llama inmediatamente a la doctora.
Al revisarme, dan cuenta de que tenía una hemorragia interna (hematoma perineal).
Yo no lograba levantarme del dolor; incluso me piden que me saque los aros y ni eso podía, me dolía muchísimo.
Dado el diagnóstico me llevaron a quirófano donde me realiza la cirugía la doctora MYRYAM
Allí, procede a descoser la episiotomía para reparar lo que, supuestamente, era una varice que arrastró mi bebe al nacer segun la explicacion que me da la Dr Maria.
En dichas circunstancias, escucho que dice: “este punto no va ahí” (haciendo referencia a la sutura anterior) a la médica Maria, como si la estuviera corrigiendo .
Me vuelven a coser, y voy a una habitación común.
Sin embargo, no lograba reponerme, por lo que debieron realizarme CUATRO (4) transfusiones de sangre.
Las indicaciones eran hielo todo el tiempo y analgésicos, pero tuvimos que hacer una queja por escrito ya que ni si quiera me traían dicho hielo y debíamos buscarlo nosotros a la cocina que quedaba en el 8vo piso (yo estaba en el piso quinto).
Como si todo lo relatado fuera poco, durante toda mi estadía y en mi delicado estado tuve que soportar que los médicos residentes “metan” sus dedos para ver cómo era la sutura de un hematoma. Lamento no alzar la voz en ese instante y decir NO ME TOQUEN MÁS!.
El 8 de agosto de 2017 recibo el alta luego de recibir para almorzar guiso de lentejas, menú que no es recomendado para pacientes con tantas suturas, debiendo haber tenido una dieta blanda.
Vuelvo a control el viernes 11 de agosto de 2017 como me habían indicado. Previamente, el jueves a la noche, sentí que había perdido puntos de sutura.
Al llegar me recibe la la doctora Myriam quien dice que mi herida estaba abierta e iba a cerrar por segunda intención y que por las dudas me daba antibióticos y una pomada farm x para aplicar en dicha herida.
A su vez, yo estaba constipada, hacía tres días que no lograba ir de cuerpo. Sin embargo, no me recetaron laxantes ni ninguna dieta en particular, sino que la Dra. me realiza tacto y ordena un enema en el mismo Sanatorio (no me niego, pienso que es lo que se hace en estos casos), despido un bolo fecal y me envían nuevamente a mi casa.
El día sábado posterior, me dolía mucho mi parte baja pero creí que era normal, dada la cantidad de días que estuve constipada; además, seguía con hemorroides.
De repente, el domingo a la noche, siento que flatulencias salen de mi vagina y el lunes a la mañana despido materia fecal por ese mismo lugar.
Inmediatamente ese día lunes 14 de agosto de 2017 me presento en la guardia, donde alrededor de las 7:30 horas me recibe la doctora FLORENCIA , me revisa, me hace un tacto rectal y confirma que tengo una FISTULA RECTOVAGINAL .
Una fístula rectovaginal es una conexión anormal entre la parte inferior del intestino grueso (el recto) y la vagina, permitiendo que el contenido del intestino pueda filtrarse a través de la fístula y así los gases y las heces pasan por la vagina.
Me mandan a sala de espera para aguardar que concurran los cirujanos que llegaban a las 13 horas, mientras yo todavía seguía con mucho dolor. Pido que me den algún analgésico y les digo que no puedo esperar tanto en sala, si por favor podía acostarme en alguna cama de guardia ginecológica, a lo cual acceden.
Pasadas las trece horas llega el cirujano, Dr. Patricio quien vuelve hacer tacto y reconfirma la fistula. Luego me comunican que me harán una COLOSTOMÍA TEMPORAL (Ano contranatura) para evitar una sepsis.
Me explican que ello es lo más conveniente y así podrían reparar la fistula más adelante con el tejido sano.
Recibo el alta el 19 de agosto de 2017.
Para esta colostomía en asa se coloca una varilla, la que días más tarde debe ser retirada, porque y me había perforado la piel alrededor del estómago. Ese día, la misma es retirada.
Estuve más de 10 meses con la colostomía temporal, evacuando mi materia fecal en una bolsita sujeta a mi cuerpo.
El 17 de mayo de 2018 me realizaron la reconstrucción del tránsito intestinal.
En los controles posteriores, y realizándome estudios de colon por enema, se pudo evidenciar que la fístula había cerrado por lo cual no precisé cirugía al respecto.
Hasta el día de hoy creo que lo sucedido, el hematoma y la hemorragia son consecuencias directas de la episiotomía, ya que la hemorragia provenía del mismo lugar donde se me realizó ésta.
Por otro lado, no me dieron ablandadores de heces ni una dieta la cual seguir ni antibióticos para que tome en casa, solo analgésicos.
No me realizaron una ecografía previa antes de hacerme un enema, el que nunca imaginé que era tan invasivo; jamás me había hecho uno antes y fue algo que padecí horriblemente.
Como consecuencia de todo lo padecido y, más allá de los intensos dolores físicos que duraron meses, los efectos psicológicos van a permanecer por mucho tiempo. De hecho, empecé terapia psicológica en el Sanatorio cuyo consultorio está dentro del Sanatorio donde ocurriero todo esto por lo que cada vez que iba regresaba a mi casa angustiada, llorando porque significaba recordar una y otra vez la situación que me tocó vivir.
Debí comenzar terapia física para el fortalecimiento de todo mi perineo.
Los primeros meses de recuperación devinieron interminables, no encontraba posición para dormir, no lograba amamantar adecuadamente a mi bebé sintiendo el dolor de las heridas, tampoco podía cargarla porque mi cirugía de ostotomia podía prolapsar o hacer una hernia.
En la actualidad, sigo sufriendo de ansiedad, me levanto en las noches con insomnio, y todo lo relacionado con embarazos me genera estrés y que dicha ansiedad incremente.
La cirugía por el cierre de colostomía también llevó sus cuidados, hoy en día todavía se encuentra cicatrizando, ya que dejaron el orificio, que cerró por segunda intención.
Esto implicó que otra vez no pueda levantar a mi bebé, sobre todo siendo ella ya más grande. Asimismo, sigo en época de lactancia materna, lo que me volvió a costar muchísimo, y ella ahora lo siente más.
ME siento culpable por ser tan vulnerable en ese momento y no poder decir que no a muchos procedimientos que fueron muy invasivos.
Doy gracias que Sofi es una bebé sana y me alegra verla crecer día a día.